Pepe Serna. Juani Ruz

Pepe Serna. Juani Ruz

Pepe Serna. Juani Ruz

La pandemia del coronavirus lo está mediatizando todo y ha causado estragos en la economía a nivel general. Sin embargo, parece que el textil ha sabido adaptarse a esta nueva realidad y que incluso le está sacando partido...

R El sector textil ha pasado por muchas crisis a lo largo de su historia, lo que en cierto modo curte a las empresas y las prepara para afrontar lo que se les ponga por delante. Es cierto que el actual contexto es diferente a todos los que hemos vivido, pero la reacción ha sido espectacular, hasta el punto que se puede decir que el textil es el sector, junto al de la alimentación, que mejor ha reaccionado para hacer frente a la crisis sanitaria.

P ¿Cuál ha sido la envergadura de esta reacción?

R Se ha creado un auténtico clúster sanitario formado por más de 70 empresas, la mayoría situadas en l'Alcoià, El Comtat y la Vall d'Albaida, cuando antes no había ni una que se dedicara a ello. Las firmas se han reconvertido a través de inversiones de hasta un millón de euros para poder producir artículos de primera necesidad como mascarillas o batas, entre otros. Y eso se ha producido casi de la noche a la mañana, gracias a la cultura textil que existe desde hace muchos años en estas comarcas, donde conviven diferentes subsectores como hilaturas, confección, tejeduría, acabados y estampados. De hecho, algunos de los productos que se elaboran son fruto de la cooperación entre varias firmas, que tienen la ventaja de estar próximas. También ha sido una oportunidad para los fabricantes de maquinaria.

P ¿La apuesta por el material sanitario tiene recorrido más allá de la pandemia de coronavirus?

R Si algo ha producido esta crisis sanitaria es la conciencia de que los países tienen que poder aprovisionarse por sí solos de productos estratégicos y de primera necesidad como son los sanitarios. No puede volver a ocurrir que nos quedemos sin materiales tan básicos como mascarillas. Por ello pensamos que el clúster sanitario puede tener futuro, aunque reorientando la fabricación hacia equipos de protección individual y productos de más valor añadido, con fibras y mezclas de mayor calidad y sostenibles. Las mascarillas al uso que utilizan los ciudadanos en estos momentos van a dejar una huella ecológica enorme en forma de residuos, y hay que trabajar para tratar de evitarlo.

P Pero no a todo el sector le está yendo igual en el actual contexto...

R Efectivamente, el impacto de la pandemia está siendo irregular, dependiendo de a lo que se dedica cada empresa. La gente, a partir del confinamiento, está cambiando de hábitos y se queda más en casa. Antes era más de salir a restaurantes e irse de viaje, y ahora, como permanece más tiempo en el hogar, lo que hace es destinar ese dinero a realizar arreglos y cambiar cortinas o cubresofás, por poner algunos ejemplos. Esa circunstancia propicia que el textil-hogar esté sufriendo menos que otros, como los que se dedican a aprovisionar a los restaurantes y los hoteles, que han visto reducida de manera exponencial la demanda. También lo están pasando peor las empresas que se dedican a las tiendas, y de forma especial los relacionados con la moda o la ropa en general, puesto que aquí las ventas se han desplomado debido a que, como decía antes, la gente sale menos y se han suspendido o reducido a mínimos eventos como las bodas y las comuniones. Pero los empresarios se espabilan y se dedican a buscar nuevos mercados y productos que tengan una mayor demanda, y una prueba de ello, insisto, es lo que ha ocurrido con la creación del clúster sanitario.

P ¿Cuál está siendo el impacto a nivel económico en el sector?

R Evidentemente, se está produciendo un descenso de las ventas. A nivel nacional no tenemos todavía datos concretos, pero las exportaciones bajaron alrededor de un 30% entre enero y junio. El segundo semestre ha estado muy parado y el primero ha funcionado a medio gas.

P ¿Cómo afrontan las empresas el futuro? ¿Hay perspectivas de mejora?

