El grupo de telecomunicaciones alicantino Verne da un nuevo paso en su internacionalización y suma Portugal a los mercados extranjeros en los que ya está presente. La compañía que dirige Gianni Cecchin inició sus operaciones en el país vecino la semana pasada, tras hacerse con el contrato para la instalación y mantenimiento de cliente de Nowo, la filial de MásMóvil que supone el tercer operador en importancia en el mercado luso.

La compañía alicantina, además, colaborará en el plan de modernización de la red de Nowo, con la sustitución del cable coaxial por fibra óptica, unos trabajos que arrancarán en el segundo semestre del próximo año. Verne espera facturar alrededor de tres millones de euros en su primer año en Portugal, una cifra que confían en elevar hasta el entorno de los 10 millones en 2023, según fuentes de la mercantil, que ha constituido una filial en tiempo récord en el país vecino para desarrollar este negocio.

Inicialmente contará con una plantilla de unos 50 trabajadores, que irá aumentando a medida que empiecen los trabajos de implantación de la fibra óptica, que también es clave para el despliegue del 5G. MásMóvil ha redoblado su apuesta por su operador luso después que el pasado noviembre tomara el control total de la compañía, de la que ya tenía el 51%, en una operación corporativa con la que pretende reforzar su presencia en el segmento residencial en este país.

Internacionalización

Por su parte, para Verne la entrada en Portugal supone un nuevo paso en su estrategia de internacionalización, que vivirá un importante impulso el próximo año. Además de este nuevo mercado, el grupo alicantino prevé importantes crecimientos de facturación en los otros dos países donde ya tiene presencia -Alemania y Marruecos-, gracias a los contratos que ha firmado.

En concreto, la firma calcula que sus ingresos en el extranjero pasarán de los 25 millones actuales a 62,5 millones en 2021, con lo que el negocio internacional ya supondrá alrededor de un tercio del total.

En el caso de Alemania, donde prevé pasar de 20 a más de 50 millones de facturación, la firma espera rentabilizar sus acuerdos con Deutsche Glasfaser, Nokia y, sobre todo, con O2, la filial con la que Telefónica quiere dar la batalla en fibra óptica en este país. Cabe recordar que en la mayoría de estados europeos la implantación de estas redes va muy retrasada con respecto a España, por lo que Verne y otros instaladores españoles tienen ahora una importante ventaja para hacerse con los contratos para su despliegue.

Por su parte, la compañía también prevé elevar alrededor de un 40% sus cifras en Marruecos, donde ya trabaja para Inwi y Orange Maroc, y acaba de conseguir la homologación para trabajar también con Maroc Telecom.

Filial tecnológica

La internacionalización es sólo una de las patas del plan de crecimiento de Verne, que recientemente también ha presentado su nueva división «Tech», con la que quiere convertirse en un jugador destacado en el ámbito de las nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial, el cloud o la ciberseguridad, tras adquirir varias firmas especializadas.