Seguimos en la cuerda floja. Los datos económicos más recientes así lo indican. Aunque es cierto que a consecuencia de la pandemia la actividad se ha derrumbado en todos los países, España, según Eurostat, se lleva la peor parte de toda la eurozona en el ámbito económico y en el laboral. Estamos y seguiremos en la cuerda floja mientras no llegue la vacuna; mientras tengamos que rastrear, hacer test, llevar mascarilla, o mientras el turismo, la hostelería o el comercio no se recuperen, porque nuestra movilidad ya no está limitada por decreto, pero la incertidumbre y el miedo nos frenan.

Caminar sobre esta cuerda será complicado, pero no imposible. Si otros países pueden mantener el equilibrio, también lo podemos hacer nosotros. No hay otra opción para no quedar descolgados de la recuperación; no hay otra opción para evitar la caída.

Nuestro tejido empresarial está formado principalmente por pymes, autónomos, y el peso de los sectores más afectados por la crisis, como el turismo, es elevado. Esto podría explicar en parte que seamos uno de los más afectados por la pandemia desde el punto de vista económico, pero no es sólo eso. Que nuestro nivel de productividad sea inferior al del resto de países europeos también ha influido en que nuestra recuperación vaya más lenta.

Tendremos que elevar, pues, esa baja productividad, y me consta que las empresarias y empresarios de la Comunitat Valenciana están realizando un importante esfuerzo por mejorarla y por mantener nuestra competitividad en los cada vez más complejos mercados. La productividad no es un concepto unívoco, no depende sólo del trabajo, sino de muchos parámetros como la dotación de infraestructuras, el tamaño de las empresas, la inversión en innovación o la incorporación de los avances tecnológicos, entre otros.

La inversión en infraestructuras, estratégicas y rentables es una palanca magnífica de competitividad y de generación de empleo. La CEV tiene identificadas y recogidas en su informe «Infraestructuras para el desarrollo socieconómico de la Comunitat Valenciana» las que necesita nuestro territorio. Supondrían una inversión cercana a los 22.000 millones de euros y al menos una parte debería ser recogida en los próximos presupuestos generales del Estado.

Como decía, también la innovación y la digitalización nos ayudarán a ser más productivos. Es momento de acelerar. Debemos dar pasos más largos y decididos en este terreno. Es obligado elevar el presupuesto destinado a innovación y buscar las sinergias para tener empresas innovadoras fuertemente competitivas. La CEV va a contribuir a ello apoyando la interrelación entre los distintos agentes de innovación en la Comunidad a través de la Alianza de Tecnologías Innovadoras. Es cierto que la crisis ha supuesto un shock para nuestra economía y nuestra sociedad, pero también nos sitúa ante una excelente oportunidad para impulsar de forma decidida y sin excusas la innovación y la digitalización que nuestro tejido productivo necesita.

Seremos más productivos si nuestras empresas aumentan su tamaño. Está comprobado que las empresas más grandes son más sólidas, resisten mejor la crisis y hacen de efecto tractor de las pymes.

Y seremos más productivos si el exceso de burocracia no nos lo impide. Es fundamental eliminar trámites redundados o incluso criterios opuestos entre distintas regulaciones, que en la práctica impiden o alargan indefinidamente nuevos proyectos o nuevas inversiones en empresas ya existentes. Es necesario simplificar, pero también hacer que converjan. Del mismo modo, es necesario agilizar o al menos cumplir los plazos de tramitación de los procedimientos administrativos para garantizar la atracción de inversiones. Desde el punto de vista empresarial, el establecimiento de plazos realistas, rigurosos y de obligado cumplimiento para la Administración es un requisito indispensable para garantizar la atracción y viabilidad de las inversiones. Con este objetivo se ha creado el Plan Agiliza, en el que ya trabaja la CEV ayudando a identificar y proponiendo la reducción de las cargas administrativas y la homogeneización de normativas y procedimientos.

Nuestra competitividad mejorará si aprovechamos el plan de recuperación europeo como nuestro mejor aliado. También la CEV va a contribuir a que esto sea posible con el apoyo de nuestra oficina y la de CEOE en Bruselas, que ya trabajan para ayudar a las empresas que opten a proyectos europeos. Confiamos en que nuestra Comunidad tenga acceso a los fondos que en justicia nos corresponden y que, además de invertir en sanidad, sepamos aprovecharlos para hacer de la nuestra una economía más competitiva y sostenible. La recuperación es una oportunidad para incentivar la inversión verde y digital. Ahora es momento de diseñar los mejores proyectos para que Europa se fije en nosotros y para que nuestras empresas formen parte de la transformación digital y ecológica que Europa busca.

Seremos más competitivos si la política fiscal nos ayuda. Penalizar a las empresas equivale a castigar el progreso, porque no hay desarrollo económico sin ellas. Necesitamos apuntalar la recuperación con medidas fiscales más competitivas, medidas como las recogidas en el informe sobre fiscalidad presentado por la Comisión de Economía y Fiscalidad de la CEV.

Y, en el ámbito exclusivamente autonómico, nadie puede poner en cuestión que seríamos más competitivos con una adecuada financiación, a la que no podemos renunciar a pesar de la pandemia. Nuestra Comunidad está necesitada de estímulos, por eso y porque es lo más justo, seguimos exigiendo la solución a un déficit de financiación que arrastramos históricamente.

Necesitamos cambios para mejorar nuestra productividad y aumentar la competitividad, pero sobre todo necesitamos evitar el cierre de empresas y una mayor pérdida de puestos de trabajo. Por eso confiamos en que se mantengan los ERTE, con las condiciones negociadas por los agentes sociales y durante el tiempo que sean necesarios.

Es momento de confiar en las empresas, de no permitir que se queden atrás, y de no olvidar que son un elemento clave para mantener el estado de bienestar gracias a la actividad, al empleo y a los ingresos fiscales que generan. 