Aunque la debacle no llega al nivel del sector hotelero o de la restauración, el mercado inmobiliario de la provincia también se sitúa entre los que acusan con mayor dureza el impacto del covid-19 en sus cifras. Un impacto que, además, en este caso se suma a las consecuencias negativas que ya empezaba a registrar el negocio antes de la pandemia por el Brexit y el empeoramiento de la situación económica que ya mostraban muchos de los países europeos que suponen el mayor caladero de compradores de vivienda para la Costa Blanca.

De esta forma, hasta el pasado mes de septiembre, se formalizaron en la provincia 22.892 compraventas de inmuebles, un volumen todavía muy significativo, pero que supone 9.408 operaciones menos que en el mismo periodo del año anterior, es decir, una caída de más del 29%, de acuerdo con los datos del Colegio Notarial de Valencia. En términos absolutos, esto representa un descenso de 1.047 millones de euros en el volumen de negocio que generan estas transacciones, un agujero equivalente al 3% del PIB provincial.

Y todo ello a pesar de que, durante el tercer trimestre del año, el efecto rebote de los meses de verano y la demanda embalsada durante el confinamiento limitó la caída en ese periodo a sólo un 6%, frente al hundimiento del 60% que se registró entre abril y junio. El problema, según los profesionales consultados, es que esa aparente recuperación no ha tenido continuidad en el último trimestre, cuando las nuevas limitaciones de movilidad han vuelto a hundir el mercado, al menos en el caso de los extranjeros, que ya eran el segmento más afectado.

Así, mientras que el volumen de compras de los españoles -tanto residentes en la provincia, como los llegados de otras zonas del país- ha caído un 23% en el conjunto de los primeros nueve meses del año -en verano incluso se vendieron más casas que el año pasado por las operaciones retrasadas-, las ventas a extranjeros han retrocedido alrededor de un 35%, al pasar de 16.311 a 10.689, según la información de los notarios, la más actualizada, ya que recoge las operaciones en el momento en que se escrituran. El impacto de este descenso es de 739 millones de euros.

Todas las nacionalidades

Como era de prever, ante la drástica reducción que han sufrido las conexiones internacionales en El Altet, ninguna nacionalidad se salva del batacazo. En el caso de los británicos, el mayor mercado internacional para el sector inmobiliario alicantino, el descenso ha sido del 35,5%, con 1.100 operaciones menos; una cifra similar a lo que han caído las compraventas protagonizadas por ciudadanos suecos, que retroceden un 37,6%, con 511 transacciones menos.

El mercado noruego y el ruso son los que más caen hasta septiembre, mientras que los belgas son los que más resisten

Algo menos acusados son los retrocesos en el mercado belga -el tercero en importancia- con una caída del 18,7%, y en el alemán (-21,3%), mientras que los peores datos se registran entre los compradores rusos (-43,1%) y los noruegos, que caen un 54,7%. También se nota el impacto entre los compradores argelinos, que descienden un 57%, aunque en este caso hay que tener en cuenta que este segmento de mercado se compone de un mix de inmigrantes económicos que residen en la zona y de profesionales bien posicionados en el país argelino, que buscan contar con una segunda residencia fuera de su país.

Tanto los promotores como los profesionales inmobiliarios consultados coinciden en que, mientras no se recupere la normalidad en el transporte aéreo, será muy difícil que el sector vuelva a las cifras de antes. «La caída de este año va a ser menor de lo que muchos esperábamos gracias a las cifras del verano, pero desde octubre el negocio está muy parado. Aunque hemos vendido alguna casa por internet, lo lógico es que la gente quiera ver la vivienda y la zona, y, mientras no haya vuelos, no se puede», se lamentaba ayer el licenciatario de la agencia Engel & Voelkers en Dénia y Xàbia, Ximo Ferrando.

Campaña en Bélgica

Por su parte, los promotores continúan con los proyectos que tienen en construcción -que ya tiene vendidos en su mayor parte- pero están retrasando la puesta en marcha de nuevas promociones, como reconoce el secretario general de la patronal Provia, Jesualdo Ros. Ante esta situación, están volcando sus esfuerzos en captar a profesionales que busquen vivienda en la provincia para teletrabajar desde aquí. Ayer mismo presentaban una campaña conjunta con el Ayuntamiento de Alicante, y en los próximos meses se pondrá en marcha otra para el conjunto de la Costa Blanca, que se focalizará en Bélgica, donde han detectado un mayor interés por esta posibilidad y, además, el nivel adquisitivo es mayor.

En el caso de los compradores nacionales, el vicedecano del Colegio Notarial, Delfín Martínez, señala que la situación se ha recuperado bastante mejor. En parte, gracias a que los tipos de interés siguen muy bajos, lo que facilita la financiación, y, además, incentiva que aquellos que disponen de recursos prefieran destinarlo a vivienda antes que dejar el dinero aparcado en el banco.