Comenzamos el artículo de hoy con la intención de ayudar a las familias a tener un mayor control de sus gastos y mejorar la optimización de sus ingresos.

El primer paso es hacernos con un extracto bancario de los últimos tres meses (incluyendo desglose de la tarjeta de crédito) y, a partir de ahí, voy a facilitar unas sencillas pautas para poder elaborar un presupuesto de ingresos y gastos que os ayude a equilibrar la balanza.

En segundo lugar, pueden escoger entre un folio en blanco o abrir una hoja de cálculo (también pueden usar cualquier aplicación móvil destinada para ello). Hagan una raya en medio y en cada lado escriban: necesidad o capricho. Echen mano del extracto bancario y vayan incorporando los cargos del extracto bancario según consideren que deben figurar a un lado u otro. Para darles un orden, háganlo de mayor a menor importancia, es decir: de los gastos principales a los no esenciales. Por ejemplo, el gasto de mayor necesidad sería la comida, posteriormente el pago de la cuota hipotecaria o alquiler y así sucesivamente: luz, agua, gas, colegio hijos (junto con actividades extraescolares), cuotas de préstamos varios (como puede ser del coche, moto, mobiliario, nuevo smartphone … Cualquier pago aplazado), comida mascotas, internet, teléfono, televisión (incluyendo plataformas de pago), ropa, restaurantes, gimnasio, viajes, suscripciones revistas, gasolina, seguros (de salud, casa, vehículos - si en estos últimos tienen pago cuota anual deben prorratear en 12 meses y añadir de equivalente mensual-), transporte, ocio, etcétera.

El primer problema que vais a tener es reconocer que gastos son necesarios y cuáles son deseos/caprichos. Es necesario reflexionar sobre este punto. Por ejemplo, si lanzo la pregunta sobre si el teléfono móvil o smartphone es un artículo de primera necesidad, estoy convencido que la mayoría de los lectores dirá que, en el estilo de vida actual, es absolutamente primordial. Coincido con esa respuesta, pero no tan categóricamente. Hoy en día utilizamos el móvil para todo, tenemos una infinidad de usos en la palma de nuestra mano (hablar con nuestros seres queridos, amigos… Consultamos redes sociales, noticias, realizamos compras, escuchamos música, jugamos, contestamos emails, lo utilizamos para trabajar, ocio…) pero, desde el punto de vista del gasto, ¿cuáles de esos usos son necesarios y cuáles son caprichos? Es decir, si pago cuotas de plataformas para escuchar música, descargar juegos, películas, deporte, ¿son esenciales estos gastos? Lo mismo sucede con el pago de la cuota de telefonía: tarifa llamadas e internet/datos ilimitados, pero, ¿realmente lo necesito? ¿Es posible que pueda rebajar la cuota acomodando la tarifa a mi consumo real en lugar de aceptar lo que me ofertan? Hay muchas compañías de telefonía con multitud de tarifas. Otro problema que surge con el móvil es que, al utilizarlo para todo, se registran nuestros parámetros de consumo. Es aquí donde entra en juego la Inteligencia Artificial, algo que hace unos años lo veíamos en películas de ciencia ficción y que ahora se utiliza para registrar tus búsquedas y poder ofrecerte productos a tu medida. ¿Os sucede que cuando abrís un buscador os aparecen ofertas de ropa, deporte, comida rápida, juegos, inversiones, cualquier producto relacionado con búsquedas realizadas en otro momento? Muchos de esos productos inician como caprichos, pasan a convertirse en deseos y posteriormente en necesidad. La publicidad ha jugado con nosotros y es algo que no va a dejar de hacer. Debemos ser capaces de controlarlo. Una opción es tener una tarjeta bancaria con el límite que nos marquemos para ocio y caprichos. Cuando os bombardeen con ofertas únicas, también podéis dejar el producto en la cesta de compra durante una semana para reflexionar sobre su necesidad. En frío se toman mejores decisiones.

Dentro del presupuesto podéis destinar un porcentaje según la importancia de cada partida. Por ejemplo, si en casa se reciben ingresos mensuales por 2.000 euros destinaría un 40% para la vivienda (gasto hipoteca/alquiler, comunidad de propietarios, impuesto plusvalía/basuras, luz, agua y gas), 20% otra parte para comida, 20% transporte (cuotas préstamo, gasolina, transporte público...), 20% ocio/ahorro… En este punto quiero resaltar la importancia del ahorro. Cualquier presupuesto debe incorporar esta partida, ya que debemos de ser capaces de afrontar gastos imprevistos como puede ser una rotura del calentador, batería del coche, derrama de la comunidad… Así como planificar nuestro futuro. Si no ahorro nada durante los años en activo (laboralmente hablando), ¿voy a poder mantener mi estilo de vida cuando me jubile? Temas que abordaremos en el siguiente artículo para incidir sobre las problemáticas que pueden surgir y soluciones para un futuro sin sobresaltos.

Una vez que has completado el presupuesto, puedes restar los gastos a los ingresos. El resultado te indicará cual es nuestra capacidad de ahorro. A su vez, veremos en cuanto podremos endeudarnos para solicitar financiación bancaria. Es decir, qué parte serías capaz de no gastar para pagar una cuota de un préstamo (por ejemplo, para reformar la vivienda o comprar un coche).

Si llegados a este punto, su balance no es positivo (ingresos menos gastos) o el dinero que queda es muy bajo respecto al total ingresos: debe replantear qué pagos puede reducir para ajustar a los ingresos. Puede negociar una reducción en el precio de sus seguros, tarifa electricidad, telefonía, eliminar algunos caprichos. En definitiva, reducir gastos. Con ello hará mejorar nuestro balance, pero la realidad reside en conocer cuál es mi posición económica para llevar un estilo de vida en consecuencia. Siempre tendremos amigos, familiares, compañeros de trabajo que ganen más o menos dinero pero cada uno tiene que saber dónde está y hasta dónde puede llegar sin comprometer su situación económica presente y futura.