Las ayudas del Gobierno y los fuertes descuentos aplicados por las marcas apenas lograron amortiguar la debacle que sufrió el mercado automovilístico de la provincia, donde a la caída general del consumo registrada en toda España se sumó la mala situación que atravesaron las firmas de alquiler de vehículos -que normalmente son las responsables de cerca de la mitad de las matriculaciones- ante la ausencia de turistas. De esta forma, los concesionarios de la zona firmaron uno de sus peores años, con un total de 32.455 transacciones, lo que supuso una caída del 47,2%, según los datos de las organizaciones Anfac, Faconauto y Ganvam, más de 15 puntos por encima del descenso registrado a nivel nacional.

Por segmentos, ninguno de los tres canales en que se divide el mercado se libró de las fuertes caídas. Las ventas a particulares cayeron un 32%, al pasar de 26.249 a 17.837 matriculaciones, lastrados por la pérdida de ingresos de muchas familias y la incertidumbre provocada por la pandemia sobre la futura situación económica. Por su parte, las ventas de vehículos para las flotas de empresa descendieron un 29% (de 10.588 a 7.514), pero el mayor batacazo se produjo en las matriculaciones destinadas a las compañías de rent-a-car. Durante el pasado año sólo se cerraron 7.104 operaciones, un 71% menos que en 2019, cuando se contabilizaron 24.664 matriculaciones con esta finalidad. Algo lógico, si se tiene en cuenta que los principales clientes de este tipo de servicios son los turistas internacionales, que este año han sido los grandes ausentes en la Costa Blanca, ante las restricciones que han sufrido los vuelos.

De hecho, la falta de negocio ha llevado a muchas de estas compañías a desprenderse de las flotas que tenían en lugar de comprar nuevos vehículos, lo que se ha traducido en un inusitado aumento de las exportaciones de automóviles desde la provincia, que hasta octubre sumaban 167 millones de euros.

Fracaso del Plan Renove

Los concesionarios también lamentaban ayer la escasa incidencia que ha tenido el Plan Renove, que el Gobierno ha rechazado prorrogar -finalizó el 31 de diciembre- a pesar de que aún quedaban por consumir más de 200 de los 250 millones con que se dotó. «Una cosa es que vayas a comprar un coche y te apliquen un descuento directamente, pero cuando les dices que tienen que solicitar ellos las ayudas y esperar a que se las concedan, no es lo mismo», se quejaba ayer el propietario del concesionario Autonáutica de Benidorm, Ginés Pérez. Sí seguirán los incentivos a la compra de vehículos eléctricos, que se canalizan a través del Plan Moves, pero, como señaló Pérez, se trata de un segmento de clientes muy distinto, generalmente, de alto poder adquisitivo, que no supone el grueso del mercado.

Así, a pesar de triplicar sus cifras, los automóviles 100% eléctricos sólo sumaron 1.004 matriculaciones en la provincia en 2020, el 3% del total. Bastante más suponen ya los vehículos híbridos, que sumaron 4.347 transacciones, un 57% más que el año anterior, y acapararon el 13,3% del mercado.

Las principales patronales del sector coincidieron ayer en señalar que en 2021 continuarán las dificultades para el negocio, mientras no se despeje la incertidumbre económica.

Los vehículos eléctricos reducen hasta un 96,5% el coste energético

El consumo apenas supone entre 18 y 32 céntimos por cada 100 kilómetros, según un estudio

Aunque el desembolso inicial todavía es bastante más elevado que en los modelos de combustión, los vehículos eléctricos pueden suponer un buen negocio, si se tiene en cuenta su bajo consumo posterior. Así, según un estudio realizado por la firma alicantina Cubierta Solar, el gasto energético de un coche eléctrico resulta un 93,3% inferior al de su equivalente de diésel o gasolina, un ahorro que puede llegar al 96,5% si la recarga se produce en una instalación de autoconsumo fotovoltaico en lugar de hacerlo conectado a la red.

La firma ha comparado en concreto los consumos de un Toyota Prius, un SUV Mini Country Man y un Tesla Model 3 con sus equivalentes que emplean combustibles fósiles. Así, mientras que en los modelos de motor de explosión el coste por cada 100 kilómetros oscila entre los 6,9 y los 24,15 euros, en el caso de los vehículos eléctricos alimentados a través de instalaciones de autoconsumo el precio se sitúa entre los 18 y los 32 céntimos.

En la misma línea, la huella de carbono que dejan los vehículos también es muy diferente. Así, frente a la media de 143 gramos de CO2 de los coches convencionales, los eléctricos generan sólo 30 gramos de forma indirecta si se conecta a red, o cero si se utilizan instalaciones propias.

Sin ayudas y con una subida de impuestos

Las principales asociaciones de concesionarios, Faconauto y Ganvam, y la de patronal de fabricantes Anfac criticaron ayer duramente al Gobierno por su decisión de no prorrogar el Plan Renove y rechazar una moratoria temporal a la aplicación de la directiva WLTP, que encarecerá un 4,75% el precio de los vehículos que emitan entre 144 y 192 gramos de CO2, que suponen más de la mitad del total. Un recargo que, en opinión de estas organizaciones, supondrá un freno a la recuperación del sector. Así, las citadas patronales no esperan que el negocio empiece a remontar hasta la segunda mitad del año y no prevén una recuperación consistente hasta el 2022.