Una de cal y otra de arena. El importante peso del sector turístico provocará que el impacto de la crisis generada por el Covid-19 sea mayor que la media en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, al mismo tiempo, el hecho de que buena parte de los visitantes habituales de la autonomía procedan del mercado nacional -que podrán desplazarse antes-, junto con la presencia de sectores industriales potentes atenuarán la caída y evitará retrocesos mayores, como los que sí experimentarán otras regiones turísticas, como Baleares o Canarias.
Así se deduce, al menos, de la última edición del Observatorio Regional de BBVA Research, que por primera vez estima los efectos que tendrá la crisis provocada por el coronavirus en las distintas autonomías españolas. Unos efectos muy dispares, como explica el centro de estudios, en función de la importancia que tiene en cada una de ellas el sector turístico y el denominado consumo social -lo que incluye la hostelería o el ocio, en definitiva, las actividades que se hacen con más personas-, pero también el peso de la agricultura, del empleo público, la industria o el volumen de contratos temporales que existe en cada zona.
Sumando todo esto, el PIB caerá menos que la media nacional -que BBVA Research cifra en un crecimiento negativo del 8%- en regiones como Castilla-La Mancha (-6,4%), Extremadura (-6,6%), Castilla y León (-7,4%), La Rioja (-8%) y la Comunidad de Madrid (-7,4%) debido a que la contracción de la actividad está resultando menor por la mejor evolución del sector agrario y de alimentación, el sector público o los servicios de alto valor añadido. Por otro lado, el País Vasco (-7,3%), Navarra (-7,3%), Galicia (-7,4) y Aragón (-6,8%) también presentarán mejores cifras que la media, aunque en este caso será porque sus sectores industriales les permitirán salir antes de la crisis, una vez que se supere la fase más aguda de la misma.
En un tercer grupo, ya con caídas más acentuadas que la media nacional, se situarán la Comunidad Valenciana, Andalucía y Murcia con crecimientos del -8,3%, y Cataluña con un -8,2%; mientras que el furgón de cola lo ocuparán Canarias, donde el nivel de riqueza se contraerá hasta un 13%, y Baleares, con un descenso del 17%.
Según explica el economista principal de BBVA Research, Pep Ruiz, lo que permitirá que la Comunidad Valenciana esté entre las autonomías más afectadas, pero sin llegar a los niveles de los archipiélagos es, por un lado, el hecho de que una parte importante del turismo que recibe la autonomía sea nacional, «que recuperará la movilidad mucho antes que el internacional», y que, además, muchos de ellos se dirijan a segundas residencias, frente a la mayor lentitud con que podrán volver a la normalidad los hoteles, que son el tipo de alojamiento más frecuente en las islas.
Turrón y juguete
Por otro lado, la Comunidad también cuenta con la ventaja de tener un sector industrial importante, que se reactivará -o, al menos, ésa es la previsión- antes que los servicios. Además, en el caso de Alicante, Ruiz recuerda que algunas de las industrias más asentadas -como el turrón o el juguete- tienen su principal periodo de producción y ventas en la segunda parte del año, por lo que, en teoría, se verán menos afectadas.
De cara al año que viene, si no hay rebrotes importantes, se cambiarán las tornas y serán las comunidades con mayor peso del turismo las que más crecerán, con la recuperación de esta actividad. Para la Comunidad se prevé un crecimiento del 6,1% frente al 5,7% de la media nacional. Eso sí, en ningún caso la mejora del PIB será suficiente para compensar todo lo perdido este 2020, por lo que la recuperación total no se producirán hasta 2022 o más allá.
