Frutos Secos del Mañán sigue ampliando su volumen de negocio con la almendra española. Por su capacidad comercializadora esta cooperativa limitada de Pinoso es una de las compañías emergentes del sector nacional y lidera la Comunidad Valenciana con 4.500 socios y presencia en 22 provincias de seis comunidades autónomas, concretamente, Castilla-La Mancha, Aragón, Murcia, Andalucía, Castilla-León y Comunidad Valenciana. Un liderazgo que ha conseguido afianzar en la actual campaña con un incremento del 20% de la cosecha, pasando de 25 a 35 millones de kilos de almendra con cáscara, y una previsión de facturación de 60 millones de euros. Esta cifra, de cumplirse, implicaría perder un millón de euros respecto al año pasado a pesar de que la actual cosecha es de mayor cantidad. La razón hay que buscarla en el precio. En 2019 el kilo de pepita de almendra alcanzó los 5,50 euros mientras que en 2020 la media ha bajado hasta los 3,30 euros. No obstante, este fruto seco está sujeto a las fluctuaciones propias del mercado bursátil de tal modo que, de darse en las próximas semanas unas condiciones favorables en el juego de la oferta y la demanda, el precio podría subir hasta los 4 euros.

«El mes fuerte»

Septiembre siempre es «el mes fuerte» de una campaña que se encuentra ahora en su punto álgido aunque comenzó en agosto y finalizará en noviembre. Por eso, es habitual en estos días observar la típica imagen de las montañas de almendras apiladas en el recinto exterior de la cooperativa mientras camiones, tractores y furgonetas hacen cola todos los días para abocar 100.000 kilos diarios del preciado fruto. La cosecha en la Comunidad Valenciana ha sido similar a la del ejercicio anterior, pero Aragón lleva camino de convertirse en la zona de mayor producción de la Península Ibérica.

También el consumo aumenta todos los años y la almendra española goza de una extraordinaria imagen en los mercados internacionales. Su carta de presentación es su sabor, calidad, duración y sus propiedades nutricionales. Estados Unidos no puede competir en ninguno de estos aspectos, pero sigue siendo el principal exportador. De hecho, acapara el 80% de la producción mundial. El principal problema de los agricultores españoles es su incapacidad para competir con el bajo precio de venta que manejan las compañías de California. En esta campaña los yanquis están vendiendo a 3,60 euros el kilo gracias a la subvención de 60 céntimos por kilo que les ha concedido el Gobierno de Trump para paliar los efectos económicos del coronavirus.

Nuevos mercados

La almendra alicantina ha disparado su exportación en los seis últimos años. Fundamentalmente con destino a países del norte de Europa, Oriente y Asia. Pero el objetivo de la cooperativa de Pinoso es consolidar su presencia en Canadá y la zona euro para lanzarse a la «conquista» del mercado de Rusia, China, Japón e India.

«La almendra española es única en el mundo y, sin embargo, está mucho más valorada fuera de nuestras fronteras que dentro», explica el presidente de Frutos Secos del Mañán, Alfredo Sogorb, al tiempo que destaca la dimensión ecológica, social y laboral de este cultivo en la provincia. «El almendro tiene mucho futuro y está consiguiendo mantener el mundo agrario en nuestro territorio. Por todo ello debería recibir un mayor apoyo de los poderes públicos», reclama Sogorb. También en los últimos años se ha detectado en la provincia un incremento de pequeños productores que optan por esta plantación a tiempo parcial. Una sola persona puede mantener, trabajando solo los fines de semana, una finca de 30 hectáreas de almendro. Esa es una de las claves. La otra es la caída del empleo en el sector industrial, lo que convierte el campo en una salida profesional habida cuenta, además, de la falta de relevo generacional y de los bajos precios de las parcelas ante el progresivo abandono de las tierras.