A pesar de la situación incierta que sigue provocando la pandemia, en 2021 la esperanza de la vacuna y las medidas de estímulo en grandes economías como Estados Unidos o Japón nos hacen esperar un previsible efecto rebote de la economía. Sin embargo, no todas las economías se recuperarán del colapso a la misma velocidad. Estados Unidos y China lo harán con más rapidez que Europa, que retrasará su crecimiento hasta 2022.

Este crecimiento desigual también se producirá por sectores de actividad. Las medidas de restricción de la movilidad han golpeado duramente a las industrias del transporte. La práctica desaparición del turismo mundial ha castigado especialmente al sector aéreo, con pérdidas de pasajeros superiores al 90%, y se van a producir cambios estructurales en la utilización de este medio de transporte, que llevará a un impacto negativo más duradero en el tiempo.

El transporte por carretera, por su parte, ha estado muy ligado a las restricciones de movilidad de cada territorio, de forma que cuando éstas se flexibilizan rápidamente se produce una recuperación del tráfico. Si bien ha registrado graves pérdidas de tráfico en los vehículos ligeros, el transporte de vehículos pesado sólo se ha visto ligeramente afectado. Por tanto, el sector cuenta con previsiones de recuperación más optimistas, basadas en el mayor uso del transporte privado y la preferencia por el turismo doméstico.

En Abertis hemos constatado esta variación del impacto en función de la geografía: Europa es el mercado donde más ha caído el tráfico -especialmente en España, donde por la importancia del turismo y el mayor impacto en la economía (con una bajada del 11% del PIB) se tardará más en recuperar los niveles de 2019-, mientras que en países como Brasil o México la disminución ha sido mucho menor y se está observando una recuperación más rápida. En Estados Unidos, donde recientemente hemos adquirido una nueva concesión, el tráfico está prácticamente recuperado respecto a los niveles anteriores a la pandemia.

En este contexto cobra una importancia fundamental la estrategia de captación de los fondos de recuperación europeos Next Generation. El esfuerzo se debe focalizar en los proyectos tractores, transversales y que transformen el modelo productivo en sectores clave. Deben incorporar la innovación y la sostenibilidad en la industria, especialmente en la movilidad y las infraestructuras. El sector privado tiene un rol claro para la consecución de los objetivos de recuperación y transformación que Europa quiere conseguir mediante la inyección de estos fondos.

Las empresas formamos parte de la sociedad, contribuimos a la creación de riqueza y valor, y por ello somos parte de la solución a los enormes retos que presenta la situación. El sector privado tiene la voluntad y la capacidad para movilizar capital para la inversión; hay mucha liquidez en los mercados financieros, y se presentan muchas oportunidades para invertir y relanzar la economía. Este círculo virtuoso podrá ayudar a liberar gran parte de los presupuestos públicos, generando recursos adicionales, contribuyendo a la generación de empleo y a la recaudación fiscal, tan necesarios en estos momentos.

Uno de los mayores desafíos que volverá a afrontar el mundo globalizado "post Covid-19" será posibilitar una movilidad más sostenible y conectada. La lucha contra la emergencia climática es irreversible y el papel de las empresas es fundamental, como demuestra la cada vez mayor atención de los grandes inversores internacionales por los asuntos relacionados con la sostenibilidad. Hay que seguir impulsando una movilidad más sostenible, limpia y segura, y hoy podemos hacerlo gracias al enorme potencial que ofrece la tecnología.