Ya es oficial. El consejo de administración del Sabadell ha dado este jueves su visto bueno al nombramiento de César González-Bueno como nuevo consejero delegado de la entidad, en sustitución de Jaume Guardiola, según ha confirmado el propio banco a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Un relevo que se hará efectivo cuando los reguladores den su aprobación. Hasta entonces, ambos ejecutivos trabajarán conjuntamente durante el periodo de transición.

De esta forma, González-Bueno colaborará desde el primer momento "en el diseño y puesta en marcha de un nuevo plan estratégico, cuyos ejes y objetivos principales se harán públicos durante el primer trimestre de 2021", según han señalado desde la entidad, que también ha informado de que Guardiola, tras su jubilación, seguirá vinculado al banco como presidente de Banco Sabadell México.

El relevo aprobado este jueves coincidirá en el tiempo con un cambio en el modelo organizativo del Sabadell, que supondrá un nuevo reparto de responsabilidades en la cúpula de la entidad. En concreto, el máximo responsable del banco, Josep Oliu, cederá la mayor parte de sus competencias para pasar a desempeñar una presidencia no ejecutiva, un cargo de carácter más institucional, de acuerdo con el modelo que más gusta y que promueve en el sector el Banco Central Europeo.

De esta forma, González-Bueno pasará a ser el número uno de facto del banco, una vez que el supervisor apruebe su nombramiento, dentro de unas semanas, y se realicen todos los trámites.

En los últimos años Oliu ya había cedido algunas parcelas de poder para ir adaptando el modelo de gobierno del banco, dejando la dirección financiera en manos de Guardiola o situando la comisión de riesgos dependiendo directamente del consejo de administración y en manos del exsecretario de Estado David Vegara. Por su parte, el banquero catalán se había centrado en la secretaría general, el gobierno corporativo o la comunicación, un movimiento que se reflejó incluso físicamente cuando estos departamentos se trasladaron de Barcelona a Madrid. Según las fuentes consultadas, este cambio de modelo hacia una presidencia no ejecutiva estaba acordado con el supervisor financiero desde el año pasado y se aplicará el próximo ejercicio. Desde el Sabadell no han querido realizar ningún comentario al respecto.

En cuanto al nuevo consejero delegado, se trata de todo un especialista en banca digital, que lideró la implantación de ING en España y que también cuenta en su currículum con la creación de Evo Banco. Así, el propio Oliu ha destacado este jueves que su "dilatada experiencia, así como su exitosa trayectoria liderando procesos estratégicos de innovación, digitalización y restructuración, lo convierten en el perfil idóneo". "El banco afronta en esta nueva etapa la aceleración de su estrategia digital y el fortalecimiento de su franquicia doméstica en los mercados que lidera. Estoy convencido de que contribuirá, de forma decisiva, a impulsar la oferta digital del grupo", ha recalcado el banquero.

El ejecutivo relevará a Jaume Guardiola, que ocupa el cargo desde el año 2007 y que optará por la jubilación, tras una extensa trayectoria en el sector, en la que también ha pasado por importantes responsabilidades en BBVA. Aunque el relevo se produce apenas tres semanas después de la ruptura de las conversaciones con el banco vasco para la posible integración, las fuentes consultadas aseguran que la salida de Guardiola estaba prevista desde hace tiempo. De hecho, durante las negociaciones, ya trascendió que el ejecutivo catalán no ocuparía ningún cargo destacado en la nueva entidad que hubiera resultado de la fusión y que su papel hubiera sido temporal, como coordinador de la integración para aprovechar su conocimiento de ambos bancos.

En cualquier caso, lo que parece claro es que la necesidad del Sabadell de actuar con rapidez para poner en marcha su nuevo plan estratégico ha precipitado la sustitución, para la que ya se habían dado algunos pasos. En concreto, el banco ya había incorporado a González-Bueno a su órbita al designarlo como consejero de su filial británica TSB y, además, también ocupa la presidencia de Solvia Desarrollos Inmobiliarios (SDIN), la promotora que el Sabadell vendió al fondo Oaktree, que fue quien lo designó para este puesto.

