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Presidente saliente de Provia

Antonio Fernández: «La vivienda recuperará muy pronto la velocidad de crucero»

Antonio Fernández ha estado ocho años al frente de Provia.

Provia procederá hoy a la elección de su nuevo presidente, después de que Antonio Fernández haya estado al frente de la organización empresarial el plazo máximo que estipulan sus estatutos. Se muestra satisfecho de la labor realizada a lo largo de estos ocho años, aunque confiesa que hay asuntos que todavía siguen pendientes de solución, como es el acceso de los jóvenes a la vivienda.

¿Qué balance hace de esta dilatada trayectoria como presidente de Provia?

Han sido ocho años especialmente intensos, porque accedí al cargo en 2012, cuando estábamos todavía encarando la salida de la terrible crisis económica que nos tocó vivir. El sector se encontraba entonces muy debilitado, hasta el punto de que en la provincia habíamos pasado de construir 40.000 viviendas al año a sólo 2.500, lo que sin duda era un cambio muy difícil de digerir. A ello teníamos que añadir que desde el punto de vista de la imagen habíamos quedado muy tocados, puesto que la sociedad responsabilizaba tanto a nuestro sector como a las entidades financieras de todas las desgracias. Así que nos tocó trabajar en busca de la estabilidad y también en la mejora de dicha imagen, poniendo en valor la labor de nuestras empresas en materia de profesionalización y también desde el punto de vista de su capacidad para captar turismo residencial.

Una vez superados estos momentos tan complicados, ¿cuál es la situación actual del sector?

La crisis afectaba a los propios cimientos de esta actividad, que sin financiación funciona muy mal. Las empresas, por tanto, quedaron muy tocadas en esos momentos, por lo que nos tocó hacer un esfuerzo de profesionalización que nos ha llevado a adaptarnos como ningún otro sector a los cambios normativos, hasta el punto de que hoy en día hacemos viviendas que se parecen muy poco a las que se construían hace unos años. Hoy en día, en condiciones normales, ya se levantan entre 7.000 y 8.000 viviendas al año, gracias a empresas bien financiadas y con estructuras de costes muy solventes.

Y, sin embargo, nos hemos encontrado ahora con una nueva crisis, generada por la pandemia de coronavirus...

Esta crisis no está teniendo nada que ver con la dureza de la anterior. A las empresas les ha cogido más fortalecidas y con un endeudamiento muy bajo. Las obras previstas se están llevando a cabo, aunque es cierto que de momento no se están empezando nuevas promociones a la espera de que pase este momento. De cualquier forma, estoy convencido de que el sector de la vivienda se va a recuperar muy pronto, hasta el punto de que, en el momento en que se supere la crisis, en apenas tres o cuatro meses, va a volver a su velocidad de crucero.

¿Cual es el factor que aconseja no iniciar de momento nuevas promociones?

Hay que tener en cuenta que la provincia de Alicante es líder de ventas a extranjeros y que, mientras no haya movilidad entre territorios, la actividad del sector se va a resentir. De todas formas, insisto, las perspectivas no son desalentadoras, puesto que todos los indicadores en lo que respecta a la Costa Blanca nos dicen que el interés de compra por parte de los consumidores se encuentra en unos niveles altísimos, y que en el momento en que se recupere la movilidad también se va a recuperar la actividad del sector.

¿Cuál es el nivel de dependencia del sector en cuanto a los compradores extranjeros?

Un 50% de las viviendas que se venden en la provincia están relacionadas con segundas residencias, y el 40% de éstas son para extranjeros. Sin duda, se trata del pilar de nuestra actividad inmobiliaria. Las compras de segunda residencia por parte de clientes nacionales son menores, aunque en los meses de verano, cuando se abrió la movilidad, se notó un incremento considerable de las ventas. El porcentaje, además, puede ir incrementándose si se consolida el teletrabajo, algo que favorece a la Costa Blanca.

¿Qué es lo que tiene este territorio que lo hace tan atractivo para la compra de viviendas?

Alicante es de los lugares donde se construye y vende más barato, porque tenemos una estructura de pequeños y medianos promotores cuya competencia resulta positiva para el consumidor. Luego tenemos el clima, desde el punto de vista de que vivir aquí resulta mucho más barato en lo que respecta a los gastos de calefacción que en otros puntos tanto de España como del conjunto de Europa. Además, nos puede dar la sensación de que tenemos un territorio sobresaturado a nivel urbanístico, cuando no es cierto. Continuamos teniendo grandes espacios que configuran un atractivo.

¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta el sector?

Hay que continuar apostando por un urbanismo sostenible y respetuoso con el medio ambiente, fomentando el ahorro energético, y sobre todo, hay que solucionar el problema del acceso a la vivienda, fundamentalmente en el caso de los jóvenes.

¿El problema son los precios?

En Alicante se puede comprar vivienda nueva con dos dormitorios y plaza de garaje por 150.000 euros, lo que supone un préstamo asequible de 600 o 700 euros al mes. El problema reside en que las familias, y vuelvo a insistir en la gente joven, no cuentan con ahorros previos, lo que les impide dar una cuota de entrada.

¿Qué se puede hacer a este respecto?

No se trata de buscar culpables, sino de buscar soluciones entre todos, contando a empresas y administraciones. Cuando vemos que en el registro de la Generalitat hay 10.000 personas de la provincia inscritas en busca de viviendas, resulta una evidencia que no estamos haciendo bien nuestro trabajo. Yo creo que una salida podría pasar por la recuperación de los planes de protección oficial y no centrar todos los esfuerzos en el alquiler, porque eso tensiona el mercado. Hay muchísima gente que preferiría comprar antes que alquilar, pero que en el actual contexto no lo puede hacer.

Usted también ocupa la vicepresidencia del Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (Ineca). Desde esa perspectiva, ¿cómo ve el panorama creado por el covid?

La provincia de Alicante tiene una gran dependencia del sector turístico, y el problema es que sin movilidad no hay turismo. Pero también contamos con fortalezas como la amplia diversificación, que nos permite contar con una agricultura competitiva e industrias exportadoras de lo más variadas. Eso nos da la posibilidad de recuperarnos a una velocidad superior a la media. No cabe duda de que esto pasará, y que nuestra provincia estará situada en una buena posición para recuperar los niveles de actividad previos.

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