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La agricultura se convierte en el motor económico provincial por su liderazgo exportador

El desplome del turismo y de las ventas internacionales del calzado por la pandemia sitúan a la actividad agroalimentaria en el primer puesto

El sector citrícola, especialmente los limones, ha sido uno de los que más ventas al exterior han registrado durante la pandemia y el primer semestre del año. Tony Sevilla

El sector primario alicantino se ha convertido en los momentos más críticos de la pandemia en una actividad esencial para el aprovisionamiento de alimentos a la población provincial que estaba confinada. Pero, igualmente, ha sido clave a nivel nacional y en el exterior, donde ha ampliado cuotas de mercado o ha llegado a países donde antes no exportaba.

Este protagonismo, en contraposición con el hundimiento del turismo, la primera industria de la provincia, y con el desplome de las ventas internacionales del sector calzado por el impacto de la crisis del coronavirus, han erigido a la agricultura como el motor de la economía provincial, fundamentalmente, por el destacado incremento de sus exportaciones, en más de un 9,9% en el primer semestre (que incluye los meses más duros de la crisis y las restricciones del estado de alarma) respecto al mismo periodo de 2019, según datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) en Alicante.

Frutas, entre ellas los limones; verduras, como tomates, lechugas o zanahorias; e, incluso, las ventas al exterior de carne han permitido al sector agrario desbancar al calzado como líder exportador. La industria zapatera movió en el exterior productos por más de 471,8 millones entre enero y junio, que representaron un descenso del 26,6%; mientras que el conjunto de las empresas agroalimentarias vendió en todo el mundo 652 millones de euros. «En la última década, no es la primera vez que pasa que las exportaciones hortofrutícolas lideran el ránking provincial», advierte Ramón Espinosa, secretario técnico de la organización agraria Asaja-Alicante.

Más demanda de vitamina C

No obstante, en este año tan atípico, marcado por la agresiva evolución del coronavirus en todo el mundo, han sido varios los factores que han confluido para «visibilizar» la importancia de la agricultura, que se ha traducido en un importante aumento de sus ventas en el mercado nacional y en el internacional, destaca Espinosa. Durante la pandemia, y cerrado el canal de la hostelería, tanto en España como en Europa se registró un repunte de la demanda de cítricos ante el convencimiento de los consumidores de que las propiedades de vitamina C que contienen y que ayuda a combatir los resfriados o la gripe, podrían, también, hacer de «elemento protector» contra el covid.

Una situación que además incrementó los precios de este producto, sobre todo en el mes más crítico de la emergencia sanitaria, abril. Entonces, las tarifas de esta fruta percibidas por los agricultores fueron un 186,47% superiores a las del mismo periodo de 2019 y un 42,54% por encima de las de marzo de 2020, según datos publicados por el Ministerio de Agricultura.

Menos fruta extracomunitaria

Pero en el exterior, también, ha influido en el protagonismo del sector agrario alicantino el hecho de que las medidas para evitar la expansión de la pandemia dificultaron la llegada a la Unión Europea de producto de terceros países que en ese momento del año son competidores de la citricultura valenciana, como Turquía, Egipto y Marruecos. El secretario técnico de Asaja reconoce que «este año el mercado no ha funcionado como un ejercicio normal. Los países productores de frutas y hortalizas hemos recibido un volumen mayor de demanda de lo que nos venían pidiendo. Muchos mercados han tenido que tirar de las zonas que estaban más a mano, en este caso España; y dentro de ella, la provincia debido a las restricciones a la movilidad de mercancía», añadía Espinosa. Europa ha sido la zona que más ha incrementado la demanda de fruta y hortaliza. Cuenta Ramón Espinosa que una televisión alemana llegó a llamar a Asaja para saber cómo estaba funcionando aquí el sector y si podría garantizar el suministro a su país.

Un episodio que le lleva a la organización agraria a pensar que la preocupación, al principio de la pandemia, sobre la evolución del virus hizo a los supermercados o distribuidores europeos a hacer acopio de productos.En definitiva, una suma de factores que han beneficiado al sector provincial, lo que, también, le ha llevado a conquistar nuevos mercados. Alemania ha consumido un 48,6% más de frutas alicantinas que en el primer semestre de 2019; Australia ha duplicado su demanda, aunque sus volúmenes son más pequeños. Pero, igualmente, Finlandia, Noruega o Suiza han aumentado sus pedidos. Y Cabo Verde y Costa Rica han probado por primera vez las frutas de «la terreta».

En el caso de las hortalizas, además de los mercados europeos, Kuwait y Australia aparecen como nuevos clientes y Japón pasa de comprar de enero a junio de 2019 hortalizas por valor de 27.970 euros a 280.850 euros, según la comparativa del ICEX.

Carne a Canadá o EE UU ante la caída del canal de la hostelería

Dentro del sector agrario provincial, una de las actividades que más ha sufrido en los momentos más duros de la emergencia sanitaria ha sido el del sector cárnico ante los cierres de hoteles, bares y restaurantes, decretados por el estado de alarma. Aunque muchos productores se han quedado con stocks en sus cámaras frigoríficas por ello, «ha habido algunos que se han buscado la vida y han sustituido este canal por el de la exportación», explica Ramón Espinosa, secretario técnico de Asaja-Alicante. Y el balance del primer semestre del año así lo refleja. Aunque el valor de 16,5 millones de euros está muy alejado de los registros de las frutas y hortalizas, la exportación de carne casi se ha duplicado. Y, además, ha llegado a mercados como Canadá, EE UU, Bélgica o Argelia, que ha disparado sus compras.

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