Cuando Luis Perea inició su carrera profesional en el despacho de Deloitte, tras cursar Económicas en la Universidad de Alicante, poco podía imaginar que algún día tendría que preocuparse por la necesidad de picar la comida para un elefante que ha perdido las muelas, o por la salud reproductiva de un rinoceronte asiático. Sin embargo, desde marzo de 2017 este tipo de cuestiones ocupan buena parte de su día a día como director general de Terra Natura, el parque zoológico que ya es toda una referencia de este tipo de instalaciones en la provincia y en el que ha tratado de dejar su impronta desde su llegada, impulsando el papel que juegan este tipo de recintos en la preservación de la biodiversidad y la divulgación.

Alicantino, del 84, vivió desde pequeño lo que supone la responsabilidad de ser un alto directivo a través de la figura de su padre, Luis Perea Plana, uno de los ejecutivos más respetados en el mundo empresarial de la provincia por su larga trayectoria en la Diputación y en el Grupo Cívica, y por el que no oculta su admiración. Aunque nunca lo necesitó, como él mismo admite, compaginó los estudios con trabajos esporádicos de mozo de almacén, «descargando camiones en el Pla de la Vallonga. No quería que me lo pagaran todo mis padres. Si necesitaba 40 euros para el fin de semana, no quería pedirlos», asegura, dando una clara muestra de su carácter.

De su paso por la auditora se llevó «la cultura del esfuerzo, la mejora continua y el trabajo en equipo», además amplios conocimientos sobre los sectores más diversos, que luego le ayudarían en su carrera. Pasó seis años allí hasta que, a través de Linkedin -una red social que considera el «mejor escaparate para cuidar tu marca persona»-, vio una oferta para trabajar de auditor interno en el Grupo Fuertes, el conglomerado murciano propiedad de El Pozo.

Durante un año y medio se dedicó a recorrer las distintas empresas del grupo: desde firmas de alimentación, a hoteles o autopistas, por citar sólo algunos ejemplos de la multitud de sectores en los que opera la compañía. Entre las empresas del grupo estaba Terra Natura, donde se produjo una vacante en la dirección general, que le ofrecieron cubrir. Y así fue cómo, con sólo 32 años, acabó de máximo responsable de una compañía que en el último ejercicio rozó los diez millones de facturación y que en temporada alta llega a ocupar a cerca de 200 personas.

Unos trabajadores que han sido una de sus principales preocupaciones desde su llegada, empeñado en dar estabilidad a una plantilla que, como es lógico fluctúa a lo largo del año, como ocurre con todas las empresas que dependen del turismo. La salud del personal también fue su principal desvelo durante los meses en que duró el confinamiento. Sobre todo porque el cuidado de los más de 2.000 animales de 150 especies distintas que alberga el recinto exige mantener activos a gran parte de sus trabajadores fijos, y era algo «que no se podía descuidar de ninguna manera». Eso sí, la mayor parte de este trabajo es al aire libre.

De los últimos meses, Perea destaca la respuesta que ha tenido durante el verano el público local, al que siempre han tratado de mimar con ofertas y precios accesibles y que ha resultado clave en la actual coyuntura. También el apoyo que ha recibido el complejo por parte del Grupo Fuertes y de sus responsables, que en plena pandemia le animaron «a levantar la vista del día a día y a empezar a planificar la próxima temporada».

En cualquier caso, no será la primera vez que el conglomerado murciano muestra su compromiso con el recinto, como prueba el hecho de que se haya convertido prácticamente en su único accionista, mientras otros de los socios que fundaron el parque se fueron retirando durante los años de crisis. Al respecto, Perea destaca la importancia que tuvo en la mejora de las cifras de negocio la alianza con la cadena Magic Hoteles para construir un establecimiento junto al parque, que abrió sus puertas en 2015 y contribuyó a aumentar la cifra de usuarios, tanto de Terra Natura, como de Aqua Natura, el parque acuático que también está bajo su responsabilidad.

Consciente del rechazo que generan los zoológicos en una parte del movimiento ecologista, el ejecutivo alicantino defiende el papel de garantes de la biodiversidad de estos recintos, sobre todo en la preservación de especies en peligro de extinción. Así, recuerda la participación del parque en diversos programas de reproducción, como el del rinoceronte asiático -con el que ya han conseguido dos crías-, o el papel que han jugado en la reintroducción del águila pescadora en la marjal de Pego-Oliva, de la mano de la Generalitat y la Fundación Migres. Pero, además, recalca el papel que juegan en la divulgación de los problemas que acechan a la biodiversidad y en la concienciación de las generaciones más jóvenes.

Lo sabe por experiencia. Padre de dos niños pequeños, además de dirigirlo, Luis Perea también es un usuario fiel de Terra Natura. «Si fuera por ellos, vendrían todos los días», asegura. Unas visitas en familia que le permiten conocer el parque desde el punto de vista de sus clientes. Sin duda, toda una ventaja.