La crisis del coronavirus también ha afectado, y mucho, a los recintos feriales, y, por tanto, a IFA. Por eso mismo, el Consell ya ha activado los trámites para inyectar 800.000 euros a la institución alicantina y, de este modo, tratar de paliar, en la medida de lo posible, los efectos del covid-19. Sobre todo teniendo en cuenta que la facturación ha caído hasta junio en torno a un millón de euros por la cancelación de ferias y eventos, lo que supone la cuarta parte de lo que ingresa la feria a lo largo de todo el año. Otra cosa es que en el tramo final del año se pueda ir recuperando algo. En cualquier caso, y por lo que pueda pasar, la Conselleria de Economía ha iniciado el proceso para impulsar una modificación presupuestaria que permita que 800.000 euros de la subvención para inversiones que anualmente recibe IFA en esta ocasión se puedan destinar a cubrir gastos corrientes. Los otros 200.000 euros restantes sí se mantendrán para acometer las reformas más acuciantes que necesita el recinto. Así se dio cuenta en el comité ejecutivo que se celebró ayer, el primero de la era posconfinamiento y, por consiguiente, el primero presencial.
No obstante, el subsecretario de Economía, Natxo Costa, que asistió al encuentro, dejó claro que el proceso se ajusta a la legislación nacional y comunitaria, pero que va a ser largo, hasta que se llegue a su aprobación en el pleno del Consell. En paralelo, incidió en que lo que se pretende es minimizar pérdidas, y siempre desde la premisa de que, si los sectores así lo deciden, los certámenes se deben celebrar al margen de la rentabilidad que puedan tener por la emergencia sanitaria.
Con esa inyección para gasto corriente, según los datos que dio la directora general de la institución, Esther Guilabert, el año se podría cerrar con una desviación de 200.000 euros. Eso, lógicamente, partiendo de un escenario como el actual, sin tener en cuenta que las cosas pueden mejorar o empeorar. Y todo cuando ayer también se presentaron las cuentas de 2019, que, por primera vez en años, dan un resultado que se acerca al equilibrio presupuestario, con unas pérdidas de 1.850 euros, frente a los 976.000 euros con los que cerró la actual cúpula su primer mandato, allá por 2016.
La reunión, además, también sirvió para que se materializara el cambio de representantes en el comité ejecutivo. Así, Ana Marhuenda ya ha tomado posesión del puesto que dejó vacante Jesús Vicente tras su marcha, mientras que el edil ilicitano Carles Molina ocupa la plaza que hasta hace unos meses tenía el gerente de Pimesa, Antonio Martínez, que salió por motivos personales. En este sentido, desde el comité de IFA confían en que el nombramiento de un concejal lleve aparejada una mayor implicación del Ayuntamiento ilicitano, y así lo expresaron ayer. Finalmente, la directora de Cedelco, Beatriz Serrano sustituye al CEO de Vectalia, Antonio Arias, un cambio que, según la Conselleria de Economía, se hace para lograr paridad en sus representantes. Ahora todas las instituciones, salvo la Cámara de Comercio, se ajustan a criterios de paridad en la designación de sus representantes.
