"Los principales responsables de que estén cerrando negocios son la Seguridad Social y Hacienda", afirma el presidente de la patronal Restauración-CAEB, Alfonso Robledo, que denuncia la imposibilidad de que un empresario con problemas de liquidez pueda negociar con estos organismos aplazamientos en sus pagos. El resultado, añade, es que se están embargando las recaudaciones que se registran por el pago a través del datáfono, que suponen entre el 70% y el 80% de las obtenidas en establecimientos como los de restauración.

"Los propietarios de los locales nos están ayudando con descuentos en los alquileres, al igual que los proveedores, que están aceptando aplazamientos en los pagos", pone en valor Robledo. Sin embargo, denuncia que esta negociación está resultando imposible con la Seguridad Social y Hacienda, especialmente ante la exigencia de que las relaciones con estos organismos sean telemáticas.

Falta de liquidez

"En estos momentos hay muchos empresarios que no tienen liquidez para pagar impuestos o las cuotas, pero en lugar de negociar la forma de saldar esta deuda lo que están haciendo es embargar toda la recaudación que se obtiene a través de los datáfonos" (pagos con tarjeta), y critica que con esas medidas lo único que se consigue es dificultar el pago de las nóminas a los trabajadores o, en el peor de los casos, generar el cierre definitivo del negocio.

Alfonso Robledo acusa a la Administración central de ser en este momento la primera responsable de la defunción de muchas pequeñas empresas por la falta de flexibilidad a la hora de ayudar a los negocios con problemas.

Esta queja refuerza las que se vienen lanzando desde otras organizaciones empresariales, desde las que se reivindican también medidas encaminadas a reducir las cargas fiscales que soportan las empresas, o un mayor compromiso a la hora de respaldar a los sectores más duramente afectados por la pandemia. Miles de pequeñas empresas de Mallorca están al límite de su resistencia tras la caída en su facturación generada por el coronavirus y sus propietarios se están viendo obligados a poner su patrimonio familiar como garantía ante los bancos para poder obtener la liquidez suficiente como para poder aguantar hasta marzo, fecha prevista para el inicio de la próxima temporada turística o, al menos, hasta Navidad ante la expectativa de que en esas fechas mejore su situación, según subrayan patronales y empresarios de la isla. Pero desde estas organizaciones se hace una advertencia adicional: si los resultados de la campaña navideña no son los esperados o el inicio de la próxima temporada turística se demora o es débil, son muchos los que van a correr el riesgo de "perderlo todo, de quedar en la ruina".

El presidente de la federación de la pequeña y mediana empresa de Mallorca (PIMEM), Jordi Mora, advierte del fuerte endeudamiento en el que se han visto obligadas a caer muchas pymes, y califica de "complicadísima" la situación en la que muchos de sus titulares se han visto obligados a entrar, al poner el patrimonio familiar como garantía a la hora de acceder a nuevos créditos y el riesgo que ello conlleva.

Cierres en marcha

En este sentido recuerda que hay ya empresas conocidas que han presentado concurso de acreedores (apunta el caso de Majorica como uno de los emblemáticos), pero pone de relieve que hay muchas más, de nombre no tan popular, que han pasado ya por la misma situación, al igual que decenas de autónomos. Sobre estos últimos, apunta que un 30% se habrá dado de baja al acabar el año, y que solo un 10% volverá a darse de alta cuando se recupere la llegada de turistas, lo que supone que un 20% se va a quedar por el camino.

El problema es que hay pequeños empresarios (de sectores como comercio o locales de restauración, por ejemplo) que están jugándose su patrimonio para llegar hasta Navidad o marzo en el mejor de los casos. Pero Mora recuerda que en esas fiestas de final de año la isla seguirá sin turistas y el consumo de los residentes en niveles mínimos debido a su empobrecimiento durante la pandemia, lo que le lleva a pronosticar un invierno "muy difícil".

Respecto a marzo, la presidenta de la federación hotelera de Mallorca, Maria Frontera, reconoció recientemente sus dudas sobre el inicio de la temporada turística con una clientela europea también empobrecida. Todo ello sumado al riesgo de que las cifras de contagios empeoren y Baleares deba de adoptar nuevas medidas restrictivas.

La presidenta de la patronal CAEB, Carmen Planas, también apuntó hace pocos días los problemas que las pymes están atravesando durante la pandemia, y señaló que el impacto está siendo especialmente duro en las del archipiélago. "En Baleares está en juego la supervivencia de miles y miles de pequeñas y medianas empresas", subrayó.

Riesgos excesivos

Los presidentes de las asociaciones de comercio Afedeco y Pimeco, Toni Gayà y Antoni Fuster respectivamente, y su homólogo en Restauración-CAEB, Alfonso Robledo, respaldan esas afirmaciones en relación a la precaria situación que están viviendo miles de pequeños negocios.

Desde estas organizaciones se recuerda la caída de ingresos que estos negocios están registrando y la dependencia que sus propietarios tienen de su actividad para poder salir adelante, lo que les está llevando a asumir riesgos excesivos con el fin de evitar el cierre definitivo.