La salida de Reino Unido de la Unión Europea vuelve al primer plano de la actualidad económica, en paralelo con la crisis del covid, a poco más de dos semanas para que finalice el periodo transitorio del Brexit, el 1 de enero de 2021. Los exportadores alicantinos que venden sus productos a aquel país están viviendo con «tensa incertidumbre» las negociaciones entre ambas partes no sólo porque el británico sea un cliente prioritario para muchos sectores, sino porque una salida a las bravas, que no se descarta en estos momentos, implicaría la aplicación de aranceles y diferentes tramitaciones burocráticas a las cumplimentadas hasta ahora que podrían causar demoras en la entrada de las mercancías en el país del premier británico, Boris Johnson.

El valor de las ventas alicantinas a Gran Bretaña alcanzaron hasta septiembre los 163,8 millones, un 10,3% menos que en 2019

Ante los giros que están dando las negociaciones en las últimas semanas, más marcadas por las diferencias que por el acercamiento de posturas, sectores como el calzado, el hortofrutícola o el juguetero , que se encuentran entre los principales exportadores a Gran Bretaña, preparan ya planes de contingencia, dado que Reino Unido se encuentra en el grupo de sus cuatro principales clientes. En el caso de la provincia en su conjunto, es el sexto, después de caer, al menos, un puesto desde el inicio del proceso de salida hace cuatro años. De enero a septiembre de este año, la provincia exportó productos por valor de 163,8 millones a Reino Unido, que significaron una caída del 10,3% con respecto al mismo periodo de 2019, según los últimos datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) en Alicante.

Nuevo plazo hasta el domingo

En este momento, las negociaciones están estancadas. Las partes se han dado un nuevo plazo, hasta el domingo, para alcanzar un pacto, pero ya no se ve tan lejano, como en otras ocasiones, el escenario de un Brexit duro. Así, los sectores provinciales vuelven a estar en alerta y se preparan ante la posibilidad de un divorcio sin acuerdo.

Empresarios de calzado, productos agroalimentarios o de juguetes comienzan a hacer sus propios planes de emergencia ante el peor de los escenarios, intentando planificar con tiempo sus ventas para evitar posibles retrasos en aduanas, como subraya el presidente de la patronal juguetera española (AEFJ), el ibense José Antonio Pastor. La patronal juguetera está informando a sus asociados de la documentación y trámites que deberían preparar, en el caso de que el 1 de enero Boris Johnson y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, no hayan dado el visto bueno a un acuerdo. Para el juguete, Gran Bretaña también se encuentra entre sus cinco principales mercados.

La exportación de hortalizas alicantinas crecieron un 4%, sobre todo durante el confinamiento

Además, en este año 2020, «las exportaciones españolas de juguete se han disparado», sobre todo, por el aumento de la demanda durante el confinamiento por la pandemia, según José Antonio Pastor. Los empresarios provinciales de calzado también mantienen una continua comunicación con sus clientes británicos para asegurarse la fluidez del tráfico de mercancías ante un escenario sin acuerdo, según subraya Marián Cano, presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios de Calzado (Avecal). Incluso, la Comisión Europea presentó ayer unas directrices de contingencia para que los Estados de la UE se preparen a un posible Brexit sin acuerdo. Unas pautas para cubrir el periodo durante el que no hay pacto y que se centran en garantizar los servicios aéreos, el transporte por carretera o la pesca, aunque deben tener la reciprocidad de Londres.

Sumar el impacto del covid

La industria zapatera alicantina, que es la primera actividad exportadora de la provincia, también lo es a Gran Bretaña. Pero sus operaciones comerciales han caído este año un 35%, al pasar de los 50,7 millones de euros de enero a septiembre de 2019 a los 32,8 del mismo periodo de este año. Para la representante de la industria zapatera de la Comunidad, un Brexit duro conllevaría «la aplicación de aranceles que marca la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que sumado al cambio del tipo de divisa, perjudicaría nuestras ventas en este mercado, que es el cuarto del sector». Además, Cano advierte de que a esta situación hay que sumar los efectos que la crisis del covid está causando en la economía. La industria zapatera ha bajado sus ventas mundiales un 23% este año.

Reino Unido ha caído, al menos, un puesto como principal primer cliente de Alicante. Ahora es el sexto.

Los sectores provinciales, pese a la amenaza, no se imaginan unas relaciones comerciales sin pacto. Aspiran a «mantener el volumen de toneladas (frutas y verduras) enviadas hasta ahora a Reino Unido», según Ramón Espinosa, secretario técnico de Asaja-Alicante. Este sector es el segundo que más vende a Reino Unido. Sus exportaciones de legumbres y hortalizas crecieron hasta septiembre un 4%, sobre todo durante el confinamiento, mientras que las de frutas cayeron un 5,3%.

«EL CÍTRICO COMPETIRÍA CON OTROS EN UN MERCADO FEROZ»

La Unió y Asaja temen que una salida abrupta desvíe la compra de frutas y hortalizas a otros países

Reino Unido es para los productores de frutas y hortalizas de la provincia un mercado prioritario. De ahí que estén «vigilantes» ante las negociaciones entre Gran Bretaña y la Unión Europea y que, finalmente, se alcance un acuerdo que permita unas relaciones comerciales en similares condiciones a las actuales. De lo contrario, además de los aranceles y de la demora de las entregas de las mercancías en la aduana en los primeros meses, tras un Brexit duro, las organizaciones agrarias ponen el acento en la situación de debilidad en que se encontraría el sector. La Unió de Llauradors vaticina que, en el peor de los escenario, «pasaríamos de tener un socio comercial en la UE seguro y fiel a competir con otros terceros países en un mercado cada vez más feroz y competitivo», destaca Carles Peris, secretario general de la Unió.

Ramón Espinosa, secretario técnico de Asaja-Alicante y presidente de Intercitrus, advierte de la incidencia para un sector clave en Alicante, como los cítricos, en caso de que no haya acuerdo comercial con Gran Bretaña.

Ramón Espinosa augura que, en el momento en que haya aranceles, «y debido a las buenas relaciones que Reino Unido mantiene con Sudáfrica, principal competidor nuestro en cítricos, una subida de las tasas de entrada dificultaría el acceso de nuestros productos hortofrutícolas en Gran Bretaña, lo que nos obligaría a trabajar con muy poco margen».