La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, dijo este miércoles que las medidas que la entidad ha aplicado desde marzo para afrontar los efectos de la pandemia impulsarán el producto interior bruto (PIB) de la zona del euro en 1,3 puntos porcentuales de forma acumulada entre 2020 y 2022.

En su intervención en la conferencia del BCE con representantes del mundo académico "ECB and its Watchers", Lagarde añadió que estos estímulos monetarios impulsarán la inflación aproximadamente en 0,8 puntos porcentuales en el mismo periodo, según cálculos de la propia entidad monetaria.

El BCE ha decidido hasta ahora comprar este año deuda pública y privada de la zona del euro por valor de 1,35 billones de euros, y ha inyectado enormes cantidades de liquidez muy barata para garantizar que los tipos de interés siguen bajos en todos los países de la zona del euro y estimular la concesión de créditos a las empresas y hogares.

Todas las medidas de política monetaria aplicadas desde mediados de 2014 han tenido un impacto en el crecimiento del PIB de entre 2,5 y 3 puntos porcentuales de forma acumulada hasta 2019 y en la inflación de entre 1,7 y 2 puntos porcentuales.

Lagarde apostilló en su discurso que volver a la normalidad anterior a la pandemia del coronavirus puede suponer volver a una situación no convencional para la política monetaria en la que el uso de medidas no convencionales ya se ha vuelto normal.

Desde el estallido de la crisis financiera en 2008, se asumía que "la normalización de la política monetaria significaba volver a una política monetaria de tipos de interés y terminar poco a poco con las medidas no convencionales", recordó.

"Pero si lo 'normal' está cerca de lo que vimos antes del brote de la pandemia y, me temo, lo que vemos ahora más claramente, necesitamos estar preparados. Necesitamos tener un claro consenso -acordado dentro del Consejo de Gobierno y comprendido por el público- de las herramientas de que disponemos cuando la inflación es demasiado baja y cómo deberían utilizarse sistemáticamente en respuesta a diferentes tipos de impactos", dijo Lagarde.

La presidenta del BCE consideró que sin el uso de las compras de grandes cantidades de deuda acometidas desde 2015, la facilidad de depósito debería haber bajado hasta el -2 % para lograr el mismo ritmo de inflación.

Este es un nivel de tipos de interés que probablemente habría creado dinámicas de tasas de interés de reversión, en las que una bajada de los tipos de interés es contradictoria porque "daña el modelo de negocio de los intermediarios financieros y altera la transmisión de la política monetaria", según Lagarde.

La tasa de reversión es el nivel de tipos de interés a partir del cual la política monetaria se vuelve contractiva porque disminuye el crédito en vez de aumentarlo.