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CORONAVIRUS

La logística y el súper relevan al bar como principal nicho de empleo por el Covid-19

Las cadenas de distribución disparan hasta un 50% las contrataciones temporales para hacer frente al aumento de demanda y las bajas

La zona de carga para los envíos a domicilio en las instalaciones de El Corte Inglés de Alicante. rafa arjones

En una provincia donde el turismo es la principal industria, invariablemente cada año la de camarero repite como la ocupación que más contratos acumula a lo largo del ejercicio, con cerca de un 15% del total, según los últimos datos del Ministerio de Empleo. Sin embargo, la llegada del Covid-19 y el cierre forzoso de los establecimiento hosteleros ha alterado por completo la estructura habitual del mercado laboral alicantino y ha desplazado los principales nichos de empleo hacia aquellos sectores que se han visto más beneficiados o menos perjudicados por las medidas para frenar la pandemia.

De esta forma, quien busque ahora trabajo en la provincia deberá mirar hacia la logística, los supermercados, la industria alimentaria o las empresas de servicios informáticos, según explican las principales firmas de gestión de recursos humanos y empleo temporal. Así, en el primer caso la contratación de carretilleros, pero, sobre todo, de preparadores de pedidos y repartidores de «última milla» -los que llevan el producto a casa- se ha disparado entre un 30% y un 35% en las últimas semanas, según apunta el director regional de Adecco en Levante, Víctor Tatay. Un incremento que aún fue mayor en el caso de las cadenas de distribución, donde la necesidad de reponer el género constantemente, el auge de los servicios a domicilio y la cobertura de las bajas derivadas del coronavirus llegaron a disparar un 50% las contrataciones habituales del sector, según Tatay.

Esta mayor demanda en las tiendas ha tirado también de la industria alimentaria de la provincia, que ha buscado más operarios para sus cadenas de producción, al igual que ha ocurrido con las firmas dedicadas a productos farmacéuticos o químicos. En ambos casos las contrataciones están sirviendo para atender la sobrecarga de trabajo, pero también para poder dar los descansos necesarios a su personal, según explican desde Randstad.

Más informáticos

También es buen momento para el sector «office», es decir, para las firmas que se encargan de prestar servicios de soporte a las empresas. Un negocio que ha florecido con el auge del teletrabajo y para el que se demandan «informáticos de nivel intermedio», responsables de sistemas o especialistas en ciberseguridad, mientras que desarrolladores o programadores no corren la misma suerte. Por su parte, los sectores de la limpieza o de la seguridad han logrado mantener el tipo, según las fuentes consultadas, al compensar -al menos, parcialmente- la pérdida de una parte del negocio por el cierre de locales, con la mayor demanda de los que permanecen abiertos.

No obstante, cabe señalar que estas son las excepciones, ya que a nivel general el volumen de contrataciones está en niveles de mínimos. Además, tampoco es fácil encontrar candidatos «ya que el miedo provoca que muchas personas prefieran quedarse en casa, si no tienen una necesidad urgente de dinero», apunta el responsable de Adecco.

De cara al futuro, pocos se atreven a pronosticar cómo será el mercado laboral post Covid-19, aunque sí se intuyen algunas tendencias. «Esta crisis ha servido para romper la barrera mental que había en España sobre el teletrabajo y es algo que ha llegado para quedarse. No será en la proporción actual, pero se mantendrá en un nivel superior al de antes», explica el director de Randstad Research, Valentín Bote, que también ve continuidad a las mayores medidas de prevención que han adoptado las empresas.

Repunte del paro

Lo que tampoco pone en duda ya nadie es que en los próximos meses «va a haber una destrucción de empleo terrible», según apunta el catedrático del departamento de Análisis Económico Aplicado de la UA Hipólito Simón, que recuerda que el FMI ya augura que la tasa de paro en España cerrará el año por encima del 20%. «Lo que tenía mucha gente al principio en la cabeza es que el efecto de la crisis iba a ser temporal, como un paréntesis, y que la demanda iba a volver y todo se iba a recuperar, y los ERTE iban a servir para que no hubiera destrucción de empleo durante la hibernación. Pero la demanda agregada va a sufrir un desplome, muchas empresas no van a aguantar y eso va a tener un gran efecto en el empleo», señala Simón, quien cree que la recuperación tardará años en completarse.

Como consecuencia de lo anterior, el profesor de Derecho del Trabajo de la UA David Montoya pronostica un nuevo repunte de la precariedad. «La intención del Gobierno de mejorar las condiciones laborales y paliar las consecuencias de la anterior crisis ya es un desiderátum, algo imposible. Vamos a tener muchos años de empleo de mala calidad», se lamenta el experto, que señala la necesidad de poner en marcha fórmulas paliativas para frenar la pobreza.

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