El perfil del nuevo consejero delegado encaja a la perfección con lo que ha trascendido hasta la fecha de ese nuevo plan estratégico, que pasaría por un mayor impulso a la digitalización de la entidad para ahorrar costes y la búsqueda de alianzas internacionales con otros bancos europeos para reforzar la posición del Sabadell en el mercado. Unas alianzas que podrían llegar a través de la comercialización conjunta de productos, pero también con la entrada en el accionariado del Sabadell de algún banco extranjero.

César González-Bueno, a la izquierda, y Jaime Guardiola, a la derecha.

César González-Bueno, a la izquierda, y Jaime Guardiola, a la derecha.

De Citibank a la cajas gallegas

Tras iniciar su carrera en Citibank y pasar por consultoras como The Boston Consulting Group o McKinsey & Company, César González-Bueno ya fue responsable de canales alternativos en la entonces Argentaria. Su gran salto se produjo en 1998, cuando fue nombrado CEO de ING Direct y fue el responsable de lanzar la entidad en el mercado español, a lo que posteriormente sumaría otras responsabilidades a nivel europeo dentro de esta entidad.

El ejecutivo abandonó ING en 2011, cuando fue nombrado como primer ejecutivo de NovaCaixaGalicia, la entidad resultante de la fusión de las cajas gallegas, donde se encargó de crear Evo Banco -otro proyecto digital- con el negocio que estas entidades tenían fuera de sus territorios naturales. Posteriormente, en 2014 fue nombrado consejero delegado de Gulf Bank of Kuwait, y en 2017 volvió durante otro periodo de dos años a ING, como primer ejecutivo del banco en España y Portugal.

Además de la transformación digital, uno de los primeros retos que deberá afrontar es la venta de TSB, la filial británica que tantos quebraderos de cabeza ha dado al Sabadell y de la que espera desprenderse en la primera parte del próximo año.

Un retiro con más de 24 millones en el plan de pensiones

Jaume Guardiola llegó al Sabadell en septiembre de 2007 para sustituir a Juan María Nin, que se había marchado a la dirección general de La Caixa. Procedía del BBVA, donde desempeñó diversos cargos de relevancia -como la dirección de la filial del banco en México- y por aquel entonces era el número tres de facto del grupo, al encargarse del negocio en España y Portugal. En el Sabadell ha liderado el proceso de fusiones -entre ellos, el de la CAM- que ha llevado al banco a ser la cuarta entidad del país. Se marcha con un plan de pensiones que acumulaba más de 24 millones de euros al cierre de 2019.

Aluvión de peticiones para las prejubilaciones

La entidad recibe más de 1.600 solicitudes para acogerse al plan de ajuste de personal en tres días

El Sabadell ya puede dar por hecho que tendrá suficientes voluntarios para cubrir las 1.800 bajas previstas en el plan de ajuste de personal que acordó con los sindicatos. En sólo tres días desde que se abriera el plazo para acogerse a las prejubilaciones, la entidad ya ha recibido 1.625 solicitudes, según apuntan desde CC OO y UGT, y en muchos territorios ya se ha cubierto sobradamente el cupo máximo que se adjudicó, de 354 personas, en el caso de Alicante. Y eso cuando todavía no se ha abierto el plazo para las bajas incentivadas para menores de 56 años que también hay previstas en el plan, y a las que se recurrirá si en determinada zona no hay suficientes voluntarios para las prejubilaciones. 

El Sabadell ofrece prejubilaciones con el 75% del salario anual hasta los 63 años, con un máximo de 280.000 euros para los nacidos entre 1958-1961 y de 300.000 euros para los nacidos entre 1962-1964. Ante la incertidumbre del marco laboral, el banco se compromete a cubrir un año del pago a la Seguridad Social en caso de que se retrase la primera edad de jubilación anticipada, ahora en los 63 años. Asimismo, a quienes se jubilen anticipadamente a partir de los 63 años les ofrece el 10% (para nacidos antes de 1956) o el 20% (para nacidos entre 1956 y 1957) del salario anual.

En cuanto a las bajas incentivadas, que afectarían sólo a funciones administrativas, la indemnización pactada asciende a 35 días por año trabajado y un máximo de dos anualidades.

El plazo para apuntarse a las prejubilaciones está abierto hasta el día 23 y el objetivo es ejecutar las salidas a lo largo del primer trimestre del próximo año.