El sector de la acuicultura ha vivido uno de los años más convulsos e insólitos que se recuerdan. Los productores de la Comunidad Valenciana se han enfrentado en los últimos meses a dos devastadores temporales que han causado importantes destrozos en las jaulas marinas y han provocado la pérdida de decenas de toneladas de pescado. También a una pandemia que ha alterado los esquemas tradicionales de distribución, hundiendo la demanda que llegaba desde la hostelería y haciendo frente a un importante crecimiento del consumo doméstico. El tsunami de infortunios meteorológicos y los cambios obligados por la emergencia sanitaria y económica se han traducido en una singular variación en la cosecha de las principales especies piscícolas. La dorada, que reinaba hasta ahora entre el cultivo de peces marinos, ha sido destronada por la lubina, que suma en este 2020 prácticamente el doble de producción a nivel autonómico y tira del carro del volumen de negocio, según estima la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar).

Con 6.629 toneladas, la Comunidad Valenciana volvió a liderar el pasado ejercicio el cultivo de doradas a nivel nacional, una cifra que se prevé que caiga a la mitad en el año actual. Las previsiones que maneja Apromar sitúan en 3.341 toneladas la cosecha de esta especie criada en cautividad en 2020. A pesar de la drástica reducción, Alicante, Valencia y Castellón seguirán encabezando el mercado de la dorada en el país y la Comunidad también se impondrá a Murcia como primera productora de lubina. La patronal que agrupa a las principales empresas del segmento vaticina que las piscifactorías de la Comunidad generarán 8.504 toneladas de esta especie frente a las 4.751 del año 2019. También la cosecha de corvina será la mayor de todo el territorio nacional, alcanzando las 3.800 toneladas, siempre en base a los datos que maneja Apromar en relación a las valoraciones anticipadas de las firmas productoras que mantienen granjas en la bahía del territorio autonómico.

Fuentes de la agrupación sectorial destacan que la DANA registrada en septiembre de 2019, y sobre todo la borrasca Gloria y el fuerte temporal y posterior marejada de enero de 2020, causaron auténticos estragos en las instalaciones de acuicultura. Aunque las jaulas están ancladas a prueba de potentes fenómenos meteorológicos, fueron numerosas las que sucumbieron sobre todo al segundo de los temporales. Las redes se rompieron y millones de ejemplares quedaron libres en aguas del mediterráneo. Parte de ellos estaban todavía en fase de crecimiento y otros ya contaban con el calibre suficiente para entrar en la cadena comercial. Hubo jaulas como una perteneciente a una instalación de acuicultura de Altea que fue arrastrada hasta 30 kilómetros y acabó en una playa de La Vila Joiosa. En casos extraordinarios como ese, la reposición de los peces perdidos no es tan rápida como querrían los productores. Los ejemplares tardan una media de entre 12 y 16 meses en alcanzar la talla comercial y el crecimiento no se puede forzar porque está ligado a los ritmos biológicos, de forma que el engorde se produce principalmente en verano y otoño y se frena durante los meses más fríos.

El segundo motivo que, según Apromar, explica la gran variación de cosecha de lubinas y doradas tiene que ver con la rotación que suelen efectuar las empresas productoras para satisfacer la demanda del mercado y, también, con las variaciones producidas tras el bloqueo de la hostelería como consecuencia de la pandemia de covid.

Siete localizaciones

La producción acuícola total de la provincia de Alicante alcanzó el pasado año un valor superior a los 52 millones de euros. Son una decena de instalaciones de granjas marinas las que están autorizadas por la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica frente a las costas de El Campello, La Vila Joiosa, Altea, Calpe, Santa Pola, Guardamar del Segura y Pilar de la Horadada.

Fuentes del departamento que dirige la consellera Mireia Moiá informan de que en 2019 la provincia alicantina produjo 9.752 toneladas de pescado criado en cautividad. La especie más numerosa fue la corvina (3.696 toneladas), seguida de lubina (3.639 toneladas), dorada (2.400 toneladas) y seriola (16 toneladas). La producción total supone más de la mitad de lo que se generó en la Comunidad Valenciana, que fue la autonomía con una mayor cosecha de cultivos marinos del país, con un global de 16.045 toneladas, seguida por Galicia con 8.337 toneladas, Canarias con 8.239 toneladas, Murcia con 6.513 toneladas y Andalucía con 5.644 toneladas con datos del pasado año.