R La incertidumbre es la palabra clave en estos momentos. Nadie sabe lo que va a pasar. La impresión es que el virus ha venido para quedarse, al menos hasta que haya vacunas y éstas se puedan aplicar de forma masiva a la población. El contexto es delicado tanto a nivel nacional como internacional. Una constatación de ello son las ferias, que se encuentran paralizadas dificultando la promoción y la venta de los productos. La pandemia nos ha pillado a todos con el paso cambiado y también las previsiones entorno a la misma, porque pensábamos que a partir del verano las cosas empezarían a mejorar y ahora vemos como la segunda oleada del virus es una realidad, con confinamientos en ciudades tan importantes como Madrid y medidas también restrictivas en París.

P El textil ya no podrá beneficiarse de los ERTE por causa mayor. ¿Qué opina a este respecto?

R Los ERTE deberían haberse prorrogado en función de la situación de las empresas y no por sectores, porque la situación, como he comentado antes, es muy diferente dependiendo de cada firma. Hasta ahora habían venido bien, pero a partir de ahora, cuando terminen, a las empresas que les vaya mal no les quedará otra que recurrir a expedientes de regulación de empleo, con lo que ello comporta a nivel económico y social.

P ¿Piensa que el Gobierno ha hecho todo lo que podía en este contexto? ¿Cuáles son sus reivindicaciones?

R Los ERTE, como digo, nos habían ido bien, aunque estaba claro que más pronto o más tarde se iban a terminar. Lo que reclamamos es que se mantengan las líneas de crédito para las empresas, y en unas mejores condiciones. En la actualidad los préstamos ICO tienen un año de carencia y cuatro de amortización, y lo que planteamos nosotros es que pasen a tener dos de carencia y cinco de amortización. Los meses de abril y mayo del próximo año pueden ser críticos para algunas empresas, dado que pueden verse obligadas a devolver el dinero de los préstamos cuando lo que necesitan es liquidez. Por otro lado, en los momentos de crisis las coberturas de los seguros bajan, por lo que es importante que haya un fondo nacional de reaseguramiento para este periodo, de manera que las firmas aseguradoras tengan un respaldo parecido al que ha tenido la banca. En definitiva, lo que queremos es un mayor respaldo en estas materias, porque al final lo que es una evidencia es que nos encontramos en una crisis sanitaria, que no han provocado las empresas.

P ¿La próxima primavera va a ser complicada para el sector?

R Todo apunta a que sí. Las previsiones a nivel nacional indican que van a cerrar entre el 20% y el 25% de los comercios, lo que supone que se van a perder cerca de 12.000 en todo el país. Por otro lado, se está registrando un fenómeno de reubicación de la distribución, puesto que cada vez hay más gente que compra desde casa a través de internet y a grandes plataformas como Amazon. Todo esto va a repercutir en el sector textil, porque a pesar de que sí que hay empresas que son proveedoras de este tipo de plataformas, aquí se ha trabajado desde siempre mucho con las tiendas. El panorama, por tanto, es complicado.

P El textil valenciano tiene su principal centro de producción en las comarcas de l'Alcoià, El Comtat y la Vall d'Albaida, que en su conjunto aglutinan a más de 1.000 empresas que superan los 8.000 trabajadores. Sin embargo, estas cifras son el resultado de un proceso de depuración fruto de sucesivas crisis...

R Desde el año 2000 se han perdido el 40% de las empresas y puestos de trabajo, algo que tenía que pasar, porque no todos eran competitivos. Sin embargo, desde hace cinco años se está registrando un repunte en la contratación del 3%, por lo que se puede decir que la situación se ha estabilizado. El sector se ha reconvertido en busca de nuevos modelos de negocio y está mucho más preparado para competir en los mercados. En España hubo un momento, y sigue pasando, en que básicamente se apostó por la construcción y el turismo, y nos llegaron a decir que estábamos condenados a desaparecer. Pero ha quedado demostrado que eso no ha sido así, y que el textil tiene múltiples posibilidades y una cantidad de aplicaciones increíble.

P ¿Cuáles son los elementos en los que hay que seguir trabajando?

