Una parte importante de la industria de la provincia ha tenido la virtud de reinventarse para sobrevivir a la pandemia, elaborando al mismo tiempo productos necesarios en esta crisis sanitaria. Este es el caso del textil, cuyas empresas se han volcado en la elaboración de mascarillas y otras prendas de uso hospitalario, o el de los procesos industriales, que han cambiado para producir respiradores o pantallas de protección, entre otros muchos artículos. El juguete también camina hacia un año que podría ofrecer buenos resultados, dentro de las circunstancias. Otros sectores, como el calzado, lo están pasando peor, al igual que algunos de los subsectores del metal. Con todo, el paro en la industria se sitúa en estos momentos en 24.932 personas, lo que supone «sólo» 1.467 más que el año pasado. Los ERTE han contribuido a frenar la destrucción de empleo.