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La crisis del covid golpea a las cajas rurales al reducir sus beneficios en un 15%

Solo seis cooperativas de crédito de la Comunidad aumentaron sus ganancias hasta junio - Muchas de las integradas en el grupo Cajamar bajan un 50%

El influencia de la crisis del coronavirus en el sistema financiero, que ya ha provocado la operación de absorción de Bankia por CaixaBank -en plenas negociaciones esta semana-, está impactando de manera creciente en las cajas rurales, que al cierre del segundo trimestre, el más cruento de la pandima, han duplicado la reducción de los beneficios que sufrieron en el primero, según el balance del período comprendido entre enero y junio publicado ayer por la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (Unacc).

La treintena de entidades de este sector que siguen operando en la Comunidad Valenciana redujeron sus ganancias en el primer semestre del año en un 15,6%, de 20,5 a 17,3 millones de euros. El descenso se produce en un escenario en el que todos los bancos y cajas están haciendo provisiones contra la cuenta de resultados para hacer frente al aumento en la morosidad que va a provocar la crisis económica derivada de la pandemia. En el primer trimestre de este año, el descenso de los beneficios fue de casi el 8%, de 9,7 a 8,9 millones.

La bajada en los seis primeros meses del año es más acusada si a las treinta rurales mencionadas se les añaden los resultados de Cajamar, la mayor cooperativa de crédito española, que tiene buena parte de su negocio en la Comunidad Valenciana gracias a la absorción durante la anterior crisis de entidades autóctonas como Ruralcaja o Caja Campo. La rural con sede en Almería redujo sus ganancias en un 45,6%, de 38,1 a 20,7 millones y, por tanto, la suma de sus beneficios y del resto de operadores de la zona alcanza los 38,1 millones, con una bajada del 35,1% respecto de los 58,6 millones de un año antes. Si hace tres meses eran diez las rurales que habían logrado aumentar sus beneficios, ahora la cifra baja a seis. Se trata de l'Alcúdia (3,9%), Algemesí (10,2%), Almassora (0,7%), Onda (17,4%), Ruralnostra (65%) y Albal (3,3%). Ninguna de ellas forma parte del grupo cooperativo Cajamar, donde están integradas dos decenas de las rurales valencianas.

Las dos cooperativas mayores que quedan en la autonomía, también independientes de Cajamar, redujeron sus beneficios en un 17,6%, hasta 5 millones, la Central de Orihuela, y en un 12,7%, hasta 4,7 millones, Caixa Popular. Un número muy importante de cooperativas, en su inmensa mayoría pertenecientes al grupo cooperativo que lidera la entidad con sede en Almería, ha reducido a la mitad sus resultados. Es el caso, por ejemplo, de las entidades de Petrer, Torrent, Almenara, Alqueries, Vilavella o Alginet, con descensos de un 50%. El más abultado corresponde, con un 58,2%, a la Vall San Isidro, que en 2016 tuvo unas pérdidas superiores a los 3 millones y que dos años más tarde se integró en el grupo liderado por Caja Almendralejo.

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