La urgente necesidad de buscar de soluciones que ayuden a contener la grave pandemia de coronavirus ha llevado a un equipo de investigadores alicantinos a importar una técnica de desinfección ambiental que, aseguran, resultó clave como medida preventiva en Estados Unidos para atajar los contagios de tuberculosis y que, en la actualidad, se sigue empleando en espacios públicos para controlar la expansión de enfermedades transmisibles por vía aérea. Se trata de la aplicación de luz ultravioleta-c Upper-Room, que esteriliza el aire de forma continua y automática, «se ha demostrado eficaz» frente al SARS-CoV-2 y «posee el potencial de reducir los contagios en ambientes interiores un 80%». Los dispositivos con la citada tecnología están siendo fabricados en la provincia por Lightdis. La firma destaca que las características germicidas de los aparatos tienen la capacidad de inactivar los microorganismos en segundos y sostiene que el diseño está especialmente proyectado para la utilización en presencia de personas sin poner en riesgo la seguridad.

Lightdis es una iniciativa empresarial liderada por Pablo García, licenciado en Biología por la Universidad de València y especialista en el diseño, desarrollo y evaluación de programas de desinfección y sanidad ambiental para administraciones públicas y grandes empresas desde hace 20 años. El sistema que ha empezado a comercializar parte del riesgo acreditado de transmisión del virus SARS-CoV-2 a través del aire, un hecho reconocido por la propia Organización Mundial de la Salud.  

«Esta vía de transmisión puede ocurrir en cualquier tipo de recinto interior donde se reúnan personas, como bares, restaurantes, colegios, oficinas e incluso en los mismos hospitales. La posible presencia de personas infectadas en estos ambientes por el coronavirus permite que el virus, a través de los aerosoles generados por la respiración, el habla, la tos o los estornudos, contamine el aire del local con el consiguiente riesgo de que personas sanas que respiran ese mismo aire se puedan contagiar», explican desde la empresa. Es el llamado contagio a través de aerosoles, que son gotas de saliva muy pequeñas que, por su peso y tamaño, pueden permanecer flotando en el aire de un ambiente interior durante varias horas. 

Para hacer frente a esa realidad y reducir riesgos, los dispositivos diseñados por la citada empresa alicantina desinfectan el aire de la siguiente manera. Los equipos, de tamaño similar a un pequeño altavoz, se instalan en la parte alta de estancias interiores, a unos dos metros y medio del suelo, emitiendo una franja de luz ultravioleta-c que abarca toda la zona superior, desde la altura de instalación del equipo hasta el techo. 

«El aire en los ambientes interiores se mueve de forma convectiva, es decir, que los aerosoles emitidos por una persona, al ser más calientes que la temperatura del ambiente, ascienden, de forma muy similar a como lo haría el humo de un cigarrillo. De esta manera, los aerosoles infecciosos generados por una persona al hablar, respirar o toser ascienden hasta entrar en la zona de luz ultravioleta-c emitida por los equipos, siendo los virus y bacterias inactivados por la luz en pocos segundos. Los equipos funcionan de forma automática, desinfectando el aire continuamente, con un consumo energético anual inferior a 30 euros», explica el director general.

La empresa cuenta con un equipo interdisciplinar integrado por biólogos, ingenieros, físicos y médicos, donde cada especialista aporta experiencia y talento para la obtención de los equipos de desinfección de aire, que cuentan con su propia patente europea y estadounidense. La solución que propone Lightdis no consiste en que un cliente instale su aparato en una estancia cerrada y listo. Nada que ver. Su puesta en marcha requiere de un estudio individualizado realizado por profesionales para determinar los parámetros necesarios para conseguir el objetivo de desinfección requerido. 

«Conocemos bien las dosis que hay que aplicar en el ambiente para acabar con el coronavirus y con cualquier tipo de microorganismo. Lo primero que se hace es un estudio de bioseguridad para conocer la distribución interior y qué volúmenes y superficies existen. Se estudia el aire de las instalaciones a proteger, y mediante un software especializado sabemos qué dosis de ultravioleta-c estamos aplicando, garantizando de esta manera la protección de la instalación frente al coronavirus o cualquier otro microorganismo infeccioso. Son puras matemáticas», subraya García. Tanto el proceso de diseño de los aparatos como la fabricación se realiza en la provincia, a excepción de los tubos, que se importan de un conocido fabricante. «Sabíamos que esta tecnología existía. Cuando te pones a diseñar los equipos, tienes que saber muy bien cómo funciona la luz, ya que solo tienes que irradiar la parte alta de la estancia, no debe alcanzar la zona donde están las personas. Para ello hay que saber hacer muy bien las ópticas y el diseño de la maquinaria para que ilumine de una forma determinada», prosigue el biólogo. 

