Entre la charlotada y la caza de brujas, la Conselleria de Agricultura vivió el jueves de la semana pasada un nuevo episodio del hace tiempo indisimulable enfrentamiento entre Compromís y los socialistas en ese departamento de la Generalitat. El mestizaje no es fácil de llevar en el Gobierno del Botànic, pero en Agricultura el conflicto ha alcanzado unos niveles grotescos desde que Mireia Mollà sustituyó en el verano de 2019 a su también correligionaria de Compromís Elena Cebrián.

En dicha jornada, personal de mantenimiento de la Conselleria se presentó de improviso en las instalaciones que ocupa el número 2 del departamento y secretario autonómico de Agricultura, el socialista Francisco Rodríguez Mulero, aprovechando que en ese momento no se encontraba en el edificio, para solicitar las llaves a su secretaria con el objeto de abrir la sala de reuniones del alto cargo, aneja a su propio despacho y que forma parte de sus dependencias, y poder iniciar la retirada de mesas y sillas para trasladarlas a otro lugar del inmueble, iniciando así el desalojo físico del secretario autonómico, quien comparte planta con Mollà.

La orden de comenzar a retirar el mobiliario procedía de Alfons Puncel, subsecretario de la conselleria por parte de Compromís y quien poco después de desembarcar en dicho cargo -en noviembre hará ahora un año- ya reclamó a Mulero que se trasladase de planta para que la consellera pudiera disponer también del espacio asignado al secretario autonómico, a lo que este último se negó. Esas instalaciones son las mismas que Mulero ocupó en la primera legislatura del Botànic, cuando ejerció el mismo cargo a las órdenes de Elena Cebrián sin problemas de relieve y sin sufrir acoso por parte de Compromís.

El intento de Puncel, sin embargo, no tuvo éxito, porque el personal de la Secretaría Autonómica se negó a entregar las llaves que reclamaban los funcionarios de mantenimiento encargados del traslado de los muebles. En medio de un clima de tensión creciente, la situación llegó a tal extremo que incluso se empleó una llave maestra para acceder a la sala de reuniones de Mulero y comenzar el desahucio. A última hora, los socialistas consiguieron parar el golpe.

Preguntado por lo sucedido, el secretario autonómico de Agricultura manifestó a este diario de forma escueta y tajante que «prefiero no entrar en ese asunto y, por tanto, no valoraré estos hechos». Compromís en la Conselleria, por su parte, enmarcó lo sucedido en las necesidades de espacio en el departamento y en las medidas de seguridad derivadas del covid.

ALFONS PUNCEL, UN POLÍTICO ENTRE LA IRA CONTRA UN COCHE Y EL «ESPIONAJE»


La convivencia en la Conselleria de Agricultura entre socialistas y Compromís fue relativamente normal en la primera legislatura del Botànic, pero las cosas cambiaron con la sustitución de Elena Cebrián por Mireia Mollà y la llegada junto a esta última del actual subsecretario de este departamento, Alfons Puncel, un político de Compromís que se ha visto envuelto en los últimos años en diversos episodios oscuros o polémicos. Por ejemplo, cuando en junio de 2018, siendo subsecretario de la Conselleria de Transparencia, fue pillado espiando en la sede de la Fundación Tribunal de Arbitraje Laboral, un suceso que generó un «incidente de seguridad» que fue formalmente reportado a la Conselleria de Hacienda, responsable de Patrimonio de la Generalitat. En febrero de este año trascendió que había sido condenado a pagar una multa de 1.200 euros por los daños que causó a un coche cuando en una discusión de tráfico acabó lanzando su bicicleta sobre el capó de dicho vehículo, Los hechos sucedieron en noviembre de 2018, cuando aún no había sido trasladado a la Conselleria de Mireia Mollà, donde es conocida su inquina hacia los dirigentes socialistas.