Las cuentas de las empresas de calzado empiezan a reflejar las consecuencias de la pandemia, mientras sus responsables advierten de que la duración del impacto del coronavirus en el sector se extenderá al menos hasta 2022, debido a la anticipación con la que se trabaja en el negocio, y al stock sin vender que acumulan los comercios. Así lo apuntaba ayer la directora general de la ilicitana Panama Jack, Patricia Vicente, después de que la firma haya registrado una caída del 10,4% en su facturación en su último ejercicio, que cerró el pasado 30 de abril.

En concreto, según los balances depositados en el Registro Mercantil, la popular marca finalizó su año fiscal con unas ventas de 80,8 millones de euros frente a los 90,2 del ejercicio anterior. Un descenso que la hija del fundador de la firma atribuye directamente a las anulaciones de pedidos que se registraron durante las primeras semanas de la pandemia. «Toda la temporada de verano se sirve entre febrero y marzo, y a principios de ese mes empezaron a producirse cancelaciones de clientes en todos los mercados, conforme los distintos países iban tomando medidas para frenar el covid», explica la ejecutiva.

En el caso de los países europeos, muchos de los envíos ya se habían realizado, lo que atenuó la caída en el mercado comunitario, mientras que el mayor impacto se registró entre los clientes nacionales. Así, el porcentaje de ventas de la marca en España pasó del 44,9% al 40,3% del negocio total de la compañía.

Un descenso que se agudizó en los siguientes meses, por lo que la directora general de Panama Jack calcula que el nuevo ejercicio que cerrarán el próximo abril anotará otra caída adicional de entre el 20% y 30% de facturación, y que la tendencia negativa seguirá también el siguiente año. «Aunque la vacunación permita un regreso progresivo a la normalidad, las tiendas tienen los almacenes llenos y lo lógico es que hagan menos pedidos mientras no los vacíen. Creemos que la primera temporada en que podremos servir con cierta normalidad será la de invierno de 2022», señala Patricia Vicente.

A pesar de la caída de ventas, la compañía ha logrado esquivar el ERTE para su plantilla, con alguna excepción en alguna tienda que se ha visto afectada por los cierres forzosos decretados por las distintas administraciones. En cuanto a los resultados del pasado ejercicio, Panama Jack cerró el año con una caída del 20% en sus beneficios que, aún así, alcanzaron los 8,7 millones de euros, una cifra más que notable. Los propietarios de la firma decidieron destinar esta cantidad íntegra a reservas voluntarias.