R Lo principal es apostar por el oficio que tenemos y que sabemos hacer bien. En una época de crisis como esta muchas empresas pueden resultar afectadas, pero hay gente de raza que innova y busca nuevos mercados. La colaboración económica y técnica es fundamental teniendo en cuenta que hablamos de pequeñas empresas que por sí solas no pueden hacer muchas cosas. Aquí, como he dicho antes, tenemos la ventaja de la proximidad, y la cooperación es fundamental para competir en unos mercados cada vez más exigentes. Hay que pensar que la competencia no está aquí, sino en el mundo. También hay que seguir apostando por la innovación, y para ello contamos con AITEX, el mejor instituto tecnológico de España y uno de los más importantes a nivel internacional, que nos ayuda mucho en materia de investigación y certificación.

P El textil tiene el sambenito de estar considerado como la segunda industria más contaminante del mundo, sólo por detrás del sector petrolero. Sin embargo, las empresas de la zona están realizando un esfuerzo por combatir esa imagen...

R La gran producción no se hace aquí, sino en el lejano Oriente, que es donde no se controlan como es debido cuestiones como la contaminación, el uso de productos químicos o el consumo del agua. Nuestras empresas, en cambio, se ciñen a la normativa europea, muy exigente en estos campos, de manera que el impacto sobre el medio ambiente es mucho menor. Además, contamos con la ventaja de que somos muy creativos, y que algunas firmas reinventan la maquinaria en aspectos que también favorecen la sostenibilidad.

P ¿Cuál es la principal aportación del textil de l'Alcoià, El Comtat y la Vall d'Albaida en este campo?

R Lo más importante de la economía circular es el reciclaje, y aquí tenemos el centro más importante del reciclaje textil de toda Europa. Se trata de una cultura adquirida a través de generaciones, porque desde siempre se han reaprovechado prendas y tejidos para elaborar nuevos artículos. Una evidencia de ello es que, dentro del convenio, se contemplan hasta diez anexos para cada subsector, y el nuestro, desde hace nada menos que 40 años, es el de fibras de recuperación. Además, nos estamos preparando para una nueva directiva europea que se va a aplicar a partir de 2025, según la cual los fabricantes tendrán que asumir una responsabilidad más amplia en los productos que elabora desde la fabricación hasta que se dejan de utilizar por parte del consumidor. Se trata de un sistema integrado por el que habrá que pagar para que cualquier prenda o tejido sea sometido a recuperación. De cualquier forma, no toda la responsabilidad tiene que recaer en las empresas. También en los consumidores tendrá que calar la cultura del cuidado de la naturaleza.

P ¿Considera que la industria cuenta con el apoyo que se merece por parte de las administraciones?

R Un país debe apostar por la industria si quiere tener estabilidad, algo que ahora ha quedado más en evidencia con la crisis sanitaria, donde el turismo se ha derrumbado. Son las empresas las que generan riqueza y trabajo de calidad. La aportación industrial al producto interior bruto está situado ahora en el 14%, y debería ser al menos del 20% para tener asegurada una sostenibilidad económica. Es necesario, por tanto, elaborar tanto un plan nacional como autonómico de apoyo a la industria, apostando además por las empresas locales para no tener que estar pendientes de decisiones externas, como ha pasado ahora con las plantas de vehículos que dependen de Japón. Hay mucha problemática que resolver, como que no hay suficiente tamaño y que eso complica la competitividad. También queremos que nos ayuden en materia de innovación, y hacer todo lo posible por mejorar la imagen de la marca España. En definitiva, hay que dedicar más recursos a la industria, pero no para comer, sino para enseñar a pescar.

De cerca

Taurino en México y político en Ontinyent

Pepe Serna, a sus 63 años, tiene a sus espaldas una trayectoria de lo más variopinta. Tras estudiar en la Facultad de Económicas de València, estuvo desde 1981 a 1988 en México, donde desarrolló diferentes actividades empresariales relacionadas con el textil, e incluso llegó a convertirse en empresario taurino. «Un grupo de amigos conocimos allí a un novillero navarro que nos animó a montar diferentes espectáculos taurinos, como el clásico del bombero torero o rejoneos con mariachis. Lo que pasa es que no salió como esperábamos y llegamos a perder dinero, porque en algunos eventos no nos acompañó el tiempo», recuerda.

