El ajuste de plantilla que tendrá lugar tras la fusión de CaixaBank y Bankia se realizará en dos fases. En un primer momento, a partir de mediados del año que viene, las salidas se centrarán en las oficinas centrales de las dos entidades en Barcelona y Madrid. Posteriormente, se producirá la integración de las plataformas tecnológicas de los dos bancos, previsiblemente en el cuarto trimestre del 2021, momento a partir del cual se efectuará el grueso de cierres y bajas en la red de oficinas conjunta. «Una buena parte está condicionado a la integración informática, pero no necesariamente todo», dejó entrever el consejero delegado de Bankia, José Sevilla.

Aunque las dos entidades han calculado que su integración les permitirá reducir costes en 770 millones , todavía no han querido dar cifras sobre a cuánto ascenderá el recorte de puestos de trabajo. La plantilla conjunta de los dos bancos ascendía a 51.500 empleados al cierre de junio y en el mercado se especula con un ajuste de en torno a 10.000 empleos. Sevilla explicó que los gestores tienen previsto empezar a negociarlo con los sindicatos después de que la fusión sea efectiva, lo que se espera para finales de marzo de 2021. Aunque hubo conversaciones, el ejecutivo ha negado que el consejo de Bankia llegase a analizar una integración con el Sabadell. «Estamos muy contentos de que sea CaixaBank. Seguro que con el Sabadell también estaríamos muy contentos, pero es la operación que tenía más sentido», añadió.

Bankia ganó 180 millones de euros durante los nueve primeros meses del año, un 68,8% menos un año antes. La fuerte caída responde principalmente a las provisiones excepcionales de 465 millones que el banco ha reservado para hacer frente al incremento de la morosidad y la devaluación de los activos que provocará la crisis del coronavirus, previsiblemente a partir del 2021. El otro factor que lo explica es el notable descenso de los resultados obtenidos por la venta de carteras de deuda (-43,6%).