No hubo sorpresas y el consejo de administración del Sabadell aprobó ayer el nombramiento de César González-Bueno como nuevo consejero delegado de la entidad, en sustitución de Jaume Guardiola, que pasará a la jubilación una vez que las autoridades aprueben el relevo, y sólo conservará el cargo de presidente de la filial del banco en México. Sin embargo, los cambios en la entidad van mucho más allá de lo aparente, ya que el nuevo primer ejecutivo del banco con sede en Alicante acumulará mucho más poder que su antecesor y se convertirá en el auténtico hombre fuerte del mismo, ante el paso atrás que dará próximamente Josep Oliu, que cederá buena parte de sus actuales competencias para desempeñar una presidencia no ejecutiva.

Así, el propio Sabadell recalcó ayer que González-Bueno participará «desde el primer momento en el diseño y la puesta en marcha de un nuevo plan estratégico», que la entidad prevé presentar en el primer trimestre del próximo año y que deberá garantizar la viabilidad del banco en solitario, tras el fiasco de la fusión con el BBVA, que ha precipitado los cambios, a pesar de que desde la entidad señalaron que ya estaban previstos.

En cualquier caso, el banco también dejó clara la hoja de ruta que deberá seguir su nuevo consejero delegado y que pasa por mejorar la eficiencia del grupo y acelerar su transformación digital, con el objetivo final de elevar su rentabilidad, la verdadera clave de bóveda para garantizar el futuro del negocio. Por el camino deberá desprenderse de la filial británica TSB -de la que actualmente es consejero- y buscar alguna alianza internacional, que contribuya a dar solidez al proyecto.

Con más de 23 años de experiencia en el sector y tras haber sido el artífice del lanzamiento y consolidación de ING en España o de la creación de Evo Banco, el propio Oliu destacó «el perfil idóneo» de su nuevo ejecutivo. «Estoy convencido de que contribuirá de forma decisiva a impulsar la oferta digital del grupo», afirmó el catalán, que también tuvo palabras de agradecimiento para el consejero saliente. Así, atribuyó a Guardiola «un papel fundamental como artífice del crecimiento y consolidación del banco», que se ha convertido en la cuarta entidad del país tras absorber a numerosos competidores, entre ellos, la CAM.

Pactado con el BCE

La incorporación de González-Bueno coincidirá con un cambio en la estructura de gobierno corporativo de la entidad, que potenciará su figura en detrimento de la de Oliu. Unos cambios que, según las fuentes consultadas, estaban acordados con el BCE desde finales de 2019 con el objetivo de adaptar la gobernanza del banco al modelo que propugna el supervisor, que prefiere separar las funciones ejecutivas de la presidencia del consejo, para reservar a este último cargo un papel más institucional.

Así, Oliu ya había dado pasos en esta dirección al dejar la dirección financiera en manos de Guardiola o al situar al exsecretario de estado David Vegara al frente de la comisión de riesgos y hacerla depender directamente del consejo, sin pasar por su persona. Al mismo tiempo, el banquero catalán se había centrado en la secretaría general, el gobierno corporativo o la comunicación, un movimiento que se reflejó incluso físicamente cuando estos departamentos se trasladaron de Barcelona a Madrid. Ahora el presidente continuará con este proceso hasta ceder por completo todas sus facultades ejecutivas, lo que dejará amplios poderes al nuevo consejero delegado para marcar el nuevo rumbo de la entidad.

El directivo confía en la base de clientes del banco para crecer

El nuevo consejero delegado del Sabadell se mostró ayer confiado del potencial de la entidad y señaló que «dispone de una franquicia de primera línea y una base de clientes para crecer y afrontar con éxito el futuro». Igualmente, afirmó que el banco «ya está inmerso en el proceso de adaptación de su modelo de negocio y será altamente competitivo en un entorno que se transforma a gran velocidad». Por su parte, Jaume Guardiola señaló su «satisfacción» por los 13 años que ha estado en la entidad, pero destacó que «el proyecto debe seguir avanzando» y ofreció toda su colaboración a su sucesor.

Una sucursal del Sabadell. | PILAR CORTÉS

El banco tendrá que devolver un millón a una clienta

El Supremo considera que la entidad no informó debidamente de los riesgos de un producto

El Tribunal Supremo ha ratificado la condena contra el Banco Sabadell que obliga a la entidad a devolver a una clienta en concepto de daños y perjuicios más de un millón de euros abonados como consecuencia de las liquidaciones negativas causadas por un «swap» hipotecario suscrito en el año 2008. La sentencia reafirma la valoración previa del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Sabadell y de la Audiencia Provincial de Barcelona al considerar que, pese a tratarse de un producto «puramente especulativo», la información de su naturaleza ofrecida por la entidad resultó tan deficiente que hizo que la clienta «estuviera en la creencia errónea de que se le había ofrecido y estaba suscribiendo, una cobertura de la subida del tipo de interés, vinculada a la financiación mediante préstamos concedidos por la propia entidad, en su condición de cliente habitual, y por la relación de confianza con los empleados, y no una operación de permuta del tipo de interés». El «swap» ofrecido por el Sabadell a su clienta estaba vinculado a la suscripción de cinco préstamos hipotecarios solicitados para hacer frente al pago del impuesto de sucesiones generado por una herencia.