Hasta hace unos años las subastas judiciales eran un coto cerrado, donde sólo unos pocos subasteros profesionales lograban meter baza. La llegada de internet permitió abrir el espectro, al facilitar las pujas online, pero ha sido la aparición de firmas privadas especializadas las que realmente están consiguiendo acercar a un público más amplio la posibilidad de acceder a los bienes de las empresas que entran en concurso, y beneficiarse de un mercado, por lo general, con precios más bajos que el habitual.

La valenciana Eactivos fue una de las pioneras en crear su propia plataforma online para la liquidación de activos judicializados, hace ya una década, y acumula un importante trayectoria, como señala su directora adjunta, Paula Herrero. En el caso de Alicante, donde operan desde hace seis años, han intervenido ya en la resolución de 25 empresas, por encargo de sus respectivos administradores concursales o de los juzgados correspondientes. Algunas de ellas tan conocidas como el de Olga Urbana, la promotora del edificio In Tempo de Benidorm, todo un símbolo del estallido de la burbuja inmobiliaria. En este caso, Eactivos no se encargó de la subasta del rascacielos -que la Sareb acabó vendiendo a un fondo de inversión-, sino de otras viviendas que tenía la compañía.

Eldamar, Inversiones Boronat, Promociones Xàbia o Consorcio Empresarial San Vicente Sur -la antigua propietaria de la Villa Universitaria de San Vicente, ahora en manos del Grupo El Castillo- son otras de las firmas que la plataforma ha ayudado a liquidar.

En total, en este tiempo la compañía ha subastado hasta 442 activos en la provincia de Alicante, con un valor de liquidación de 95 millones de euros, según las cifras facilitadas por la propia mercantil, que señala que la media de postores por cada uno de estos bienes ha sido de 5,5.

Más dinero

Herrero asegura que su sistema de subastas online permite, por un lado, que todo tipo de público pueda acceder a los bienes que se ofertan y, de hecho, asegura que hay muchos particulares entre los participantes. «Muchas personas ven una oportunidad para comprarse una casa a un precio más asequible», asegura. Pero, al mismo tiempo, la ejecutiva señala que la apertura del proceso al público general permite que los precios que se consiguen sean más elevados que con las subastas judiciales tradicionales, lo que favorece que se recupere más dinero para los acreedores de la firma que se liquida. Por ejemplo, señala que lo habitual en las viviendas -que suponen la inmensa mayoría de los activos que les encargan vender- es obtener el 80% del valor de liquidación, unos valores impensables de alcanzar por el método tradicional.

Desde la compañía están convencidos de que les llegan años de mucho trabajo. Así, Paula Herro recuerda que las estimaciones apuntan a un aumento de más del 40% en los concursos de acreedores por el covid.