María Ángeles Bonet es profesora del Departamento de Ingeniería Textil y Papelera del Campus de Alcoy de la Universidad Politécnica de València (UPV). Destaca que el segundo puesto que se le otorga al textil como industria más contaminante es engañoso, puesto que no se corresponde con la realidad europea, ni consecuentemente con la del clúster formado por las comarcas de l'Alcoià, El Comtat y la Vall d'Albaida.

P ¿Está progresando adecuadamente el textil en materia de sostenibilidad?

R Efectivamente, está considerado como la segunda industria más contaminante del planeta, pero habría que preguntarse bajo qué parámetros se evalúa. Hace años sí se vertía sin ningún tipo de control y se consumía mucha agua, pero ahora hay una normativa europea muy estricta que las empresas cumplen a rajatabla.

P ¿Dónde reside entonces el problema?

R El problema es la deslocalización, cuando se produce en terceros países y los controles son menos estrictos o directamente no existen. En Europa, insisto, el sector cumple con todos los estándares de calidad desde el punto de vista medioambiental. Ahora, además, todo el mundo habla de sostenibilidad y de economía circular, pero, en estas comarcas, el reciclado, por ejemplo, es una tradición histórica.

P ¿La tecnología ha contribuido al proceso en el que se halla inmerso el sector?

R La tecnología ha avanzado mucho y los consumos de agua y los residuos, por ejemplo, son muy inferiores a lo que eran hace unos años. Los controles, asimismo, son más estrictos, aunque quizá haya un exceso de normativa que lo único que hace es confundir al sector.

P ¿La producción de hilos y tejidos ecológicos son una demanda del mercado?

R Hay empresas que lo tienen como una estrategia de marketing y otras que esconden detrás una auténtica concienciación. Quizá el consumidor ha contribuido a empujar a las firmas, porque existe un nicho de mercado basado en la sostenibilidad que va creciendo. El textil, en definitiva, ha demostrado que puede ser verde, y cada vez da más pasos en esa dirección. 