El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ha dado la razón al grupo DIA y ha rechazado el recurso presentado por el que fuera antiguo "número dos" de la compañía, Amando Sánchez Falcón, quien consideraba que su despido a finales de 2018 fue improcedente.

En la sentencia, los jueces confirman un fallo previo del Juzgado de lo Social número 11 de Madrid, y corroboran que Sánchez Falcón era cuanto menos "conocedor" de las irregularidades contables detectadas en el seno del grupo en 2018 para maquillar sus resultados, y que pese a ello dio su visto bueno.

Sánchez trabajó para DIA entre 2012 y 2018 bajo el cargo de Director Ejecutivo Corporativo, y entre sus funciones estaba la de ser el máximo responsable de las operaciones en Portugal y liderar el área financiera de la empresa.

De hecho, él reportaba directamente al consejero delegado de entonces, Ricardo Currás, quien junto a otros directivos de la época también fue cesado; todos ellos están siendo investigados en el marco de otro procedimiento judicial abierto específicamente sobre las mencionadas irregularidades y que todavía se encuentra en fase de instrucción.

La sentencia del TSJ recuerda que las "irregularidades contables en las cuentas anuales de 2017 incrementaron artificialmente el beneficio antes de impuestos" de DIA, entonces una empresa cotizada en el IBEX 35, y da por probado que Sánchez conocía los mecanismos utilizados para conseguir estas mejoras.

Una de las vías era eliminar injustificadamente provisiones de facturas pendientes de recibir de algunos proveedores y determinados pagos para reflejar una menor deuda para DIA, estratagema que en opinión del tribunal el directivo consintió, tal y como queda patente en varios correos electrónicos a los que tuvo acceso. La medida tuvo un impacto en el Ebitda de 2017 de 30 millones de euros.

Otra irregularidad fue la de contabilizar una previsión de ingresos sin justificar a través de la sociedad suiza DWT por 6,3 millones de euros aprovechándose de que esta filial no era auditada, lo que motivó que los responsables de DWT comunicaran oficialmente a Sánchez Falcón su negativa a firmar las cuentas.

DIA comenzó a investigar los hechos a partir del cese de Currás como consejero delegado y su sustitución por Antonio Coto, en agosto de 2018.

A mediados de octubre de ese mismo año la empresa "suspendió de empleo al actor para facilitar la investigación", y un mes más tarde le entregó una carta de despido disciplinario por "transgredir la buena fe contractual y por abuso de confianza".

En el fallo se recuerda que Sánchez Falcón firmó las cuentas de 2017 pese a ser consciente de que no reflejaban la realidad y fue el encargado de acudir a presentar y entregar los resultados ante el Consejo de Administración y la comisión de Auditoría y Cumplimiento.