Técnicos de la empresa en la cadena de producción para ensamblar las piezas que conforman los aparatos. Rafa Arjones

El investigador asegura que el sistema es eficaz inactivando cualquier tipo de virus o bacteria, «dado que la luz ultravioleta-c ejerce su acción germicida mediante el daño al material genético de los microorganismos». «En función de la especie de microorganismo que queramos combatir, hay que aplicar una dosis de ultravioleta-c determinada para inactivarlo. En el caso del coronavirus SARS-CoV-2, las dosis necesarias son similares a las aplicadas en el control ambiental de tuberculosis, consiguiéndose niveles de inactivación del 99,99% del virus en pocos segundos, reduciéndose la posibilidad de contagios un 80%», subraya . 

Originaria de EE UU

Según destacan desde la empresa, la técnica de desinfección utilizada, originaria de Estados Unidos, ha sido empleada desde 1940 para controlar enfermedades transmisibles por el aire como la gripe, el sarampión, la varicela, neumonías o la tuberculosis en hospitales, escuelas, refugios para personas sin hogar, cárceles e instalaciones militares. Desde Lightdis, enfatizan que el sistema que fabrican «no es sólo una solución muy eficaz frente al covid-19, sino que es una inversión en bioseguridad frente a cualquier agente infeccioso, virus, bacteria u hongo, que pudiera constituir una amenaza sanitaria a corto o largo plazo». A ese respecto aseveran que existen estudios científicos realizados en unidades hospitalarias dedicadas al tratamiento de la tuberculosis (una enfermedad que al igual que el coronavirus también se transmite por los aerosoles de personas infectadas) que demuestran que, en condiciones reales, este eficaz sistema de desinfección reduce los contagios un 80%, «a diferencia de los purificadores de aire portátiles, cuya evidencia científica reduciendo contagios en condiciones reales es muy limitada y teóricamente sólo reducen un 8%» . «Esta eficacia demostrada en desinfección de aire le ha valido al sistema Upper-Room para ser incluido en la Guía de Prevención y Control de Tuberculosis de la OMS desde 2019. Igualmente, esta eficacia en la reducción de contagios es reconocida por instituciones como la Universidad de Harvard, la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, o el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos, entre otras», sostiene Pablo García.

El sistema de desinfección que fabrica Lightdis se conoce internacionalmente como Upper-Room Ultraviolet Germicidal Irradiation y en España como Radiación Indirecta de Ultravioleta-C. «Es el único sistema de desinfección ultravioleta que se puede aplicar de forma segura en presencia de personas. Este aspecto viene recogido en la especificación UNE 0068, elaborada por los Ministerios de Sanidad e Industria», resaltan desde la compañía. De igual forma, subrayan que la eficacia y seguridad de los equipos de Lightdis para la desinfección del aire de los ambientes interiores, está evaluada y certificada por un laboratorio visad por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC).  

«Gracias a estas pruebas de laboratorio, conocemos perfectamente la intensidad ultravioleta-c emitida por nuestros equipos, así como la forma en que distribuyen en el ambiente esta luz. Esto nos permite dimensionar con precisión y seguridad para las personas el número de equipos que requiere cada instalación para alcanzar dosis ultravioleta-c eficaces para inactivar el coronavirus, por lo que ofrecemos una solución medida y garantizada de desinfección del aire para cada cliente. Los tiempos de inactivación de coronavirus en aire con nuestros equipos son inferiores a un minuto», indica el director general.

Por todo ello, desde la empresa consideran que su sistema de desinfección de aire contribuye al control ambiental del covid-19 en ambientes interiores «a través de una reducción muy importante de la posibilidad de contagios». «Esto es especialmente relevante para el mantenimiento de la actividad económica, educativa, deportiva y cultural, entre otras. Los equipos pueden ser instalados para garantizar la bioseguridad del aire en cualquier ambiente interior, como colegios, oficinas, bares y restaurantes, locales de ocio, residencias de mayores o gimnasios», prosigue el biólogo. Se trata de «ofrecer soluciones reales para la salud de las personas, con seguridad, calidad, diseño e innovación», concluye.

Proyección internacional

Aparatos con tecnología similar a la que fabrica Lightdis en la provincia de Alicante están siendo instalados en centros educativos, comercios, restaurantes e iglesias de múltiples zonas de Estados Unidos así como en dependencias sanitarias del país, como el Hospital ICAHN Mount Sinai (Nueva York); Hospital Sant Vincent, Worcester (Massachusetts) o el Brigham and Women’s Hospital (Boston). También en el Aeropuerto Syracuse Hancock International (Nueva York) o en la cadena de supermercados Edeka Clausen de Alemania. Recientemente, el Gobierno de Reino Unido ha publicado una guía en la que recomienda el Sistema Upper Room en todo tipo de ambientes a excepción de hogares y lanza un consejo que es el mismo que hace la compañía alicantina, y es que «los sistemas de climatización o aire acondicionado funcionando conjuntamente con el Sistema Upper Room UV-C mejoran el rendimiento y la eficacia de este, asegurando la bioseguridad del aire de los ambientes interiores sin renunciar al confort».