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Iberdrola adelanta los trabajos para el cierre de la central nuclear de Cofrentes

La compañía eléctrica avanza «diez años» el plan de desmantelamiento de la planta valenciana, que continuará operativa hasta noviembre de 2030

Torres de refrigeración de la central nuclear de Cofrentes. F. bustamante

Iberdrola ha adelantado los trabajos para el cierre de la central nuclear de Cofrentes. La compañía eléctrica ha avanzado «diez años» el plan de desmantelamiento de la planta valenciana que continuará operativa hasta noviembre de 2030. El proceso se intensificará en 2033 y durará dieciséis años. El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, confirmó a INFORMACIÓN los planes trazados. «Estamos yendo por delante» en el proyecto para desmantelar la planta, confesó Sánchez Galán. «Cofrentes va a seguir (operativa) con el plan acordado con el Gobierno» hasta 2030, pero «estamos haciendo ya las inversiones» con lo que «nos estamos adelantando diez años» al programa de cierre, añadió.

Los trabajos en sí para preparar el desmantelamiento de la central nuclear comenzarán en 2027, según el plan de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos SA (Enresa) presentado al Gobierno. Las labores de desmantelamiento se intensificarán tres años después del apagón definitivo de la planta nuclear valenciana en noviembre de 2030 y, en principio, durarán 16 años (entre 2027 y 2043). La central nuclear de Cofrentes (propiedad al 100 % de Iberdrola) entró en operación en marzo de 1985 y tendrá que pedir un permiso para seguir operando a partir de 2025. La planta genera el 48 % de la energía de la Comunidad Valenciana.

Todas las centrales nucleares españolas han emprendido un camino hacia su cierre total en 2035. El Estado constituyó hace treinta años Enresa, que es la encargada del desmantelamiento de las plantas. En torno al 20 % de la generación eléctrica nacional proviene de siete reactores nucleares que permanecen en activo y que están a punto de cumplir su vida útil. Las siete plantas en activo son Almaraz I y II, Vandellós II, Ascó I y II, Trillo y Cofrentes. Vandellós I cerró en 1989 y Enrresa terminará de desmantelar Zorita (la primera central española) en 2020.

El plan de Enresa incluye la hoja de ruta para desmantelar las siete centrales en el marco del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) 2021-2030. El Pniec asume el calendario para el cierre ordenado de las centrales nucleares que suscribieron el año pasado Enresa y los propietarios de las plantas.

De acuerdo con este plan, las labores de preparación para el desmantelamiento de cada planta nuclear empezarán al menos tres años antes de la fecha del cese y se espera que el desmontaje comience tres años después.

El proceso es complejo. Durante los tres años posteriores a la parada total del reactor de Cofrentes, Iberdrola deberá realizar las tareas de predesmantelamiento (incluyendo la gestión del combustible gastado y el acondicionamiento de los residuos de operación) y tendrá que completar la documentación reglamentaria necesaria para el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y para el traspaso de la titularidad de la central a Enresa (que asumirá el control en 2033). Una vez traspasada la titularidad, Enresa desmantelará la planta en un proceso que se prolongará diez años.

Faltan fondos y personal

El interrogante que todavía carece de respuesta es cómo se va a pagar todo este proceso. España, según un informe de PwC, no tiene capacidad para ejecutar de forma simultánea varios desmantelamientos porque no hay ni suficiente personal especializado ni recursos.

El Tribunal de Cuentas también ha advertido de que no hay suficiente dinero para poder cubrir los gastos de gestión del desmontaje de la central nuclear de Cofrentes. El órgano fiscalizador del gasto público sostiene que Enresa tiene un déficit de 2.350 millones de euros para acometer el cierre de la planta valenciana y de los otros seis reactores españoles. El ente ha reclamado revisar las tasas que gravan la factura de la luz y las centrales nucleares para financiar su desmantelamiento.

El Gobierno ha impulsado el despliegue de las renovables para compensar el apagón nuclear y la reducción de las energías contaminantes.

La empresa recolocará a los trabajadores de la planta

La empresa recolocará a los trabajadores de la plantaIberdrola tiene intención de recolocar a los trabajadores de la planta nuclear de Cofrentes. La empresa es consciente del impacto que va a tener en el empleo el desmantelamiento de la central y no quiere dejar a sus empleados en la estacada. Ignacio Sánchez Galán aseguró a este periódico que ya trabajan en el plan para el día después. A la pregunta de si van a recolocar a los trabajadores afirmó: «Bueno, los estamos ya integrando. Lo estamos haciendo antes del cierre. Por lo tanto, sí, sin ninguna duda». Fuentes del sector recordaron que para el desmontaje que durará 16 años hará falta mucha mano de obra.

A 31 de mayo, trabajaban en la central de Cofrentes 707 personas (393 empleados de Iberdrola y 314 trabajadores externos). El cierre de la planta va a suponer un perjuicio económico importante para el Ayuntamiento de Cofrentes, que percibe cada año 6,8 millones de euros en impuestos.

Por otra parte, la Empresa Nacional de Residuos quiere contar en 2028 con un Almacén Temporal Centralizado (ATC) para residuos nucleares de alta actividad y combustible gastado de las plantas españolas. Enresa anunció a principios de año que renunciaba a la construcción del ATC de Villar de las Cañas (Cuenca) siete años después del concurso abierto por el Gobierno para encontrar una localización.

El borrador presentado al Gobierno contempla la construcción de un almacén geológico profundo para confinar todos estos residuos definitivamente y que podría estar listo en 2073 (dentro de 53 años).

El plan considera que es «la alternativa más sostenible y segura». Hasta que llega esa solución definitiva, el Gobierno deberá decidir si apuesta por el ATC o por almacenes descentralizados.

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