«No es la primera vez que viene por aquí». Así, a bocajarro, se lo soltó la presidenta del tribunal, la magistrada Carmen Paloma González, a la exdirectora general de la CAM María Dolores Amorós instantes antes de que comenzara su interrogatorio en la Audiencia Nacional, donde está siendo juzgada por un delito de administración desleal.

Y claro que no era la primera. Hace tres años, en el verano del 17, esta misma juez y otro de los miembros del tribunal actual, Juan Francisco Martel, junto a la ahora ausente Ángela Murillo, condenaron a Amorós y a tres exejecutivos más de la caja por el falseo de las cuentas. Tres años le cayeron a la exdirectiva que el Supremo rebajó a uno y seis meses y la convirtió, junto al también exdirectivo Teófilo Sogorb, en los únicos hasta el momento con sentencia firme que han pagado los platos rotos de la CAM.

Un momento de la declaración de María Dolores Amorós Edu Candel / LOF

En la recámara queda por saber qué hace el Alto Tribunal con las condenas que dictó la Audiencia de Alicante en el caso de las dietas del expresidente Modesto Crespo, de las que el ilicitano se declaró culpable llevándose por delante de paso al penúltimo director general, Roberto López Abad, y a otros cuatro exconsejeros. Y la sentencia del proceso por los negocios de la caja en el Caribe, juzgado hace un par de meses y aun pendiente de una resolución que no tardará.

Un momento de la declaración de María Dolores Amorós Edu Candel / LOF

En ninguno de ellos estaba involucrada Amorós que este martes, tranquila y como si se lo estuviera contando a una amiga, respondió a todas las preguntas que le formularon las partes con una profusión de detalles que parecía que era ella, y no su letrado, quien tenía toda la causa en la cabeza.

Claro que echó balones fuera. Como cuando insistió hasta el agotamiento en que eran los órganos de la caja, y no ella, los que aprobaban unas operaciones de las que se limitaba a dar cuenta. O en que no podía estar en todo y descender a los detalles, aunque se estaba hablando de una operación millonaria con unos de los clientes VIP de la caja, como era el caso Hansa.

Un momento de la declaración de María Dolores Amorós Edu Candel/LOF

Pero su declaración, con todo, fue la de alguien a quien el banquillo no solo no le altera los nervios sino que se crece. Tal fue el momento en el que con una rabia no disimulada arremetió contra el Banco de España a quienes muchos en esta causa, como en otras de la CAM, echan en falta en el banquillo de los acusados.