Setenta y cinco años son muchos, y más si el que los cumple es un comercio. El sector no pasa precisamente por su mejor momento debido a la competencia de las grandes superficies y las crecientes ventas por internet, de ahí que tenga un mérito especial que negocios que se fundaron hace tanto tiempo hayan sabido ir reinventándose no sólo para sobrevivir, sino para tener un futuro prometedor. Este es el caso de Bardisa y Cía, todo un referente de los productos gourmet en Alicante, que justo ayer celebraba sus bodas de brillantes.
Fue un 13 de octubre de 1945 cuando Bardisa y Cía veía la luz. Ubicada desde el primer minuto en la calle Capitán Segarra de Alicante, la tienda surgió, en la época de la posguerra, en un entorno formado por el mercado y un conjunto de almacenes, donde se vendían productos que llegaban de la huerta y también de más allá del mar. Galletas, salazones, legumbres, frutos secos, quesos... toda una variedad de artículos gastronómicos de primera necesidad, pero también de una calidad más que valorada ante las escaseces a las que se enfrentaba la sociedad de entonces.
Los hermanos Juanjo y José Antonio Sellés asumieron en 1989 el negocio que hasta entonces había sido regentado por Pedro Bardisa Romeu. En realidad fueron sus padres, José y Margarita, que estaban al frente de los almacenes Hermanos Sellés, dedicados precisamente a los ultramarinos y los productos coloniales, los que adquirieron para sus hijos este comercio. Y allí siguen.
El secreto, según confiesa Juanjo Sellés, es haber sabido reinventarse con el paso de los tiempos. En el momento en que se pusieron al frente de la tienda todavía estaban en vigor los oligopolios, de manera que inicialmente se dedicaron sobre todo a la importación de quesos, principalmente holandeses. Pero eso fue sólo el principio. Cuando se liberó el mercado, recuerda, «nos pasamos a los jamones», en una apuesta por los productos gastronómicos de alta gama que se ha mantenido hasta la actualidad.
Otro de los puntos de inflexión en el comercio llegó con la crisis de 2008, cuando el negocio de los lotes navideños se puso cuesta abajo. «Decidimos montar una escuela de cata, que todavía funciona hoy en día y con una muy buena aceptación, renovando nuestra apuesta por el mundo de los vinos», enfatiza. Como consecuencia de esa decisión empresarial, Bardisa y Cía se convirtió en distribuidora de las principales marcas a nivel nacional, caso de Muga, Pago de los Capellanes, Emilio Moro o Vega Sicilia, por poner sólo algunos ejemplos.
Todos estos esfuerzos y decisiones empresariales acertadas han conseguido posicionar a la tienda desde hace mucho tiempo como un referente de los productos gourmet a nivel provincial, y eso a pesar de que las cosas, como queda dicho, no siempre han sido fáciles. Un ejemplo de ello, sin ir más lejos, es la actual crisis del coronavirus. «A nosotros -lamenta Juanjo Sellés- también nos ha afectado, porque una parte de nuestro modelo de negocio está enfocado a la distribución para la hostelería, uno de los sectores que más se han visto afectados por las restricciones impuestas como consecuencia de la pandemia».
Sin embargo, Bardisa y Cía ha sabido ir adaptándose a las nuevas situaciones, reforzando su apuesta por el comercio electrónico. «Si ya estábamos trabajando en ello, no cabe duda de que lo sucedido nos ha hecho profundizar de una forma totalmente decidida y definitiva». Con todo, la filosofía la tienen clara: «Son más los que abandonan que los que son vencidos. Si aguantas, termina saliendo el sol», asegura Sellés.
