No ha resultado difícil arrancar una valoración a los representantes de los principales sectores alicantinos sobre las negociaciones iniciadas por CaixaBank y Bankia de cara a cerrar una fusión por absorción de la primera sobre la segunda. Algunos aluden a que este tipo de operaciones reducen la oferta en el mercado, pero todos avalan el movimiento. El empresariado provincial coincide en que sería bienvenida una entidad «sólida, robusta y solvente», y más en los actuales momentos de crisis sanitaria que está teniendo un gran impacto en la economía. Unos tiempos en los que las compañías necesitan apoyo financiero.

Además, aluden a que la competencia de las denominadas Fintech o tecnológicas (banca online); los estrechos márgenes con los que operan las entidades por los tipos reducidos y las directrices europeas de consolidar la banca en el territorio comunitario han sido factores determinantes para que se produjera este movimiento en el tablero del ajedrez financiero en España.

Los nombres de los protagonistas de esta alianza han podido ser una sorpresa para algunos, pero no la operación en sí, ya que todas las señales apuntaban hacia la «aceleración de una probable fusión bancaria ante la crisis sanitaria, aunque los contactos se estuvieran manteniéndose antes», señala Luis Rodríguez, secretario general de la patronal metalúrgica alicantina Fempa.

Además, tras la primera reestructuración del sector financiero derivada de la crisis de 2008, los empresarios creen que «se necesitaba otra para innovar y para que las entidades fueran más ágiles, frente a la competencia de las tecnológicas, lo que significa adelgazar la banca», resume José Serna, presidente de la Asociación del Textil Valenciano (Ateval). El representante empresarial incide en que si esta operación fructifica, «se pierde oferta en el mercado», aunque la parte positiva es que «la fusión convertiría a la entidad resultante en la más grande de España. Y eso es importante para la Comunidad Valenciana, donde ambos bancos tienen la sede social (València)», añade.

Red de oficinas y empleados

En el ámbito autonómico, CaixaBank cuenta con 346 oficinas y 1.820 empleados y Bankia, tiene abiertas 400 sucursales y 2.487 trabajadores. La suma de ambas variables supone un total de 746 sedes y 4.307 empleos, según datos facilitados por las propias entidades.

Debido a la implantación y vinculación al territorio ambos bancos, los industriales confían en que la sede la futura entidad se quede en la capital de la Comunidad. Una reivindicación que a primera hora de esta mañana expresó el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quien, además, calificó de «hito» para el territorio valenciano el movimiento entre CaixaBank y Bankia, con cuyos representantes había tenido días atrás contactos, según fuentes del gabinete de comunicación del jefe del Consell.

«Contar con una entidad tan potente en la Comunidad, si se acuerda la fusión, y que no perdiera las raíces que tiene aquí sería importante para el empresariado y los clientes», resalta Marián Cano, presidenta de la Asociación Valenciana del Calzado (Avecal). También el mandatario de la Cámara de Comercio de Alicante, Juan Riera, valoró el aspecto de la cercanía de tener las sedes de entidades financieras en el territorio como elemento de confianza para los usuarios.

Aportaría “solvencia y rentabilidad”

Igualmente, la patronal CEV, presidida por Salvador Navarro, considera un «hito» la fusión, en el caso de que fructifique. E incidió en que la posible alianza está «en línea con lo que el contexto económico requiere y con las recomendaciones que el BCE está trasladando a todo el sector bancario de la UE». Técnicamente, la operación permitirá avanzar en «solvencia y rentabilidad», a la vez que favorecerá elevar los grados de eficiencia y valor en los servicios bancarios a empresas y ciudadanos, añadió la CEV, que en Alicante está presidida por Perfecto Palacio.

Por su parte, Antonio Mayor, presidente de la patronal hotelera Hosbec, apunta que, tras la anterior reestructuración financiera, «quedaron cosas por hacerse y era necesario fortalecer los bancos españoles y europeos, como insisten desde la UE, en unos momentos de necesidades financieras por parte de la economía». «Se necesita solidez de las entidades para los momentos actuales», apostilla Juan Riera.

Ahora, los empresarios alicantinos también exigen a las autoridades financieras «vigilancia para que estos movimientos no reduzcan la competencia. Y el usuario tenga que asumir costes que no deben como consecuencia de la concentración de entidades», subrayó Antonio Fernández, presidente de la Asociación de Promotores de Vivienda de Alicante (Provia). Y hablaba de concentraciones, porque el empresariado está convencido que el movimiento protagonizado por Caixabank y Bankia no será el último en España, ni en Europa, porque la tendencia es crear instituciones fuertes.

Por su parte, los sindicatos UGT y CC OO reclamaron «medidas no traumáticas» para las plantillas de las dos entidades.

Joaquín Maudos: “Sinergias para ahorrar costes”

Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico en la Universidad de València y director adjunto del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), considera la posible fusión entre CaixaBank y Bankia como «positiva, al intuir que ·hay sinergias entre las dos entidades que se puede explorar para ahorrar costes». Esta es una de las claves de la fusión, a su juicio, para lograr aumentar la «deprimida rentabilidad bancaria». Además, sitúa la operación a “una respuesta a las presiones del supervisor, que lleva tiempo insistiendo en la importancia de reducir costes”, añade.

También Maudos desearía que la sede del banco resultante se quedase en la Comunidad Valenciana, aunque advierte de que, más allá de dónde esté la sede social, lo relevante «es donde esté la operativa y el capital humano».