A nivel nacional la actividad alcanzó una producción récord de 53.920 toneladas, pero debido a los episodios climáticos y epidemiológicos ocurridos a finales de 2019 y principios de 2020 las pérdidas fueron muy acusadas y está previsto un nuevo decrecimiento en 2020, con una cosecha de unas 45.103 toneladas, estima Apromar.

Una de las principales empresas de acuicultura radicadas en la provincia de Alicante es Culmar, ligada al grupo empresarial Marjal. La firma opera en aguas de Guardamar del Segura y fue una de las que sufrió las consecuencias de los temporales. No resultó entre las más perjudicadas, pero perdió 131 toneladas de dorada y lubina de las 1.600 que mantenía en producción en ese momento, lo que supuso el 8% del total, según explica el director general de la firma, Antonio Galvañ. «Hubo gente que perdió el 100% de la producción, como en Sagunto, y en San Pedro del Pinatar (Murcia) alguno llegó al 60% de pérdidas porque lo que perdieron fueron las instalaciones», apunta a este diario.

Empleados de Culmar se desplazan cada día a las granjas marinas de la bahía de Guardamar para gestionar una producción que ronda las 2.000 toneladas anuales. | TONY SEVILLA

Campaña de Navidad

Culmar ha ampliado recientemente las instalaciones con una docena de jaulas y son un total de 42 las que mantiene en producción, con una cosecha anual que ronda las 2.000 toneladas de dorada y lubina. «Ahora tenemos jaulas de pescado listo para comercializar en los próximos meses y otras en proceso de crecimiento», subraya Galvañ. La Navidad es una fecha en la que el consumo de pescado suele dispararse impulsada por las cenas en familia y las salidas a los restaurantes aunque en este 2020 todavía está por ver lo que ocurre. Diversas comunidades autónomas han cerrado la hostelería para tratar de prevenir la transmisión del virus y las reuniones sociales se limitan cada vez más por el mismo motivo. «La incertidumbre generada por la segunda ola de contagios de covid-19, las restricciones de movilidad y el cierre del canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) van a incidir en la demanda», asegura el director de Culmar. Ahora solo falta saber cómo responderá el mercado. A ese respecto, explica que la producción de la firma que dirige está destinada principalmente al consumo en el ámbito doméstico, con tallas listas para consumir que se distribuyen a través de cadenas de supermercados nacionales y regionales y pescaderías tradicionales de proximidad.

«Nuestra previsión es que esperamos aumentar en este canal del ámbito del hogar el previsible descenso del consumo en el canal Horeca», concluye el director general de la empresa.

Crecen las importaciones de Turquía y Grecia

La Asociación Empresarial de Acuicultura de España (Apromar) vaticina que de cara a la campaña de Navidad aumentarán las importaciones de pescados como la dorada para suplir la reducción de la cosecha registrada este año en las granjas marinas del país por los devastadores efectos de los temporales. Grecia y Turquia son dos de los principales países desde los que se exporta esta especie hasta el estado español de forma habitual, ya que no se produce tanto como se consume, según indican las mismas fuentes. Ello no quiere decir que todos los cultivos que se generan en las granjas marinas españolas acaben en las pescaderías y en el sector de la hostelería nacional, dado que parte de la producción se envía al extranjero. Por ejemplo, la empresa Culmar, que opera en Guardamar del Segura, apunta que durante el último año se han incrementado las exportaciones a Portugal. En el año 2019 supusieron el 21% de la cifra de ventas totales y en el 2020 superan hasta la fecha el 30%, según precisa el director general de la firma, Antonio Galvañ. «El consumo per cápita de pescado fresco en Portugal es mucho más alto que el de España y la producción portuguesa propia es prácticamente testimonial por las condiciones de costa y mar en las especies que produce Culmar, que son dorada y lubina. Esperamos que las consecuencias que tuvimos por las inclemencias meteorológicas nos permitan seguir con estas cifras de exportación durante 2021», añade Galvañ.

Analizando el valor de la producción en acuicultura en Europa, Reino Unido se sitúa a la cabeza con 1.075,3 millones de euros (24,7 % del valor total), seguido por Francia con 678 millones de euros (15,6%) y Grecia con 509,5 millones de euros (11,7 %). España ocupa la cuarta posición, con 478,8 millones (11 %), seguida de Italia, según datos de Apromar.