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Enrique Riquelme: «Las fronteras deben abrir cuanto antes. Si la promoción cae, afectará a muchos sectores»

Ni siquiera las compañías más diversificadas se han librado de la crisis del covid-19

Enrique Riquelme de la Torre, en la sede de su empresa en Algorfa. tony sevilla

P Plantas de hormigón, gasolineras, parkings, centros comerciales? En una situación como esta, ¿la diversificación siempre es un plus o con divisiones de negocio como estas puede ser un castigo en un momento como éste?

R La diversificación siempre es un plus que permite adaptarte a las necesidades del momento, porque, de lo contrario, lo arriesgas todo a una situación coyuntural. En 1988 empezamos con las plantas de hormigón y las canteras, pero hace años decidimos diversificar y, cuando llegó la crisis de 2008, pudimos resistir porque ampliamos nuestras divisiones de negocio.

P Sin embargo, las gasolineras, los parkings y los centros comerciales se han visto especialmente afectados por el confinamiento...

R Sí, han sido unos sectores que se han visto muy afectados porque, durante el confinamiento, la demanda bajó un 90%, pero, afortunadamente, esta situación no se ha prolongado un tiempo excesivo y, tal y como está evolucionando la desescalada, las perspectivas pueden ser mejores en los próximos meses.

P Tienen dos plantas de hormigón, en Algorfa y Los Montesinos, y van a abrir una tercera en La Vila cuando muchas empresas están haciendo ajustes. ¿Confianza absoluta en que saldremos de ésta o temeridad sin más?

R El proyecto de la nueva planta de hormigón en La Vila comenzó hace dos años, primero con la compra de los terrenos y, luego, con la tramitación de los permisos, que es bastante complicada. Todo ello ya estaba en marcha cuando llegó el covid, y decidimos ir hacia adelante, porque creemos en el potencial de la economía alicantina y estamos convencidos que la reactivación será rápida. Tenemos mucha confianza en la Costa Blanca y en la marca España. El problema principal con el que nos encontramos siempre en estos casos es la complejidad de la burocracia y los largos tiempos y plazos que ello conlleva. Por eso, los empresarios siempre insistimos tanto en la necesidad de reducir las trabas burocráticas, porque hay proyectos que se demoran mucho.

P ¿Qué previsiones manejan para esa planta?

R En estos momentos, ya hemos empezado con su puesta en funcionamiento con la creación de los primeros puestos de trabajo y cuando esté operativa al 100% la planta contará con unos quince trabajadores, entre transportistas, personal comercial y de oficinas. Si no pasa nada, para principios de agosto ya podría estar funcionando a pleno rendimiento.

P Sin embargo, hace ahora un mes admitía que la carga de trabajo en la división dedicada al hormigón había caído hasta un 30%. ¿Se mantienen esas cifras?

R Finalmente, llegó a caer hasta un 40%, aunque, en estos momentos, estamos comenzando a recuperar actividad. Nuestro principal cliente son los promotores, que, a su vez, están esperando la llegada de los compradores extranjeros para poder formalizar las ventas. Si no se escritura y no empieza obra nueva, nuestra empresa no tiene razón de ser. Si los promotores no construyen, no podemos proveer de hormigón.

P Si bien es cierto que la construcción es la que mejor se recuperó del parón forzoso de la actividad, los visados han caído. ¿Qué puede pasar en los próximos meses?

R Si se abren los aeropuertos y las fronteras el 1 de julio, como se ha dicho, y los clientes pueden venir a escriturar las viviendas compradas en los últimos meses, la construcción se va a reactivar. Sin embargo, si se tarda más, la economía alicantina puede sufrir un problema bastante importante. De las casas que venden los promotores, vive muchísima gente, desde supermercados y restauración, hasta asesorías y notarías... A veces se piensa que la promoción inmobiliaria es hacer la casa y ya está, pero de ahí se generan unas sinergias económicas que dan trabajo a muchas personas. Por eso, es importantísimo que se abran las fronteras cuanto antes, siempre cumpliendo las garantías sanitarias, porque, si la promoción inmobiliaria cae, la recesión económica llegará a otros muchos sectores de la provincia. La economía alicantina subsiste de la promoción, del turismo, del golf, y de todo lo que conlleva.

P En cualquier caso, ¿se pueden acabar retrayendo las ventas por los estragos de la pandemia aquí?

R He hablado con empresas del sector y la pregunta clave era si la gente que había comprado viviendas se había vuelto atrás, que era lo que más preocupaba, y el 99,99% no ha perdido ninguna operación que ya estaba en marcha. Los extranjeros quieren vivir en la provincia. Tenemos las mejores playas, los mejores servicios, la mejor seguridad, la mejor sanidad. Por tanto, es importante que la gente sepa que venir a la Costa Blanca es seguridad.