Después ya regresaría a Ontinyent, donde nació, realizando un máster de dirección de empresas y trabajando para varias firmas de la zona. También llegó a ejercer la política, siendo cabeza de lista del PP en las elecciones municipales de 1991. Durante esa legislatura fue el portavoz de la oposición y ejerció como concejal de Protección Civil y Transporte Público. La vocación le viene de su padre, Antonio Serna, que fue alcalde del municipio durante la Transición. «Siempre -señala- he tenido vocación de servicio, pero nunca he vivido de la política. Recuerdo aquellos tiempos y a los compañeros de corporación con añoranza, porque nada tiene que ver con la política de ahora, que es muy faltona. También he de decir que pese a que he estado representando al PP, tengo amigos en ambos bandos. Casi diría que más de izquierdas que de derechas».

También de su padre se puede decir que le viene la vertiente empresarial, puesto que, según señala, «era borrero, tenía una industria de maquinaria textil y otra de regenerados». Serna se incorporó en 1995 de la mano del empresario Alfredo Ferre a Ateval, y ahí ha permanecido hasta ahora, en que ejerce de presidente tras haber sido secretario general durante este tiempo.

«La mujer está ganando presencia en Ateval»

P ¿En qué situación se encuentra en estos momentos la Asociación de Empresarios del Textil de la Comunidad Valenciana?

R Ateval es como una empresa que defiende los intereses de las empresas, y por eso trabajamos en campos muy variados para reforzar la competitividad de nuestros 33o asociados. Cuestiones como la innovación, la economía sostenible, la competitividad, las nuevas tecnologías, la internacionalización, la responsabilidad social corporativa o la formación son totalmente prioritarias para nosotros y se trabajan en las correspondientes comisiones. También estamos aquí para negociar el convenio laboral y prestar aquellos servicios que las empresas nos requieran.

P ¿Su nombramiento como presidente ha supuesto también una renovación de cargos directivos?

R El comité ejecutivo se ha renovado bastante, con gente joven y doce mujeres entre sus cuarenta miembros, lo cual es una nota a destacar si se tiene en cuenta que históricamente la presencia masculina lo ha acaparado todo. De hecho, se puede decir que la mujer está ganando presencia en Ateval, porque también es más que destacable que en la entidad todas las trabajadoras son chicas y que forman un equipo muy competitivo. También cuento con una comisión de gobierno muy integrada y experimentada, con expresidentes y empresarios que llevan mucho tiempo en el organismo. 

P ¿En qué iniciativas están trabajando en estos momentos?

R Formamos parte de los foros nacionales de la industria textil, de la moda y del hábitat, y también trabajamos junto a la Generalitat en un plan por medio del cual se van a elaborar diagnósticos de empresas. Hemos sido capaces de firmar convenios por diversas cuestiones con el propio gobierno autonómico y ayuntamientos como el de Ontinyent, y estamos en permanente contacto con el Gobierno central para abordar iniciativas que nos puedan beneficiar tanto a nosotros como sector textil, como a la industria en general.

P La formación está siendo una de las grandes apuestas del sector, que está teniendo problemas para encontrar mano de obra cualificada...

R Hace falta mucha capacitación a nivel general, algo que se pone en evidencia cuando se presentan tantas peticiones para beneficiarse de la renta vital básica. La formación es imprescindible para encontrar empleo, y en el caso de nuestro sector, las empresas están encontrando problemas para relevar a los trabajadores que se jubilan. De ahí que hayamos llegado a acuerdos con centros de formación profesional como el de Cotes Baixes de Alcoy, para conseguir que los jóvenes vuelvan a interesarse por el textil y que contemos con mano de obra cualificada y especializada.

P ¿Qué futuro le ve al sector?

R La industria es el motor económico de las Comarcas Centrales Valencianas, y ahí el textil juega y seguirá jugando un papel fundamental. 