El gran peso de los sectores relacionados con el turismo, precisamente los más afectados por la crisis sanitaria del covid, sigue lastrando la actividad económica en la provincia de Alicante. Así se pone de manifiesto en el último informe de la Cámara de Alicante y Banco Sabadell, que estima hasta septiembre de 2020 un desplome del 18,9% en el Producto Interior Bruto (PIB). El dato adquiere una mayor trascendencia si se compara con el PIB nacional, dado que el retroceso experimentado en la provincia es 8,4 puntos superior a la media.

Las cifras aportadas por el Indicador Sintético de la Actividad Económica en la provincia de Alicante (Ispa), dependiente de la Cámara y Banco Sabadell, evidencian que el PIB generado por la economía alicantina registró un descenso del 19,4% en el tercer trimestre de 2020, una tasa mejor que la que se estimó en el segundo trimestre, cuando se desplomó hasta el 28,7%.

El repunte gradual de la actividad, iniciado a lo largo del periodo de desescalada, se tradujo en un crecimiento que, sin embargo, resultó insuficiente para recuperar los niveles previos al inicio de la pandemia. De hecho, la caída del PIB en el tercer trimestre supera en 11,6 puntos la media nacional. También en el acumulado la provincia de Alicante sale perdiendo, puesto que el 18,9% de la tasa interanual supone un retroceso 8,4 puntos superior al registrado en el conjunto de la economía española.

A la hora de concretar las razones de este descenso en la economía provincial, mucho más acusado que en el contexto nacional, hay que hacer referencia necesariamente al fuerte impacto que la la crisis del covid está teniendo sobre los sectores relacionados con el turismo, de gran peso en el territorio alicantino.

Según se hace constar en el informe, a partir de julio, el aumento de nuevos contagios llevó a un refuerzo de las medidas de distanciamiento social, que, junto a las recomendaciones de las autoridades de algunos de los principales países emisores de turistas desaconsejando viajar a España y la obligación de guardar cuarentena al regreso, tuvo una incidencia muy negativa sobre el turismo durante la temporada estival, la más importante para el sector en términos de afluencia y gasto.

Así las cosas, las ramas del comercio, transporte, restauración, hostelería y, en general, todas las actividades relacionadas con el ocio, continuaron siendo las más afectadas, aunque la reapertura parcial de la actividad tras la finalización del estado de alarma permitió suavizar el retroceso interanual de estas actividades hasta el 49,3% frente al descenso del 67,7% en el segundo semestre. En el acumulado, la caída hasta septiembre fue del 50,6%.

Las otras ramas de servicios, entre las que se incluyen las actividades inmobiliarias, información y comunicación, financieras y de seguros, profesionales, científicas y técnicas, administración pública, educación y sanidad, moderaron su ritmo de caída hasta el 8,3%, 2,8 puntos menos que en el segundo trimestre. En el acumulado, el descenso fue del 5,9%.

La industria y la construcción siguieron cayendo, aunque menos que en el segundo trimestre. La actividad industrial, en concreto, retrocedió un 4,9% frente al 12,6% del trimestre anterior, ofreciendo hasta septiembre un descenso acumulado del 6,7%. En lo que respecta a la construcción, la reducción del PIB fue del 3,6%, un dato bastante mejor que el -12,7% del segundo trimestre. La caída acumulada, en este caso, se situó en un 6,5%.

Sector agrario

El único sector que presenta en la provincia cifras positivas es el agrario, que mostraba un crecimiento interanual positivo del 2,2%, continuando la tendencia de recuperación de la actividad observada en los meses anteriores. Hasta septiembre el incremento acumulado fue del 5,6%.