El caos ocurrido las pasadas Navidades en Reino Unido, cuando miles de camiones quedaron atrapados tras el cierre de la frontera decretado por Francia para evitar la propagación de la nueva cepa de coronavirus, ha dado paso a la nueva normalidad. Una normalidad que viene condicionada por el Brexit y la reinstauración de aduanas entre los estados integrados en el espacio Schengen y el exmiembro de la Unión Europea. Desde el 1 de enero, los controles fronterizos han vuelto a ambos lados del Canal de la Mancha y la cuestionable operativa logística obliga a los profesionales de la carretera a soportar esperas de hasta 10 horas para poder entrar y salir de Inglaterra. Es un tiempo en el que los camiones permanecen parados, sin actividad, y eso es algo que se traduce en una pérdida de rentabilidad para las empresas de transporte.

El secretario general de la Federación Provincial de Transportes de la Provincia de Alicante (Fetrama), Francisco Ortiz, sostiene que ha transcurrido solo una semana desde la activación del Brexit y ya existen firmas del sector que se sienten desincentivadas para seguir transportando mercancías hasta el Reino Unido. La frustración es tal que hay empresarios que se empiezan a plantear dejar de operar en ese mercado en busca de rutas comunitarias que garanticen una mayor productividad. Una cuestión en absoluto baladí debido a la importante relación comercial que la provincia mantiene con dicho territorio y que se centra, sobre todo, en el envío de productos hortofrutícolas. «Los cambios que han entrado en vigor llevan aparejadas demasiadas complicaciones para el transporte. Se traducen en pérdidas de tiempo y los camiones no están teniendo la agilidad temporal que se necesita. Todo esto significa volver a lo de hace muchos años, a despachar en aduanas, y supone que cada vehículo puede tardar entre ocho y diez horas en cruzar la frontera», advierte el secretario general de la patronal.

En el caso concreto de la provincia, Fetrama calcula que son entre 400 y 600 camiones tráiler los que cada mes parten desde Alicante en dirección a Reino Unido, cruzando el canal que separa Francia de Inglaterra bien a través del eurotúnel, bien embarcando en los ferris que cubren el trayecto. Desde el primer día de 2021, las empresas del sector deben adecuarse a las nuevas exigencias del gobierno británico, que habilitado herramientas telemáticas donde se deben introducir datos relativos a la carga que se transporta, al propio vehículo y al conductor. Pero el trámite no acaba ahí, sino que los camiones deben después sortear sobre el terreno las instalaciones fronterizas donde se realizan las revisiones de documentos y aduanas. Todo ello, subraya Francisco Ortiz, obliga a los profesionales del sector «a participar de un trámite administrativo que le es ajeno y desconocen, ya que hasta ahora su función consistía en transportar las mercancías, nada más».

De igual modo, deben conocer ahora toda una serie de siglas y acrónimos ideados por las autoridades británicas para tipificar los tipos de mercancías u organizar los trámites de acceso a un país al que hasta hace tan solo ocho días podían ingresar sin ningún tipo de restricción. Todo ello complica ahora las operaciones y, en algunos casos, genera situaciones caóticas en la frontera franco-británica.

Simplificar operaciones

«Se llevaba meses perfilando un protocolo sobre el Brexit para intentar simplificar las operaciones, pero la realidad es la que es. Se ha puesto en marcha una plataforma electrónica y se ha vendido la imagen de que todo es fluido, pero no es así porque hay demasiados retrasos», mantiene el secretario general de la patronal.

Mientras la Confederación Española de Transporte de Mercancías y la propia CEOE están reclamando medidas organizativas que agilicen los trámites fronterizos, algunas empresas alicantinas han empezado a poner el ojo en otros países europeos como escenarios más atractivos en términos de beneficio económico. Son, según Francisco Ortiz, ni más ni menos que «decisiones estratégicas». Y lo ejemplifica de forma clara: «Si al cabo de un mes puedes hacer tres viajes a cualquier parte de la Unión Europea, pero solo dos a Inglaterra, elegir es una cuestión de rentabilidad».

El covid-19 complica todavía más la burocracia

Las dificultades por las que atraviesa el sector del transporte de mercancías desde la entrada en vigor del Brexit se han visto acentuadas por la pandemia de covid y la nueva cepa del virus que ha desatado todas las alarmas en Reino Unido y en la UE. La Confederación Española de Transporte de Mercancías ha anunciado que los transportistas seguirán estando obligados a presentar pruebas que garanticen que no están contagiados de covid para poder cruzar el Canal de la Mancha. El test debe practicarse a lo sumo 72 horas antes de atravesar la frontera franco-británica.