P ¿Cómo le explicaría a su hijo de 14 años lo que es Mercasa?

R Mercasa es una empresa pública que junto a 23 ayuntamientos vertebra la mayor red de mercados mayoristas del mundo, lo que conocemos como mercas, que son los espacios donde se produce el intercambio de productos frescos (carne, pescado, frutas, verduras...) entre el origen y los minoristas. Nuestra misión es gestionar esas infraestructuras comerciales y logísticas fomentando la sostenibilidad de la cadena agroalimentaria.

P ¿Cómo han encajado esas mercas el reto de responder ante la mayor crisis sanitaria de la historia de este país?

R Las mercas están consideradas infraestructuras críticas del Estado y por ello teníamos planes de contingencia que incluían cualquier tipo de imprevisto (incendio, inundaciones...) pero no una pandemia. Estamos afrontando el mayor test de estrés que haya vivido nunca una organización porque nos ha tocado mantener nuestra actividad cuando el país estaba paralizado y sin saber muy bien a qué nos enfrentábamos, porque la prioridad y el compromiso era mantener el suministro de alimentos frescos en todas las ciudades. Aun así, solo dos países en el mundo han evitado la rotura de stock de productos agroalimentarios, España y Canadá.

P¿A qué lo atribuye?

R Lo de Canadá no lo se. Lo de España lo tengo claro. Hay un concepto que es el de soberanía alimentaria, que un país sea capaz de alimentar a su propia población sin depender de factores ajenos. Nosotros tenemos un buen sector productivo pero también una buena organización empresarial en cuanto a logística. Y en el núcleo está la red de mercas, un buen canal de distribución que ha sido vital para hacer frente a esta situación.

P El hecho es que con el país confinado los productos frescos seguían llegando a la población.

R Nosotros teníamos dos mandatos que al final tuvieron una tercera consecuencia. El primero era garantizar el abastecimiento a la población, pasara lo que pasara. Y eso ha sucedido cuando de la red de mercas salen alimentos todos los días para 30 millones de personas. Y el segundo, facilitar información puntual de cuál era la pauta de consumo que reflejaban los mercas porque lo que pasa en un merca de madrugada es lo que va a ocurrir en la ciudad ese día y lo que ha sucedido en la ciudad el anterior se refleja en lo que compran los minoristas al siguiente. Es un termómetro que te dice cómo se está moviendo la población.

José Ramón Sempere, durante la entrevista. Manuel R. SALA

P ¿Eso lo ha aprendido en esta crisis?

R No, yo he sido director general de Mercalicante y director general adjunto de Mercamadrid y una de las ventajas para sortear esta situación es que, por experiencia, sabía lo que había y lo que no había que hacer y tenía el criterio y un buen equipo para adoptar medidas.

P Como por ejemplo.

R Para que llegara la logística a las ciudades se le pidió a Fomento que no parara a los camiones para revisar tacógrafos y taras porque lo importante en ese momento era que llegaran. O que se relajaran los horarios en las zonas de carga y descarga y se permitiera el acceso con pequeños camiones donde estaba restringido el tráfico. Para eso era determinante tener datos y nosotros lo que mandábamos era volumen de camiones de abastecimiento, vehículos de compradores y toneladas de verduras, fruta, carne y pescado que se movían.

Entrevista José Ramón Sempere, presidente Mercasa: «Tranquilidad, no va a faltar comida»

Entrevista José Ramón Sempere, presidente Mercasa: «Tranquilidad, no va a faltar comida»

P ¿Y la tercera consecuencia a la que aludía antes?

R La tercera aportación de Mercasa a esta crisis: la tranquilidad a todos los niveles. Al campo se le garantizó que todo lo que llegaba se iba a vender, no se quedó ninguna cosecha por recoger. Y las plataformas logísticas estuvieron funcionando a pleno rendimiento e incluso hubo mercas que adaptaron sus instalaciones y horarios para dar servicio a los transportistas, que no tenían ni donde tomarse un bocadillo

P También se tranquilizó a la población.