P Me hablaba de una caída de la actividad del 40% en el caso de su empresa. Ahora bien, ¿cómo ha influido la crisis del coronavirus

R En el sector ha influido mucho, y eso ha hecho que haya temor y recelos, y que se esté pendiente de cómo van a ser los próximos meses para la construcción. No obstante, poco a poco, se está perdiendo el miedo, y, si no hay un rebrote, estamos preparados para empezar a trabajar fuerte, porque la gente está deseando salir hacia adelante.

P En 2018 inauguraron su primer centro comercial en Orihuela Costa

R En el centro comercial Lomas de Cabo Roig la mayoría de locales se vendieron y otros se han alquilado. La restauración ha sido la más afectada aunque hay que reconocer que los ERTE han permitido que los trabajadores y los empresarios tuvieran una garantía. Ahora ya están abiertos, con todas las medidas de seguridad, y la situación con la que nos encontramos es que la gente está siendo bastante responsable.

P ¿Y se han retraído las inversiones en el alquiler de los locales de ese centro comercial o incluso en la compra de suelos y terrenos?

R Sí, sí que se han retraído. En estos momentos, la gente está a la expectativa de lo que pueda suceder en los próximos meses.

P ¿Puede bajar el precio de los terrenos e incluso de las viviendas como consecuencia de la crisis del coronavirus?

R No, creo que no se va a producir una bajada de precios, ni de casas ni de terrenos, porque hay demanda. Incluso me atrevería a decir que, si la desescalada continúa como está evolucionando por ahora, nos podemos encontrar con un aumento de la demanda.

P Muchos analistas comienzan a alertar de que ésta puede ser peor que la crisis de 2008. ¿Qué nos espera a partir de ahora?

R En 2008 se vieron cosas que no se deben volver a ver ahora, con personas buscando comida en los contenedores. Eso no puede volver a pasar. La situación entonces era muy diferente, porque vivimos una crisis financiera. Además, ahora se han abierto las líneas ICO, una medida muy positiva y oportuna, porque se va a dotar de liquidez a las empresas, y también se ha puesto en marcha la renta mínima vital, que también está bien, siempre que llegue a la gente que lo precise, pero sin perder de vista que lo que la gente necesita es un trabajo digno.

P Los contratistas de obra pública también reclaman más inversiones en licitaciones. ¿Es viable eso ahora y con la situación en la que van a quedar las arcas públicas?

R Está claro que lo primero son las personas y la emergencia sanitaria, pero debe continuar la inversión en obra pública, porque es lo que va a impulsar la economía y el mercado laboral. Además, se pueden hacer obras de la mano de la colaboración público-privada, que es hacia donde debemos ir. En la Vega Baja, de hecho, hay obras necesarias que se deben acometer, como la CV-95.

P En la Vega Baja, de hecho, a la DANA y el covid-19 se suman a la infrafinanciación histórica en infraestructuras. ¿Habrá que volver a esperar a esas inversiones?

R La Vega Baja ha estado siempre un poco olvidada, aunque hay que reconocer que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se ha involucrado mucho aquí en estos últimos tiempos, y los alcaldes de la Vega Baja están sabiendo responder a las circunstancias tan adversas que venimos sufriendo. De todos modos, lo importante es que la Vega Baja tenga unas infraestructuras mínimas, como la llegada del AVE a Orihuela, la variante de Torrevieja o la CV-95, porque de Orihuela a Torrevieja hay sólo 26 kilómetros y no se puede tardar una hora. De la forma que sea, hay que acometer ya estas obras. No pueden esperar más. Son obras que se le deben a la Vega Baja desde hace muchísimos años, se hagan a través de la colaboración público-privada, se hagan a través de otra fórmula.

P No obstante, esa colaboración público-privada también tiene muchos detractores. ¿Por qué?

R Eso tampoco se acaba de entender. Hay veces que un ayuntamiento, la Generalitat o el Gobierno central no tienen capacidad económica para hacer determinadas obras que necesita la población, pero con la colaboración público-privada se pueden compartir los costes y se pueden hacer las cosas igual de bien.

P ¿Qué necesita su sector?

R Sobre todo, que se reduzca la carga burocrática, pero para todos los sectores. No puede ser que en estos momentos cueste más tramitar papeles que hacer la obra. Se debe hacer todo dentro de la legalidad, pero recortando los plazos, y estamos en un momento para hacer las cosas bien. Están los créditos ICO que permiten dar liquidez a las empresas, los intereses están bastante bajos, pero es necesario poner las cosas más fáciles para que las empresas funcionen, que puedan generar empleo y podamos reactivarnos todos. Las empresas sin trabajadores no son nada, pero también los trabajadores necesitan a las empresas.

