El impacto amplio y profundo de la crisis que ha traído la pandemia del covid-19 se observa en todos los ámbitos de la realidad económica, desde la facturación de una pequeña cafetería que ha perdido clientes por la generalización del teletrabajo a las grandes operaciones corporativas, congeladas ahora. Es algo que se percibe claramente en las cifras de inversión extranjera, actualizadas ayer por el Ministerio de Industria y Comercio con los datos del segundo trimestre del año, el de la gran parada de abril a junio. En esos tres meses, la Comunidad Valenciana recibió solo 10,3 millones en inversión extranjera directa, un descenso del 93,4% respecto a lo ocurrido en el segundo trimestre del año anterior. El descenso ya fue notable en el primer trimestre. En lo que va de año, el retroceso es del 78%. No hay antecedentes de una caída tal en esta estadística desde que se tienen registros, hace casi tres décadas. De hecho, apenas hay cuatro trimestres (en 1995, 2002 y 2007) que hayan tenido cifras similares, puntuales, dentro de esta variable siempre voluble y dependiente de los ciclos inversores de las grandes empresas.

En el conjunto de España, paradójicamente, en el segundo trimestre se cuantifica un nivel de inversión algo mayor al del año anterior (4.642 millones), posiblemente de operaciones previstas con anterioridad. En el conjunto del año las cifras van claramente a la baja, con un 37% menos. Madrid, como siempre, absorbe la mayoría de esa inversión, con el 75% de los 7.292 millones totales llegados a España. La Comunidad Valenciana se mantiene en cuarto lugar, tras Cataluña y Andalucía.

A la espera de ver cómo evoluciona tanto el comportamiento de las multinacionales instaladas en la Comunidad Valenciana como el interés del capital extranjero en sectores como el químico, inmobiliario o cerámico que han protagonizado grandes operaciones en los últimos años, cabe apuntar al buen comportamiento de la inversión extranjera desde la salida de la crisis. En 2014, fueron 826 millones y en el último trienio se acumulan 2.946 millones de inversión.

De hecho, más allá de las grandes operaciones en sectores como el azulejero, la desaceleración que empezó a asomarse en 2019 y el remate que ha supuesto el covid, el capital extranjero mantiene un cierto interés en la Comunidad. En estos momentos, la Comunidad Valenciana tiene 107.634 empleos ligados a la inversión extranjera, también la cuarta posición del ránking. Igualmente, la autonomía acoge 714 filiales extranjeras, con una cifra de negocios de 18.757 millones, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Si bien la inversión extranjera ya apuntaba antes del covid a la baja en la Comunidad Valenciana (-21,2% en 2019) y en España (-53,6%), habrá que ver la evolución de los próximos meses. Por la incertidumbre general y porque el Gobierno de España, por ejemplo, ha sido uno de los más restrictivos a la hora de aplicar regulaciones, sobre todo pensando en evitar que los sectores estratégicos (infraestructuras, tecnología, materias primas, etcétera) se vean afectados por la entrada de capital foráneo en estos momentos de debilidad.