A la espera de que en las próximas semanas el Sabadell concrete más su plan de ahorro de costes y transformación, de momento la entidad ya tiene un primer paso dado. La mayoría de la representación sindical respaldó ayer la última propuesta que la dirección del banco había puesto sobre la mesa para suprimir hasta 1.800 empleos mediante bajas incentivadas y prejubilaciones a partir de los 56 años. Unas salidas que se ejecutarán en el primer trimestre del próximo año y que supondrán un considerable ahorro a partir de ese momento para la entidad.

El primer sindicato en adherirse al acuerdo fue la UGT, que dejó clara su postura en la noche del jueves, y a lo largo de la mañana de ayer se sumaron la central mayoritaria en el Sabadell, CC OO; la federación Sicam-Aprobas (después de que votaran a favor el 85% de sus afiliados); y los sindicatos Alta y Cuadros. En total, el 89,57% del comité de empresa.

El acuerdo supondrá que podrán acogerse a las prejubilaciones los trabajadores a partir de 56 años, a los que se les pagará una indemnización equivalente al 75% de su salario anual asignado, hasta cumplir los 63 años, además del convenio con la Seguridad Social para que sigan cotizando todo este tiempo. Se establecen dos topes máximos. Para los prejubilados de entre 56 y 58 años, será de 300.000 euros, mientras que los mayores de esa edad cobrarán un máximo de 280.000 euros.

Además, se ha pactado una salvaguarda para proteger a los afectados de un posible cambio legislativo en el sistema de jubilación. Así, si se retrasa la edad mínima para acceder a una pensión pública, la empresa pagará un año más, hasta los 64, el convenio con la Seguridad Social. En cuanto a las bajas incentivadas, se ofrecen 35 días por años trabajado, con un máximo de dos anualidades y prioridad para los mayores de 40 años.

La entidad fijó durante la negociación un máximo de bajas por cada provincia, para evitar que en algunas zonas pudiera haber problemas de falta de plantilla tras el ajuste. En el caso de Alicante, se establecían un máximo de 354. Sin embargo, la cifra puede variar, ya que, de esta cantidad, unas 80 corresponden al centro corporativo que tienen en la capital de la provincia y, finalmente, la entidad ha aceptado que todas las bajas de este tipo de instalaciones se computen en un único grupo, sin tener en cuenta la distribución geográfica.

A pesar de tratarse de salidas voluntarias, los sindicatos prevén que se alcance el cupo máximo de 1.800 bajas, ya que existe un número superior de trabajadores en edad de prejubilarse. Los sindicatos han valorado esta voluntariedad y las buenas condiciones económicas para dar su visto bueno al ajuste. El acuerdo se abrirá a las filiales BSOS y SABIS.

Los mercados castigan al banco de origen catalán

Los mercados dejaron claro ayer quién creen que ha salido ganando con la ruptura, el BBVA, y quién es el perdedor, el Sabadell. La entidad de origen catalán aunque con domicilio social en Alicante -una de las pocas consecuencias positivas de que la operación se frustre es que la capital de la provincia mantendrá su condición de plaza financiera- llegó a desplomarse cerca de un 18% al inicio de la sesión, aunque finalmente logró recortar algo las pérdidas, hasta el 13,58%. Un batacazo que los responsables de la entidad ya esperaban, de ahí que se apresuraran a comunicar sus planes para ganar eficiencia, con el objetivo de tratar de taponar la sangría. En cualquier caso, cabe destacar que, desde que se comunicara formalmente el inicio de las conversaciones, el Sabadell se había revalorizado más de un 25% en los mercados. Muy distinta fue la reacción de los inversores en el caso de BBVA, que fue una de las que más subió en una jornada positiva para el conjunto de la Bolsa española. La entidad presidida por Carlos Torres ganó un 4,99%, lo que sugiere que los mercados consideran que le irá mejor sin la operación.

Reacciones

En el apartado de reacciones, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se mostró «sorprendido» por el abandono de la fusión entre BBVA y Sabadell, pero recordó que a veces hay «noviazgos» que se retoman tiempo después. El presidente de los empresarios españoles rechazó comentar los motivos de la ruptura, pero señaló que las entidades deben velar por sus accionistas. Por su parte, la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, señaló que «no sabría decir» si la ruptura de las conversaciones entre BBVA y Sabadell para su fusión es «buena o mala noticia», pero insistió en la necesidad de que España cuente con un sistema financiero solvente, a diferencia de lo ocurrido en la crisis de 2008. Más claro lo tenía la agencia de calificación crediticia S&P Global, que consideró que la ruptura entre BBVA y Sabadell es una «mala noticia» para el sistema bancario español, ya que necesita la consolidación para mejorar su eficiencia.