El tirón de la demanda de cítricos que se produjo en toda Europa durante los meses de confinamiento permitirán que la agricultura alicantina cierre este año con un aumento del 10% en el valor de su producción, al alcanzar los 522 millones de euros. Una buena noticia que, sin embargo, no parece que vaya a tener continuidad, ya que el aumento del consumo en el hogar no se ha mantenido y los cierres de la hostelería por la segunda ola del covid-19 están provocando que los precios en el inicio de la nueva campaña se hayan hundido.

Así lo han señalado este miércoles los máximos responsables de Asaja en la provincia, que también han advertido de las graves repercusiones que tendrán los cambios que se plantean en la gestión del trasvase Tajo-Segura en el sector, y de los efectos del Brexit, ante la posible imposición de aranceles a la frutas y hortalizas que se exportan al Reino Unido.

El secretario técnico de Asaja-Alicante, Ramón Espinosa, ha realizado una valoración "relativamente buena" del año que ahora finaliza para la agricultura. "En un contexto general negativo, provocado por la pandemia que estamos padeciendo, tenemos la sensación de que hemos podido salvar los muebles, aunque con matices y con subsectores que lo han pasado mal", ha explicado Espinosa.

En términos generales, el valor total de la producción ha pasado de 475 a 522 millones de euros, lo que supone un aumento del 10% que ha descatado como positivo, pero que, sin embargo, todavía no consigue recuperar los niveles previos al impacto de la DANA del año 2019, que rondaban los 600 millones.

El gran artífice de esta mejora ha sido el sector citrícola, que supone la mitad de la producción agraria alicantina, y que elevó su valor un 23%, hasta casi 221 millones, gracias a la demanda de vitamina C que se produjo por parte de los consumidores europeos durante los meses del confinamiento. También destaca el aumento del valor de los cereales en grano (+68%), la estabilización del precio de las hortalizas y los precios algo más favorables de la uva de mesa.

Por el contrario, en la parte negativa destacan los efectos que tuvo el covid en sectores como el ganadero o el vinícola, debido al cierre del sector hostelero. Así, el presidente de Asaja-Alicante, Eladio Aniorte, ha señalado la situación casi "insostenible" que viven muchas explotaciones ganaderas al no haber podido dar salida a los animales y ver incrementados sus gastos al tener que alimentarlos durante más tiempo.

Pero, además, como recalcó el presidente de Asaja-Orihuela, Jose Vicente Andreu, el buen balance de 2020 también se ve empañado por el mal arranque de la nueva campaña. Según ha explicado, el aumento de consumo de cítricos en los hogares europeos no se ha mantenido en niveles tan elevados como en el confinamiento, por lo que ya no compensan la pérdida de ventas a la hostelería, que supone el 40% del negocio total. El resultado es que los precios se han desplomado y el mercado de cítricos está prácticamente "bloqueado".

Los retos del Brexit y del agua

Por otra parte, Eladio Aniorte ha cargado duramente contra la gestión del trasvase Tajo-Segura que está realizando la ministra Teresa Ribera al frente del Ministerio de Transición Ecológica, a la que ha tachado de "antidemocrática" y "cateta" por no seguir las recomendaciones de la comisión técnica a la hora de aprobar los desembalses. Igualmente, desde Asaja han advertido de que, si se aprueban las propuestas para elevar los caudales mínimos ecológicos del Tajo en el próximo plan de cuenta, se reducirán a la mitad las aportaciones para la agricultura alicantina, lo que podría provocar el abandono del 50% de las parcelas que dependen de esta fuente de suministro en un plazo de cinco año.

Por otra parte, también han advertido del posible impacto del Brexit, si la salida del Reino Unido se produce sin acuerdo y se imponen aranceles. Así, desde Asaja recuerdan que el Reino Unido es uno de los mejores clientes del campo alicantino y que en cultivos como el brócoli suponen más de la mitad del mercado.