El Banco Sabadell se ha desprendido de los últimos activos tóxicos procedentes de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), obteniendo cerca de 200 millones de euros a través de dos operaciones paralelas.

La última de estas dos operaciones, firmada este mismo lunes, ha consistido en la venta a la firma de inversión estadounidense KKR de una cartera de activos problemáticos por unos 130 millones de euros. La venta hace referencia al denominado «proyecto Aurora», con un valor en libros de aproximadamente 500 millones de euros, según han informado a Efe fuentes cercanas a la operación, que ha asesorado Deloitte.

Bain Capital también ha participado en la puja final por esta cartera, compuesta por activos tóxicos de la entidad alicantina, que el Sabadell se quedó en 2011 tras un rescate del Fondo de Garantías de Depósitos (FGD).

Nueve años después, el banco que preside Josep Oliu ha logrado desprenderse de la cartera, dando así por zanjado el Esquema de Protección de Activos (EPA) que recibió a cambio de quedarse la caja.

Esta venta permite además al Sabadell seguir haciendo limpieza de su balance, ahora que han fracasado las negociaciones de fusión con el BBVA y que el grupo de origen catalán quiere seguir en solitario y con una nueva dirección, liderada por César González-Bueno, que relevará como primer ejecutivo a Jaume Guardiola.

Se trata de la segunda operación de este tipo que cierra este año el Banco Sabadell, después de que hace tan solo unos días firmara la venta de una cartera de créditos dudosos a la gestora Tilden Park por unos 65 millones de euros