El campo de vuelo de San Vicente del Raspeig acoge cursos de piloto impartidos por la empresa Ase-Drones. | MANUEL R. SALA

El desarrollo tecnológico de los drones les está permitiendo abarcar cada vez mayores campos de actuación. | RAFA ARJONES

El negocio de los drones es ahora mismo uno de los que cuentan con un futuro más prometedor, debido a las múltiples aplicaciones que las aeronaves no tripuladas tienen en campos tan variados como la agricultura, la vigilancia o la inspección de infraestructuras, entre otros muchos. Según los datos manejados por la Comisión Europea, se espera que hasta 2035 el sector del pilotaje de vehículos aéreos no tripulados y las actividades relacionadas con el mismo generen 100.000 puestos de trabajo directos e indirectos, con lo que resulta una evidencia que en este nuevo mercado se está abriendo un abanico repleto de oportunidades. La provincia de Alicante no esa ajena a este fenómeno, ya que cada vez son más las empresas que están apostando por este negocio, tanto en el apartado de la fabricación como en el de los operadores, pasando también por el aspecto de la formación. Y todo ello en medio de un marco legislativo que no para de cambiar, con el objetivo precisamente de adaptarse al desarrollo imparable del sector y sus crecientes posibilidades.

Hasta hace bien poco, los drones eran poco más que una afición para aquellos que disfrutaban de su tiempo libre haciendo volar a estos vehículos para captar fotografías o vídeos aéreos. Sin embargo, el desarrollo tecnológico que han experimentado en los últimos tiempos han propiciado que estas aeronaves hayan ido ganando versatilidad y cuenten cada vez con mayores aplicaciones en ámbitos de lo más variados, hasta el punto de convertirse en un sector que está generando grandes expectativas. Como queda dicho, las previsiones de creación de empleo en la Unión Europea son más que reseñables, algo a lo que no escapa España, donde está previsto que el mercado relacionado con los drones multiplique su tamaño por 30 en sólo 15 años.

Este tipo de aeronaves no tripuladas se han convertido en una alternativa para muchos trabajos en los que hasta ahora era necesaria la intervención de un helicóptero, basando su competitividad en la reducción de costes. Las aplicaciones son múltiples, empezando por la captación de imágenes en eventos como bodas, y pasando por la realización de trabajos agrícolas y de control de plagas, vigilancia o inspecciones de edificios, obras y todo tipo de infraestructuras. La Dirección General de Tráfico ya ha introducido los drones en el control del tráfico, e incluso se anuncian nuevos usos como el transporte de mercancías e incluso el de personas.

Para que todo ello sea posible ha resultado necesario que estos vehículos avancen a nivel tecnológico con el objetivo de mejorar sus prestaciones, resultando imprescindible en este aspecto la intervención de empresas como Spadrone, ubicada en el complejo del Distrito Digital, en Alicante, un entorno que, según explica uno de los responsables de la firma, Artión Machado, «nos da visibilidad, nos ofrece buenas instalaciones y también ayudas».

Spadrone es una empresa de reciente creación, pero cuyos integrantes llevan varios años trabajando en el sector. «Nuestro proyecto -señala- se remonta a 2017, con la idea de crear un dron con una autonomía superior a las máquinas de aquel momento, y con la finalidad de que pudiese ser utilizado en el ámbito de la agricultura». Tras un largo camino de creación de modelos 3D, pruebas de motores, baterías, autopilotos y variadores, el primer modelo completó con éxito en 2019 las pruebas de vuelo en entornos reales. La incorporación de un inversor privado fue el siguiente paso, permitiendo la fabricación y comercialización de la aeronave.

Machado destaca que «nuestros drones solucionan los problemas más comunes surgidos en tratamientos sanitarios con los métodos actualmente existentes en el mercado. Eliminan el riesgo de envenenamiento de los operarios, permiten alcanzar terrenos de difícil acceso como los cultivos en terrazas y montañas y, además, aumentan la precisión en la distribución del producto con un enorme ahorro en costes operativos». El dron desarrollado por la empresa tiene un peso de 25 kilos y una carga útil de 10, y dispone de una autonomía de vuelo cargado de 20 minutos. «Triplicamos en prestaciones a la competencia y los precios son competitivos», comenta.

La aeronave en cuestión está siendo utilizada por el Ayuntamiento de Elche para la lucha contra el mosquito tigre a través de la empresa CTL. El director de comunicación de la misma, Ignacio Bernabeu, explica que «este tipo de drones nos resultan de una gran utilidad para fumigar focos de difícil acceso. Hablamos, por ejemplo, de marismas o zonas empantanadas, entre otras, a las que resulta complicado llegar por otros medios».

