No hay una sola razón, pero lo cierto es que el mercado español, históricamente con una elevada bancarización, lleva muchos años perdiendo ventanillas. Digitalización, cambio de hábitos del nuevo usuario, un sector cada vez más debilitado por el escenario de márgenes reducidos y tipos negativos, o las duplicidades tras el maremágnum de fusiones y absorciones realizadas hace una década ayudan a explicar la cada vez menor presencia de oficinas en el paisaje urbano.

Es una dinámica en la que va a profundizar, en caso de concretarse, el histórico proceso de fusión que están estudiando en estos momentos los representantes de CaixaBank y Bankia, una maniobra que se apuntaba desde hace años y a la que se han visto abocadas estas dos entidades, ya formalmente, por la crisis derivada de la covid-19.

En el caso de la autonomía, el número de sucursales se ha desplomado en los últimos años a la mitad, pasando de 5.061 en 2008 a las actuales 2.300. Y continúa. Bankia, por ejemplo, ha cerrado varias sucursales en lo que va de año en la Comunidad. Entre ellas, la histórica oficina de la calle Colón, de València, a principios de este mes de julio. Es una tendencia generalizada, no solo de estas entidades, y no solo en la autonomía. En el primer trimestre de este año, antes incluso de la crisis sanitaria, los cinco grandes bancos españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell) redujeron su plantilla en 935 personas y cerraron 125 sucursales. Seguirá.

Fusión Bankia-Caixabank

Si abrimos el foco, el proceso de cierre viene acelerado desde la crisis bancaria de hace una década. En el tercer trimestre de 2008, España alcanzó la cota histórica de sucursales, con 45.707. Doce años y varias fusiones después, se han reducido casi a la mitad, con las 23.065 existentes, según datos del Banco de España al cierre del primer trimestre. Son cifras equivalentes a las de 1980, aunque en un contexto totalmente diferente.

¿Qué va a pasar ahora en la Comunidad Valenciana, si sale adelante esta macrooperación de consolidación del sector, que puede crear la entidad más grande del mercado español? «Va a ser bastante duro tanto a nivel estatal como en la Comunidad. Son unas 4.500 personas en plantilla entre ambas entidades y las oficinas se van a solapar. Seguro que va a haber salidas pero intentaremos que sea lo menos traumático posible», apunta José Miguel Mandingorra, secretario general de la federación de servicios del sindicato CC OO.

A pocos metros hasta las sedes

En efecto, con dos bancos de semejante tamaño y trayectoria histórica en la autonomía (Bankia es heredara de Bancaja; CaixaBank absorbió el Banco de Valencia), la duplicidad de las redes es absoluta. Desde las mismas sedes centrales, metafóricamente ubicadas a escasos metros, en la calle Pintor Sorolla de València. Coinciden en las principales ciudades y ambos gozan de una gran capilaridad. Bankia, por ejemplo, está presente en el 43,6% de los municipios de la autonomía. Las cifras de ambas entidades hablan de una capilaridad y una duplicidad evidentes en todo el país. Desde Madrid (629 oficinas de Bankia, frente a 424 de CaixaBank) hasta Barcelona, territorio de la entidad catalana, pero donde la heredera de Bancaja y Caja Madrid cuenta con 113 sucursales. En la Comunidad Valenciana esa rivalidad se hace más evidente. CaixaBank, por ejemplo, cifra su plantilla en 1.820 trabajadores, con 346 oficinas a 31 de diciembre de 2019. Bankia, por su parte, presenta en su informe de gestión una red de 400 sucursales y 2.487 empleados en la autonomía.

Caixabank y Bankia

Ahorros

Los analistas, lógicamente, vaticinan ajustes importantes en el conjunto del país. Un informe de Barclays señalaba ayer que, para toda España, el solapamiento de sucursales entre ambas entidades alcanzaría el 23% (1.411 oficinas), si se atiende al código postal. Suponiendo que por cada oficina cerrada se recorte la mitad de sus empleados (escenario medio), los costes de reestructuración podrían ser ligeramente superiores a los 1.000 millones de euros, con un potencial de ahorro anual de casi 500 millones de euros.

El ajuste podría afectar a alrededor de 5.750 empleados, de los cerca de 40.000 que suman en toda España.

Más lejos va la firma ATL Capital. Entre las dos entidades sumarán casi 7.000 sucursales, cuando solo hacen falta 3.000 o 4.000 para cubrir el territorio nacional, señala.

Esto preocupa a los sindicatos. «Se solapan en prácticamente todas las localidades», destaca el representante del sindicato CC OO. «Lo que vamos a exigir es que, como siempre hemos hecho en cualquier fusión, se apliquen criterios laborales y responsables, que se acuerde y que no sea traumático», añade. «Como sindicato nos importan los consumidores y con esto se va a seguir produciendo exclusión financiera. Van a quedar cada vez menos oficinas», explica el responsable de la federación de servicio, que advierte de los movimientos que pueden sucederse por parte del resto de operadores.

Cierres en ciudades medianas

Respecto a la exclusión financiera, el director general de la entidad pública IVF, Manuel Illueca, señala: «En los últimos años, asistimos a un proceso de concentración de la red, por cierre de oficinas preexistentes en zonas poco pobladas, pero también debido a un incremento medio del tamaño de las oficinas. Lógicamente, este proceso no se va a detener si se produce finalmente el acuerdo. Esperaríamos una aceleración del mismo en los próximos años, afectando especialmente a la red de oficinas de ciudades medianas y grandes. Asimismo, se espera una lógica eliminación de las duplicidades que se observen en los distintos niveles jerárquicos de la organización».

En línea similar a CC OO, el secretario sectorial de servicios financieros de UGT, el valenciano Víctor Miravete, pide esperar a ver, si se concreta la fusión, «qué modelo se quiere adaptar», recordando estrategias como que CaixaBank no quería abandonar ninguna población de más de 10.000 habitantes.

Aunque reconoce la preocupación por el impacto en el empleo. «Tendremos que sentarnos si quieren hacer ajustes de personal para que todo sea voluntario y con medidas no traumáticas, como se ha hecho en otras ocasiones», concluye.

Illueca apunta a los «negocios complementarios»El director general del IVF, Manuel Illueca, gran conocedor del sistema financiero valenciano, apunta a las duplicidades, pero también a cierta complementariedad de los negocios de estas dos entidades en la Comunidad: «La red de oficinas de Bankia, heredera de Bancaja, cuenta con una gran capilaridad. Apoyándose en esta característica, digamos histórica de la entidad, Bankia centra su negocio en particulares, microempresas y autónomos. En cambio, CaixaBank en la Comunidad tiene una presencia relativamente mayor en grandes empresas». «Desde esta perspectiva, hay una cierta complementariedad entre las dos entidades, si bien, la red de oficinas resultante de la escisión es muy extensa: en torno a 670 oficinas», apunta.