R Claro, Mercasa aportó un plus de serenidad asegurando que la alimentación no iba a faltar en un momento en que todo era miedo e incertidumbre. Al menos que no se sumara la de no poder llevar comida a la nevera. Eso a la gente le dio cierto grado de tranquilidad. Tanto es así que el ministro Luis Planas, agradeció públicamente en varias ocasiones la labor de Mercasa y su red.

P Eso fue en la primera ola del covid. ¿Volverá a conseguirlo en la segunda?

R Esta nos pilla preparados. Hemos salido de la primera y también saldremos de la segunda gracias al esfuerzo de mucha gente, desde los equipos directivos de las mercas hasta el chaval que va a descargar un camión de fruta de madrugada. Las decisiones respecto al abastecimiento no serán muy diferentes aunque no se podrán evitar los acopios, y eso que el suministro ha funcionado, porque tenemos un miedo atávico a quedarnos sin comida. Pero la cadena agroalimentaria ha resistido en el peor momento sin que nadie hubiera avisado y ahora sabemos más. Además de que tenemos EPIs, uno de los principales problemas del principio de la crisis.

P ¿Fue lo más complicado?

R Lo más difícil fue ir adaptándose a la situación porque para esto nadie estaba preparado. Pero en el ADN de la red de mercas tenemos un constante diálogo con todos los operadores y se iban tomando medidas conforme iban surgiendo las necesidades.

P ¿Qué destacaría?

R La contribución de la UME que para nosotros fue fundamental porque al plus de limpieza y seguridad que tienen las instalaciones de los mercas se unieron los recursos del Estado, y eso para nosotros fue y sigue siendo muy importante.

P ¿El comportamiento de la gente fue el mismo durante todo el confinamiento?

R No, tendemos a ver esos meses como un todo y no lo fue. Al principio, las tres o cuatro primeras semanas, la gente tuvo un comportamiento de «compra por pánico» aunque la única rotura de stock destacable fue la del papel higiénico, que confieso que no sé a qué se debió. Después, tras unas tasas de consumo altísimas, se vio que no había desabastecimiento y se dejó de almacenar. Se compraba lo mismo pero yendo menos veces a la tienda.

P O se hacía por internet.

R Si, se produjo el fenómeno del comercio online pero la realidad es que las grandes cadenas no pudieron atender la demanda que se generó y en esos momentos era más importante tener el móvil de tu frutero que acceso a la mejor web del establecimiento más famoso. Hubo una organización y con el WhataApp y el Bizzun los mercados y las tiendas de barrio empezaron a funcionar de maravilla y te dejaban la fruta y el pescado en la puerta de casa sin mayores costes. Más que online sería comercio telemático.

P ¿Cómo afecta eso al negocio de los mercas?

R Tuvimos un pico de transacciones como no se había registrado nunca pero en paralelo se produjo la caída en picado de la hostelería.

P ¿Qué representa ese sector en el consumo total de alimentos frescos?

R En condiciones normales, dos terceras partes van para el hogar y un tercio a la hostelería, que ahora ha caído casi a la mitad y se ha trasvasado en algunos casos al consumo doméstico. Aunque también va por regiones. En el Norte, el pescado que ahora no se consume en los restaurantes va directamente al consumo del hogar y hay gente que ha tenido acceso a precio competitivo a pescados y mariscos que antes iban para la hostelería. En Santander, Iruña y Bilbao han tenido más demanda que oferta, por ejemplo.

José Ramón Sempere, durante la entrevista. Manuel R. SALA

P ¿Eso no ocurre en la zona del Mediterráneo?

R No, ahí ese reequilibrio no se ha producido porque la dependencia del turismo es muy grande.

P ¿Se han detectado cambios en la alimentación a raiz la pandemia?

