A pesar de la mejora que consiguió en el resto de áreas, la pérdida del contrato del servicio de hemodiálisis que prestaba para la Conselleria de Sanidad y las fuertes inversiones realizadas en la mejora de las instalaciones pasaron factura el año pasado a las cuentas de Vithas Alicante SL, la filial del grupo Vithas responsable de la gestión del hospital homónimo en la capital de la provincia -el antiguo Perpetuo Socorro- y del hospital Medimar.

En concreto, según los balances depositados en el Registro Mercantil, la compañía anotó el año pasado una caída de la facturación del 2,7%, al pasar de los 39,8 millones que ingresó en 2018 a los 38,7 millones de un ejercicio antes; mientras que los resultados fueron de unos beneficios de 634.000 euros a unas pérdidas de 2,5 millones. Unos números a los que la firma resta importancia, ya que los considera coyunturales y confía en remontarlos.

En este sentido, desde la propia compañía apuntan que los dos hospitales que gestionan en Alicante «están inmersos en un proceso de remodelación de espacios, renovación de equipamientos médicos y consolidación de unidades médicas especializadas, que tienen como objetivo la mejora de la experiencia paciente y la consecución de la acreditación de calidad de mayor prestigio internacional en todos nuestros centros, la Joint Commission International». Unos cambios que han supuesto una «importante inversión», que esperan rentabilizar en los próximos ejercicios.

Pero también recuerdan que el año pasado el Hospital Vithas Alicante dejó de gestionar el concierto de hemodiálisis de la Generalitat, que fue adjudicado a otra mercantil, en el nuevo concurso que sacó el Ejecutivo autonómico. «Este cese supuso el término de actividad en esa área con el reajuste de todos los recursos destinados a ello, lo que lógicamente se ha visto reflejado en la cuenta de resultados», apuntan desde la compañía sanitaria.

Al respecto, los propios balances de la firma señalan que Vithas Alicante logró incrementar tanto los ingresos procedentes de las compañías aseguradoras -con 24 millones frente a 23 del año anterior-, como los de «otros clientes», principalmente particulares, que sumaron 12,6 millones frente a los 11,4 del ejercicio precedente. Unas subidas que no lograron contrarrestar la caída de facturación que la firma realizó con la Conselleria de Sanidad, que descendió de 5,3 a 2 millones de euros. El cese del contrato de hemodiálisis también supuso ajustes en la plantilla, lo que incrementó el apartado de indemnizaciones, dentro de los gastos de personal, que aumentaron en su conjunto un 11,2%.Más consultas externas

Por áreas, la compañía redujo los ingresos procedentes del servicio de hospitalización -que aún así suponen el grueso de la facturación, con 28 millones-, mantuvo los relativos a las urgencias (unos 4,4 millones) y aumentó los procedentes de los servicios de consultas externas y otros, que sumaron 6,2 millones, casi un 27% más. Al respecto, el propio informe de gestión que acompaña a las cuentas señala que uno de sus objetivos de la firma es seguir impulsando estos servicios de consultas externas, «lo que potenciará a su vez la realización de pruebas complementarias, actividad quirúrgica y de hospitalización».