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La vivienda de obra nueva acusa el impacto de la pandemia y reduce un 55% su actividad

Los constructores alicantinos iniciaron 2.068 casas de enero a marzo, mientras que de abril a junio, en plena crisis del coronavirus, el número bajó a 929 - Las empresas alertan de una ralentización este otoño por los rebrotes, las restricciones a la movilidad en Europa y el retraso de las licencias

Operarios trabajando en un edificio en construcción en Alicante. Pilar Cortés

Los promotores de vivienda alicantinos avisan: este otoño se registrará una mayor ralentización de la obra nueva residencial como consecuencia de los efectos negativos de la crisis del covid-19. El parón de casi dos semanas que registraron los sectores productivos en fechas cercanas a la Semana Santa por el estado de alarma, la propia evolución de la pandemia, con nuevo rebrotes en toda España y, sobre todo, las restricciones a la movilidad en Europa están provocando que los constructores estén terminando los proyectos residenciales iniciados para no incurrir en retrasos, más de los derivados de la propia crisis. Ahora, sobre los nuevos, muchos empresarios están pensando en retrasarlos unos meses ante la incertidumbre de la situación.

Las cifras más evidentes del impacto directo de la crisis sanitaria se reflejan en las últimas estadísticas publicadas por los aparejadores provinciales. Estas concretan que entre abril y junio, en pleno pico de la pandemia, el número de viviendas iniciadas en Alicante se situó en 929. Una cifra alejada de las 2.068 del primer trimestre, cuando el covid solo mostraba sus primeras señales, y que significaron un descenso de la producción del 55%. Y tampoco es favorable la comparativa con el segundo trimestre del pasado año, periodo en el que se realizaron 1.772 visados de casas en la provincia, lo que supone un descenso del 48%. El propio Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de la Edificación de Alicante advierte en su último informe de que antes de la emergencia sanitaria, el sector «apuntaba a la finalización del anterior ciclo de crecimiento», ya que en la comparativa de los doce últimos meses, en el periodo comprendido entre el cuarto trimestre de 2017 y el segundo de 2020, la caída más acentuada fue la de abril y junio de este año, con 6.042 casas iniciadas, frente a las 7.135 del ejercicio anterior y del pico de 8.024 viviendas registrado en el primer trimestre de 2019.

«Hay demanda»

Las estadísticas preocupan a los empresarios, como confirmó el presidente de la Asociación de Promotores de Vivienda de Alicante (Provia), Antonio Fernández. No obstante, matiza que a finales de junio y en julio la actividad repuntó. Además, Fernández y su secretario general en Provia, Jesualdo Ros, aseguraron que «entre los clientes internacionales hay interés por nuestra provincia y nuestro producto. Hay demanda», argumentaron. El problema, consideran, se encuentra más en el contexto político. En este sentido, aludieron a las restricciones a la movilidad en Europa y, también, a los retrasos en la concesión de licencias de obras. El secretario general de Provia reclamó una actuación por parte del «Ministerio de Exteriores para que informe a nivel europeo de que la Costa Blanca no es una zona de riesgo sobre la pandemia».

Jesualdo Ros ve una herramienta clave esta actuación de la Administración de cara a los países donde el sector tiene sus principales clientes, como Reino Unido, Alemania, pero, también, Bélgica, que es un mercado muy interesante para la promoción inmobiliaria provincial. Como dato, el mercado británico, que continúa siendo el primer comprador del sector alicantino, redujo un 24% la adquisición de casas en la Costa Blanca, según datos del Colegio Notarial de València.

Si al final no se normaliza la situación y si, como apuntan los promotores, «no se toman cartas en el asunto, hay empresas que se están planteando retrasar la construcción de obra nueva, incluso, hasta diciembre, dependiendo de cómo evolucione la crisis», informó el ejecutivo de Provia.

«Si hay retrasos, habrá más paro»

Desde el mismo terreno de la obra, Pablo Serna, director general de TM Grupo Inmobiliario, advirtió de que, «si no se salvan pronto los problemas de las cuarentenas y las restricciones europeas a los vuelos, se reducirán las ventas y se ralentizará aún más el comienzo de obra nueva o, incluso, se paralizarán». Una previsión que no desea el sector ni considera que sea buena para la economía, dado que la actividad inmobiliaria es tractora de otras en la provincia «y son muchos los puestos de trabajo que representa. Si acaba frenándose la actividad, habrá más paro», añadió Antonio Fernández. Desde Provia aseguraron que «no hay obras paradas». Sin embargo, algunos promotores, pensando más en los próximos meses, avanzaron que sí que hay algunos proyectos paralizados o pendientes de hacerlo en breve.

No obstante, coincidieron con Provia en el grave daño que han hecho al sector las cuarentenas impuestas por Gran Bretaña o Alemania, entre otros países europeos. Una situación que ya ha hecho bajar el cierre de transacciones ante la imposibilidad de que los clientes extranjeros vengan a firmar las escrituras. Pero, además, de cara al futuro más próximo, la situación empaña la confianza sobre el dinamismo de las futuras promociones. En España, porque «el actual escenario está causando un retraso de la decisión de compra de una casa», al margen de las posibles dificultades que pueda tener el cliente para acceder a la financiación. Y a nivel internacional, porque «las restricciones, pese al interés que hay y a que la demanda muestra fortaleza, los extranjeros no pueden venir a ver la casa, a pisar el terreno y a ver la zona», explicó Fernández.

Acelerar trámites

A todos estos factores limitadores, los promotores de vivienda también sumaron los retrasos en la concesión de las licencias de obras, así como las demoras en la gestión de las escrituras. «Lo que antes hacías en unos minutos, ahora se tarda 15 días», apuntó otro promotor. «Es importante que se aceleren los trámites de los proyectos que están preparados para ponerse en marcha, ya de que, de lo contrario, muchos trabajadores pueden ir al paro», alertó el presidente de los promotores, quien cuantificó en más de mil el número de viviendas en la provincia que se han retrasado durante el pico de la pandemia entre el primer y segundo trimestre. «Hemos creado un sistema burocrático por el que todo se hace eterno», apostilló Armando Sala Berendes, director de EDI Grupo Inmobiliario. «Nos gustaría que las licencias se concedieran en plazos razonables y que se exigieran los documentos justos», volvió a reivindicar Antonio Fernández. Pese a todas estas trabas, los promotores confían en la fortaleza del sector. «Estamos acostumbrados a gestionar a largo plazo», resumió Fernández.

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