P ¿Tiene la sensación de que se ha criminalizado a los empresarios en esta crisis?

R Sí, se ha criminalizado mucho a los empresarios. En mi caso, estoy orgulloso de ser empresario. Claro, como en todos los sitios, hay gente que no hace las cosas bien, pero son una minoría. Los empresarios nos jugamos nuestro patrimonio y el principal capital que tiene una empresa son sus trabajadores y sus clientes. Si los trabajadores no están contentos y motivados, la empresa nunca puede funcionar.

P ¿Y a qué lo atribuye?

R Tal vez en algunos momentos los empresarios no hemos explicado suficientemente bien las cosas. Pertenezco a la Asociación Valenciana de Empresarios, a AVE, y siempre he visto en los empresarios la mejor disposición para hacer las cosas bien y con responsabilidad.

P AVE lleva ya varias semanas reivindicando que se acelere la reactivación económica. Sin embargo, la Generalitat va a esperar otra semana para pedir el cambio de fase...

R Coincido con AVE. Si queremos reactivar la economía y que las cosas funcionen, hay que acelerar ya la desescalada, siempre con las medidas de seguridad que correspondan. Necesitamos que lleguen los turistas y que la gente pueda trabajar .

P A su juicio, ¿en qué ha fallado el Gobierno?

R Hay que entender que ha sido una situación muy complicada, y, además, a nivel mundial, no sólo en España. Nadie se esperaba esto y no es fácil. ¿Se podían haber hecho las cosas mejor? Claro. Al final, ha cogido a todos desprevenidos.

P Sea como sea, ha habido cuestiones como el pacto con Bildu para derogar la reforma laboral que no han caído muy bien...

R La derogación íntegra de la reforma laboral sería un error de incalculables consecuencias para el desarrollo del empleo. Es un tema que hay que estudiar bien. Los políticos deberían dejarse de tantos reproches y dialogar más. En este sentido, la situación en la Comunidad Valenciana es muy distinta. Aquí se ha gestionado la crisis en un clima de consenso político, y hay que ponerlo en valor. Lo más fácil hubiera sido ir en contra de todo lo que hacía el president y su equipo. Ximo Puig supo reaccionar desde el primer momento y ha dialogado con todos, y creo que la oposición ha estado a la altura de las circunstancias. Lo que no se entiende es que en el Congreso de los Diputados se estén peleando continuamente y se hablen en términos tan duros con la crisis que tenemos. Ahora hay que apoyar al que está mandando y el que está mandando debe escuchar también a la oposición y a los agentes sociales para intentar salir hacia adelante.

«No podemos comprar todo a China. Hay que reactivar la industria y que sea competitiva»

Enrique Riquelme asegura que lo más difícil de repartir 8.000 test a los hospitales de Orihuela y Torrevieja y a otras instituciones no solo fue conseguirlos, sino poder pasar la Aduana

P Su grupo donó 8.000 test rápidos a los hospitales de Orihuela y Torrevieja, así como a otras instituciones. ¿Cómo se consigue eso cuando precisamente una de las quejas de las administraciones al principio era la falta de kits?

R Cuando comenzó la emergencia sanitaria, por mediación de unos amigos, conseguimos esos 8.000 test que se repartieron entre los dos hospitales, la Guardia Civil de la comarca, a las policías locales de muchos municipios, o a residencias de ancianos. No fue fácil conseguirlos, y tampoco fue fácil traerlos y que nos dejasen pasar la Aduana, pero los conseguimos y nos quedamos con eso, sobre todo porque eran importantes para los sanitarios, a los que la sociedad sólo puede estar agradecida por la labor que han hecho.

P ¿Por dónde pasa la nueva normalidad a corto y medio plazo?

R Las cosas han cambiado por el covid-19 y va a haber muchas dificultades, pero con responsabilidad conseguiremos salir. De hecho, la gente ha sido bastante sensata en este tiempo, y, por eso, estamos saliendo como estamos saliendo. Habrá que tener mucha cautela para que no vuelva a pasar o que el impacto sea menor, pero eso dependerá de que todos seamos responsables.

P ¿Y cómo saldrá la provincia de Alicante de esta situación?

R Va a salir más reforzada en todos los sentidos, porque ahora las empresas y los bancos están más fuertes. No estaremos como antes del coronavirus, pero, si no hay rebrotes, saldremos. Ahora, sí tenemos que tener claro que, y eso es lo que ha puesto en evidencia esta crisis, no podemos comprarlo todo a China. Hay que reactivar la industria y que sea competitiva para no depender de otros países si necesitamos mascarillas o batas. Tenemos industria y personal cualificado, y hay que aprovecharlo.

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