El portavoz de la firma destaca que el empleo de aviones o helicópteros para este tipo de fumigaciones «es como matar moscas a cañonazos, dado que, además, el producto se dispersa y no resulta todo lo efectivos que desearíamos. Con los drones contamos con un instrumento de mayor precisión, que nos permite realizar unas dispensaciones casi quirúrgicas».

Las aeronaves no tripuladas son utilizadas desde hace años por CTL para la inspección y localización de zonas afectadas por plagas a través de cámaras. «El avance que se ha producido en los últimos tiempos consiste en que los drones, además, pueden disponer de dispensadores de productos plaguicidas, por lo que se puede decir que matamos dos pájaros de un tiro», precisa.

En algún momento se ha llegado a plantear la posibilidad de utilizar estos vehículos aéreos para la lucha contra el picudo en las palmeras, aunque, según Bernabeu, «no lo acabamos de ver efectivo, porque en este caso se necesita de un tratamiento más manual. No se trata sólo de rociar, sino de llevar a cabo intervenciones capilares».

Pero las posibilidades en el uso de los drones son mucho más extensas, y una prueba de ello es la empresa Drones Alicante, que presta diferentes servicios con estas aeronaves. Su responsable, Jaime Fernández, explica que «nos introducimos en este sector en 2015, viendo que estábamos ante un negocio en auge. Inicialmente apostamos por el tema de la publicidad, y en estos momentos nos dedicamos sobre todo al sector inmobiliario y la construcción. También hemos realizado trabajos relacionados con eventos».

Con todo, Fernández destaca las enormes posibilidades de los drones en otros sectores como «el industrial, realizando inspecciones técnicas de naves, o por ejemplo en la vigilancia de zonas forestales. Otra de las posibilidades son las inspecciones relacionadas con siniestros, mucho más seguras que si tienen que correr a cargo de un técnico».

El responsable de la firma enfatiza que este tipo de trabajos «tienen demanda, y, por eso, cada vez hay más empresas que se dedican a esto». El problema, añade, es el marco legislativo, «que aporta muchas complicaciones a la hora de conseguir permisos, lo cual nos condiciona mucho. Al final, mucha gente opta por trabajar sin autorizaciones e incluso sin licencias, lo que genera competencia desleal». Fernández, de hecho, opina que la legislación «no está bien desarrollada», aunque para el próximo 1 de enero se anuncia la entrada en vigor de una nueva normativa comunitaria que podría mejorar la actual situación.

La otra pata de la mesa en el sector de los drones es el de la formación de pilotos. A este campo se dedica Ase-Drones, con sede en San Vicente del Raspeig, que también tiene una sección dedicada a la fabricación. Ángel Alberto Pliego, responsable de la firma, es piloto de líneas aéreas y ahora se dedica a impartir clases de vuelo de drones. «Se trata -señala- de un sector en alza, y hay muchos perfiles entre los interesados en enseñarse a pilotar, desde gente relacionada con la aviación a los que consideran que esta puede ser una primera o segunda opción laboral». Una de las ventajas, subraya Pliego, es que «se trata de un curso sencillo y relativamente corto. Para otras profesiones se precisa de más tiempo».

Con relación al marco legislativo, añade, «mucha gente piensa que va por detrás de la evolución del sector, pero yo creo que se trabaja bien y que España es puntera a nivel europeo, e incluso se encuentra por encima de Estados Unidos y Latinoamérica».

Ase-Drones se ha ganado un prestigio en el ámbito formativo, y una prueba de ello es que está diseñando un máster en la materia para la Universidad Tecnológica de México. Según Pliego, «se impartirá físicamente desde el país centroamericano, pero se podrá asistir a las clases vía online».

La provincia de Alicante cuenta con un centenar de operadores

La Comunidad Valenciana, según los datos facilitados por el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), cuenta con más de 250 operadores de drones, de los que alrededor de un centenar corresponden a la provincia de Alicante. En el conjunto de España son 5.000 los que están dados de alta, si bien en esta cifra se incluyen todos los que se han estado regularizando desde 2015, y no todos ellos se encuentran operativos en la actualidad.

Te puede interesar:

La mayor parte, según los datos facilitados, son pequeñas firmas o directamente autónomos, que ofrecen sus servicios a empresas y particulares. Con todo, los expertos auguran que el tamaño de las empresas irá incrementándose de forma más que notable en los próximos años, fruto de la expansión de un negocio que puede acabar trabajando para la inmensa mayoría de los sectores, debido a su gran versatilidad y a sus enormes posibilidades.

De hecho, la previsión es que las empresas que logren una estabilidad y una amplia cartera de clientes acaben trabajando como una compañía aérea, contratando a pilotos y adquiriendo amplias flotas de drones de todos los tipos y capacidades. En estos momentos se calcula que hay alrededor de 7.000 pilotos en toda España.