R Antes de la pandemia había una tendencia al consumo de lo procesado, en parte por la falta de tiempo. Ahora consumimos más productos de proximidad, de temporada, la tendencia eco y bio… alimentos que tienes que hacerte en casa, el delivero, pero no de comida rápida si no de restaurantes que han reinventado su modelo de negocio para seguir ofreciendo sus servicios. La gente planifica mejor la compra, intenta evitar los desperdicios...

P ¿Es posible compaginar salud y economía en esta crisis?

R Si.

P ¿Cómo?

R Yo no tengo la fórmula pero sabremos hacerlo porque somos un país de retos con una base muy sólida que hemos superado muchos momentos críticos.

P ¿Qué opina de la bronca política en torno a la pandemia?

R La gestión de esto es bastante compleja y a mi no me da la vida para bajar al detalle. Creo que son tiempos complicados en todos los sentidos y que debemos tener en la cabeza el bien superior de que todos debemos arrimar el hombro porque estamos en una situación de emergencia.

P Usted cogió Mercalicante en 2008 con un agujero de 9 millones y lo dejó en 2015 sin pérdidas. ¿Cómo lo hizo?

R El secreto es el mismo que he aplicado siempre: tener un buen equipo, trabajar codo con codo y generar un compromiso. Y eso solo se consigue si tu también te comprometes. Por el salario tu tienes las manos, pero yo quería las manos, el corazón y la cabeza. Una vez dispones del equipo solo has de tener clara la estrategia. Pero las personas son las fundamentales, el factor exponencial por muchos recursos que tengas. Si no hay compromiso, no tienes nada. Pasó en Mercalicante, pasó en Mercamadrid y ahora me está ocurriendo en Mercasa.

P Personas por las que también tienen que afrontar procesos penales por cuestiones como mordidas en Angola donde se quería montar un mercado mayorista.

R Son asuntos muy anteriores a mi llegada que están en fase de instrucción y bajo secreto sumarial. Nosotros lo que hemos hecho es colaborar activamente con la Justicia porque somos los primeros interesados en que se esclarezca todo.

P ¿Sabe cómo pudo suceder?

R Ni idea.

P ¿Ha puesto cortafuegos para evitar que vuelva a ocurrir?

R Ya los había, un plan de prevenciones penal, lo que hemos hecho ahora es reforzar los controles internos… lo fundamental es controlar la trazabilidad y la transparencia de las decisiones. Para eso hemos formado varios comités donde todo está en manos de los técnicos y ellos son los que elevan las propuestas para que el comité de dirección las apruebe y dé cuentas al consejo de administración.

P ¿Sigue Mercasa con la actividad internacional?

R Ya no existe, esa línea se cerró con mi llegada. El modelo merca es el mejor de mundo, una patente española, y hay muchos países que lo han copiado o que quieren hacerlo.

P Entonces, ¿por qué se abandonó ese campo?

R Porque nuestro mandato es concentrar los esfuerzos en el territorio nacional dirigidos a administrar lo que tenemos, incrementarlo y hacerlo más eficiente.

P ¿Algún país ha copiado el modelo merca?

R Italia tiene una cadena similar pero nuestra singularidad es que es 100% público.

P ¿Sería factible con gestión privada?

R La gestión estaría más orientada a la consecución del beneficio empresarial. Nosotros también lo buscamos pero no es nuestro único objetivo. Tenemos una vocación de servicio público por la que actuamos en muchas esferas que desde el ámbito privado no se contemplarían.

P ¿Cómo cuáles?

R Todos los bancos de alimentos tiene su sede en los mercas. Nuestro compromiso con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) están materializados en los planes estratégicos de los mercas, pobreza cero, desperdicio alimentario, igualdad de salarios de hombres y mujeres, energías renovables…

P Es decir, que Mercasa no podría ser Amazon.

