Tras la solarfobia, un boom fotovoltaico. España ha pasado de tener una de las legislaciones más restrictivas de Europa para el autoconsumo de energía renovable a disfrutar del escenario más abierto a su desarrollo en la historia del país. La nueva normativa garantiza el derecho de cualquier persona a producir energía para autoabastecerse y a intercambiarla sin trabas innecesarias. Y está funcionando: solo en la provincia de Alicante se ha pasado de tener registradas ocho instalaciones de este tipo en 2018 a 285 en 2019. En lo que va de año, el registro autonómico de autoconsumidores ha crecido hasta los 926 proyectos, según informa la Conselleria de Economía. Es un 220% más respecto al año anterior.

El 98,9% de las 2.488 instalaciones del listado son de energía fotovoltaica. Se distribuyen habitualmente en viviendas unifamiliares, en estructuras de varios paneles del orden de 350 W que suman potencias normalmente inferiores a 10 kW, pero también en empresas, donde pueden alcanzar los 100 kW o más. Alicante concentra el 46,3% de todo el autoconsumo de la Comunidad.

En cada año del trienio 2018-2020 se ha aprobado una nueva ley que ha rebajado un nivel la dificultad para acceder a la energía solar. La primera fue la derogación en 2018 de los peajes de acceso, el llamado «impuesto al sol», un gravamen que obligaba a los propietarios de instalaciones -de cualquier tipo de renovable- a contribuir con el sistema eléctrico aunque no participaran en él.

La segunda es el decreto de autoconsumo de 2019, mediante el que se fijan las figuras de autoconsumidor individual y colectivo y el régimen de compensación económica por verter excedentes a la red eléctrica. Ambas son causa principal del espectacular incremento de paneles solares en la provincia, aunque la bajada de precio de los módulos fotovoltaicos -un 90% en una década- también tiene mucho peso.

La tercera mejora legal es muy reciente y su efecto aún no se nota en la estadística: el decreto ley de fomento de renovables de la Generalitat del pasado mes de agosto. Sobre el autoconsumo, el texto establece un único criterio para colocar estructuras de hasta 100 kW en suelo urbano, lo que termina con la jungla de requisitos urbanísticos que había que atravesar para legalizar las instalaciones. «Hasta ahora ha habido 542 formas distintas de autorizarlos porque había una por cada municipio», cuenta Demetrio López, instalador alicantino de fotovoltaica desde hace 15 años.

«El crecimiento de los paneles solares va a ser espectacular, todo el mundo lo esta diciendo. La ley lo facilita todo muchísimo y esta es la ocasión de aprovecharlo», asegura Roberto Reig, un instalador de Cocentaina. La Unión Fotovoltaica Española (UNEF) celebra los logros, pero sin complacencia: «Es el mejor escenario legal de la historia, pero no el mejor posible. Queda mucho por hacer y hay que ser ambiciosos para estar a la altura de otros países», apuntan fuentes de la asociación empresarial.

Sector en expansión

La crisis de la covid-19 no está afectando a instaladores eléctricos como López. «No ha habido negocio en los últimos años, pero en 2019 facturé el doble que el año anterior y este año ya he vendido más que en todo 2019», explica este ingeniero alicantino, centrado en proyectos domésticos. Reig coincide en los tiempos: «El decreto de autoconsumo de abril de 2019 es lo que lo lanza todo».

Esta norma establece que viviendas, comunidades, industrias y edificios comerciales puedan generar su propio abastecimiento eléctrico y, si lo desean, verter a la red general los excedentes a cambio de una compensación. Según Reig, un grupo de paneles «permite ahorrar el 70% de la factura», porcentaje que incrementa si se entra en el régimen de compensación o si se cuenta con baterías para consumir de noche el exceso del día.

López, además, ha estudiado el potencial de las cubiertas de edificios en el casco urbano de Elche y ha concluido que si todos tuvieran paneles solares en el tejado «cada familia ahorraría 300 euros al año en la factura de la luz». Esta cifra se dispara en la industria, donde según su estudio se alcanzan recortes de hasta 10.000 euros anuales.

Según el listado de autoconsumidores de la Conselleria y el testimonio de los instaladores, la expansión solar en la provincia se produce en los grandes municipios y zonas con población extranjera. Tras Alicante y Elche, con 77 y 61 registros respectivamente, los municipios con más montajes son Orihuela (53), Calp (41), Xàbia (31), Torrevieja (30), Dénia (29), San Vicente del Raspeig (28), Pilar de la Horadada y l'Alfàs del Pi (26) y Altea y Benissa (25).

Josep Orts-Molines tiene uno de las dos estructuras registradas en Gaianes. Con capacidad para generar 17 kW/h diarios, cubre prácticamente el doble de la demanda de su vivienda vacacional. Es autoconsumidor con compensación, de forma que a final de mes recibe un descuento en su factura porque todo lo que él no usa es aprovechado por la red. «Las facturas no se quedan a cero, pero pago sólo unos pocos céntimos» explica. Convencido de que «un medio ambiente mejor empieza por uno mismo», cree que esa cesión de energía por la que no gana dinero «es como pagar impuestos por tener hospitales aunque los use lo menos posible». «Además, en tres o cuatro años habré amortizado los paneles», asegura.