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¿Quién paga los costes del teletrabajo?

La CEV asegura que las empresas deben asumir los gastos de luz, teléfono y suministros generados en la jornada de los empleados. Los sindicatos apuestan por negociar las condiciones e incluirlas en los convenios

Una mujer trabaja desde su casa EFE

Aquel último día de trabajo presencial no hubo tiempo ni para pensar en cómo se iban a gestionar los gastos de luz, teléfono, equipo informático y suministros del periodo indefinido de teletrabajo que se abría ante nosotros. Tampoco preocupaba la salud laboral, sino evitar el contagio de covid-19 a toda costa. Nadie preguntó por las horas extra ni supo prever el bombardeo de videollamadas, mensajes, emails que iban a llegar en horario de 8 a 23 horas. Cincuenta y dos días después, muchos trabajadores que conservan sus empleos empiezan a acusar efectos del trabajo en remoto en sus recibos, en su salud mental y en su sistema musculoesquelético. Los sindicatos creen que ya es hora de hablar de ello.

¿A cuántos trabajadores afecta esta situación? El informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) El impulso al teletrabajo durante el covid-19 y los retos que plantea, publicado el pasado martes, recoge que en 2019 sólo un 4,8% de empleados en España trabajaban en esta modalidad. Las circunstancias del estado de alarma, sin embargo, podrían haber aumentado ese número hasta suponer entre un 22,3 y un 34% de trabajadores en remoto, según recoge el Ivie de varias encuestas. Para la Comunidad Valenciana, fija un porcentaje de teletrabajadores en potencia del 20,9%.

Costes de producción y jornadas

El secretario de Comunicación de CC OO l’Alacantí- Les Marines, José María Ruiz Olmos, traslada los servicios que tiene una oficina a un hogar. “Luz, agua, limpieza, equipos y programas informáticos y antivirus, conexión a internet y telefonía, adaptación del espacio y del mobiliario (ergonomía), ‘alquiler’ del espacio doméstico para la empresa… El trabajador asume el coste de buena parte de los medios de producción sin las ventajas de ser propietario”, razona por email el sindicalista.

Yaissel Sánchez, secretaria general de UGT en l’Alacantí-La Marina, recuerda que “son los trabajadores autónomos quienes pagan los costes de producir su trabajo y no los empleados por cuenta ajena”. Sobre los gastos, señala que algunos hogares no están preparados para el trabajo remoto y que esto puede aumentar los recibos de suministros. “Hay gente que quizá no tenía equipo informático o banda ancha en casa y la necesita para videollamadas, o que no puede realizar su jornada en un espacio con luz natural o ventilación, lo que supone más gasto de electricidad”, apunta la dirigente sindical.

Los sindicatos consideran también importante denunciar los “excesos de horas que se están produciendo durante estas jornadas”, según Sánchez. “Estamos viendo jornadas de hasta 50 horas que no quedan recogidas en ninguna parte, porque no hay mecanismos claros para el control” cuando el empleado está fuera del centro de trabajo, en opinión de la secretaria general ugetista.

Salvador Navarro, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), es claro respecto de esta reclamación sindical. “Lo lógico es que, si conviertes tu casa en una delegación del centro de trabajo, la empresa asuma la parte de sobrecoste que tengas”, declara el dirigente empresarial. Considera que, dada la “sobrecarga enorme de trabajo a la que hemos estado expuestos”, se debe “compensar esos gastos” y “tener un control” sobre los excesos horarios. De hecho, ante el problema del trabajo sumergido bajo un ERTE, el representante de la patronal anima “a denunciar a las empresas cuando se incumplen las condiciones del expediente”.

Así, la fórmula planteada por Navarro para compensar el coste del teletrabajo asumido por el empleado se materializaría en “incentivos económicos” o alguna otra fórmula no dineraria. Los sindicatos consideran que empresa y trabajadores deberían “sentarse a negociar”, en opinión de Sánchez, el pago de esos repuntes en recibos y gastos derivados de la situación. Son reacciones de urgencia: para el empleo de mañana, en el que el teletrabajo ganará más presencia, tanto Olmos como Sánchez creen que la solución pasa por regular las condiciones del teletrabajo en la negociación colectiva que se plasma en los convenios de sector y empresa.

Desconexión y salud laboral

El derecho a la desconexión y la introducción de prácticas de salud laboral en la “oficina” doméstica son aspectos que también es necesario abordar para las centrales. Sánchez reclama la posibilidad de rechazar llamadas, mensajes y correos cuando se ha cumplido la jornada también en esta situaciones. Al respecto de la salud, cree que “las cuestiones de ergonomía tienen que estar garantizadas por la empresa”.

“No es lo mismo tener una mesa y una habitación con ordenador en casa que trabajar en una mesa del comedor o la cocina. La situación se agrava si se tienen hijos y un solo equipo compartido por la familia”, aclara Javier Pérez, responsable de Salud Laboral de CCOO en l’Alacantí-La Marina. Considera que el riesgo de padecer daños por la mala disposición del entorno de trabajo es importante. “Puedes desarrollar vista cansada por los reflejos de la pantalla, si no está en la inclinación adecuada o si hay poca luz en la habitación”, apunta. También duda de que la mayoría de ese 20% de teletrabajadores de urgencia de la Comunidad disponga de “una silla de cinco ruedas ergonómica” recomendada para mantener una postura sana.

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