R No lo veo. Creo que estamos haciendo algo muy importante porque el momento es muy complicado y hay mucha gente que lo está pasando mal. Hemos llevado a cabo acciones humanitarias con personal de Mercasa, de Correos… Ha habido muchas donaciones, entre ellas toneladas de jamón loncheado, que tuvimos que recurrir a Correos para distribuirlo.Habilitamos los comedores de los paradores para elaborar menús con alimentos aportados por empresarios de los mercas. En vehículos de Tragsa, otra empresa pública, movimos toros que iban a ser lidiados en la Feria de Abril hasta el matadero de Mercasevilla para que en las cocinas de los paradores de Cádiz y de Carmona se prepararan 1.500 menús diarios para la población.

José Ramón Sempere, durante la entrevista. Manuel R. SALA

P ¿Siempre ha tenido Mercasa esa vertiente social?

R Si, pero ahora se ha incrementado porque también lo ha hecho la bolsa de la pobreza. Lo de los menús lo hacíamos con Cruz Roja y la entrega de alimentos frescos, con el Banco de Alimentos. Intentamos que los mayoristas donen sus excedentes y todo lo que, sin estar en mal estado, no es apto para su comercialización. Y ellos tienen unas redes capilares que lo distribuyen de un día para otro. Además, el presidente de la Federación de Banco de Alimentos, Juan Vicente Peral, es de Alicante y con él ya colaboraba yo.

P ¿Un empresa pública tiene que dar beneficios?

R Yo creo que si

P ¿Cuáles son los de Mercasa?

R En 2017 se cerró con pérdidas pero al año siguiente se remontó con más de cuatro millones de ganancias que en 2019 elevamos a más de 7,6 millones

P ¿La pandemia ha aumentado el negocio merca?

R Lo ha incrementado en algunos operadores pero ha disminuido en otros, sobre todo los muy ligados a la hostelería. Nosotros hemos aumentado los gastos en medidas higiénico-sanitarias, en seguridad, en auditorías, consultorías… el 20 va a ser un año complicado. Con todo, desde el inicio hasta la primera quincena de este mes el volumen de mercancía se ha incrementado en 2,3 % respecto a 2019.

De cerca. En lo más alto de la que ha sido su casa 

¿Qué harías tú si fueras presidente de Mercasa?, le preguntó el ministro de Agricultura. José Ramón Sempere, en aquellos momentos director general adjunto de Mercamadrid, se lo contó y Luis Planas le dijo: pues hazlo. Nombrado presidente de Mercasa en octubre de 2018, para este alicantino que prefiere el barrio de San Gabriel a la Castellana, era seguir en casa, la misma que había conocido treinta años atrás como operador de la empresa de pescados y mariscos en la que entonces trabajaba. Y la misma a la que regresó en 2008 después de una breve experiencia política («todo el mundo tendría que pasar por ahí para que sepan que no es un oficio fácil», precisa) y un «enriquecedor» tránsito por la gerencia del periódico La Verdad en Alicante. Aunque en esta ocasión lo hizo por la puerta grande, como director general de Mercalicante. Era su segunda intentona. En la primera quedó finalista junto a José Emilio Clavero, que fue el elegido y quien hoy sigue en busca y captura acusado de un desfalco millonario en la mercantil que acabó tapando su rival en aquella convocatoria pública. Lo hizo en apenas siete años y de ahí pasó Sempere a la dirección general adjunta de Mercamadrid, donde ha permanecido hasta su salto a la presidencia de Mercasa. A lo largo de sus años en la empresa pública ha contado con el apoyo de cinco alcaldes que abarcan todo el espectro político y a los que ha ofrecido capacidad de gestión y lealdad institucional. ¿Lo que peor lleva? Estar lejos de su familia. «Cuando empecé a ir a Madrid mi hijo me abrazaba a la altura de la cintura y ahora el que le abraza a esa altura soy yo», explica de forma gráfica. Pero, si le diera la vida, haría más. «Creo que estamos haciendo algo muy importante y que es el momento de arrimar el hombro», precisa.