En plena crisis por la COVID y con la esperanza puesta en la vacuna, todos los agentes sociales se preparan para la era post-pandémica. Esto es, desarrollar soluciones sostenibles a las nuevas necesidades de los núcleos de personas, ya sean rurales o urbanos.

El concepto de Nueva Movilidad surge para englobar las acciones encaminadas a favorecer la construcción y organización de políticas, infraestructuras, transportes, mobiliario urbano y normativas para la gestión de recursos de una manera sostenible y respetuosa.

Si bien hace referencia a un objetivo ya marcado hace años, especialmente en la puesta en marcha, en 2015, de la Agenda 2030 y con el Pacto Verde Europeo, es en los últimos meses cuando toma especial relevancia.

La necesidad de espacios habitables más grandes, zonas verdes protegidas de masificaciones y rutas naturales para aprovechar fines de semana con confinamientos perimetrales. Razones que hace diez meses no nos planteábamos y que ahora, como profesionales de la Ingeniería Civil, hemos incluido en nuestro ranking de prioridades a la hora de establecer nuevas ciudades y reestructurar las ya existentes.

Pero, ¿por dónde se empieza? El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha establecido una serie de pautas para hacer de las ciudades entornos sostenibles y de acuerdo a los requisitos de la Nueva Movilidad (“segura, sostenible y conectada”). Lo primero, es el diálogo social. Por ello, se ha creado un espacio abierto y online, a través del portal esmovilidad, en el que se anima a los ciudadanos a exponer los puntos fundamentales que ha de incorporar la nueva estrategia de movilidad en nuestro país.

Lo segundo, sin duda, es filtrar dichas necesidades comunes a través de los Presupuestos Generales del Estado, mediante una política clara de gasto y de inversión. Según las últimas noticias, el propio Ministerio ha declarado su interés por potenciar el tren frente a otros medios de transporte. Aquí, el Ingeniero Civil tendrá un papel destacado no solo en la consecución de nuevas vías, sino en la gestión y mantenimiento de las ya existentes.

Lo tercero, la puesta en marcha. Para ello, se ha diferenciar entre dos tipos de Nueva Movilidad: las grandes distancias y el entorno ciudad.

La Nueva Movilidad, áreas de actuación

Las grandes distancias han de servirse de tres ejes principales: las carreteras, el tren y el avión. En el primero de los casos, ya se ha analizado en múltiples foros por parte del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, la tecnología será la gran aliada del Ingeniero Civil. La Inteligencia Artificial permitirá conocer el estado de las vías y favorecerá el trabajo de campo en Conservación. También incrementará la Seguridad Vial del usuario, que se decantará por vehículos con base en electricidad, gas o hidrógeno. La adaptación llega a través, una vez más, de la inversión en puntos de recarga y de la inclusión de materiales sostenibles en la reparación de los firmes.

Los trenes de alta velocidad y de cercanías protagonizarán las grandes inversiones en 2021, en parte gracias a los fondos de recuperación europeos. La nueva maquinaria supondrá menos emisiones, pero también una mayor comodidad para los viajeros, con mayores servicios y con acceso a las principales estaciones a través de transporte público sostenible (por ejemplo, autobuses híbridos).

En cuanto al aire, llega el servicio de drones y los vehículos voladores. Una nueva generación de opciones de desplazamiento que, aunque aún no listos para su uso masificado, sin duda solventarán los problemas actuales de las altas emisiones de un sector, el de la aviación, que se enfrenta a su mayor crisis, tanto por sus formas poco sostenibles como por la caída de pasajeros.

¿Y las ciudades? El segundo campo de actuación en la Movilidad Sostenible. Un trabajo arduo y el que, sin duda, más recursos consume, especialmente en lo relativo a la planificación de las administraciones locales. Los Planes de Movilidad Urbana Sostenible, PMUS, son ya una realidad en algunas urbes, si bien las grandes capitales se mueven lento.

La Ingeniería Civil trabaja para la propuesta de planes sostenibles, en pro de la nueva movilidad, que acerquen nuevos mecanismos de transporte de una manera económica y rápida, para cubrir una primera fase de la adaptación. Se trata del servicio de bicicletas eléctricas, la peatonalización del centro de las ciudades y, por supuesto, de las Zonas de Bajas Emisiones.

Eduardo Francisco Vílchez López , decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas de Alicante.

El medio plazo lo marcan los nuevos planes de urbanismo, que abogan por la defensa de grandes parques en detrimento de bloques de hormigón destinados a vivienda. Se potencia, de manera indirecta, la dispersión de las ciudades, con la creación de núcleos urbanos periféricos más allá de la periferia actual.

El Ingeniero Civil en la e-ciudad

La e-ciudad será el resultado de la implantación de la Nueva Movilidad en los grandes núcleos. El reto del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, de la Organización de Naciones Unidas (mediante la Agenda 2030) y de la Unión Europea (con el Pacto Verde Europeo), necesita Ingenieros Civiles.

Profesionales polivalentes que, además de manera tradicional, han desempeñado un papel fundamental en la organización de las ciudades y en el establecimiento de los suministros básicos en torno a ellas. Ahora, con nuevas materias primas y métodos de transporte, el Ingeniero Civil, adaptado en su formación y en su experiencia a los nuevos retos, es el encargado de dar respuesta, una vez más, a las necesidades de la sociedad.

Por ello, desde Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas Alicante defendemos, una vez más, la tarea del Ingeniero Civil en la consecución de los objetivos post-pandemia planteados desde todos los organismos nacionales e internacionales, públicos y privados.