El aumento de mortalidad que ha provocado el covid, con más de 2.400 fallecidos en la provincia desde el inicio de la pandemia, contando sólo a los oficiales, ha empezado a notarse también en las notarías. Una vez superado el trauma del fallecimiento, los familiares deben enfrentarse al siempre incómodo trámite de formalizar la herencia y abonar los correspondientes impuestos, lo que ha supuesto un aumento de este tipo de procesos en los despachos.

En los meses de julio y agosto ya se notó un primer repunte, sobre todo por las tramitaciones que se quedaron pendientes en los meses del confinamiento, cuando la actividad en las notarías se limitó a lo más urgente. Pero a partir de septiembre las cifras empezaron a aumentar de forma mucho más significativa. En concreto, en el último cuatrimestre del año se formalizaron hasta 4.950 herencias en Alicante, lo que representa un aumento del 13%, aunque lo cierto es que la subida se fue acelerando y en el mes de diciembre ya rozaba el 25%, de acuerdo con las cifras facilitadas por el Colegio Notarial de la Comunidad Valenciana.

«Era algo que se podía esperar, si se tiene en cuenta que los familiares tienen seis meses para abonar el Impuesto de Sucesiones si no quieren sufrir un recargo, y, en el caso de Alicante, si paga la Plusvalía municipal dentro de ese plazo y es la vivienda habitual, hay una rebaja del 50%», explica el vicedecano del Colegio, el alicantino Delfín Martínez.

En el caso del Impuesto de Sucesiones, Martínez recuerda que los hijos no tienen que abonar prácticamente nada por los primeros 100.000 euros, por lo que resulta especialmente recomendable no sobrepasar los plazos para evitarse pagos innecesarios. Lo que no merece la pena, en ningún caso, es dejar pasar el tiempo con la esperanza de que venzan los tributos, como hacían anteriormente muchos herederos para ahorrarse el dinero. Las nuevas tecnologías han facilitado que la comunicación entre administraciones sea mucho más ágil, por lo que los fallecimientos son trasladados rápidamente por el Registro Civil a Hacienda o el Catastro, con lo que lo más probable es que se reciba la correspondiente carta exigiendo el pago antes de que prescriban los plazos.

En cuanto al destino de los bienes que se heredan, si sobrevive uno de los cónyuges, lo habitual es que el trámite se limite a escriturar la transmisión del 50% que corresponde a los hijos, pero, cuando han fallecido ambos padres, lo más frecuente es que la vivienda acabe en el mercado. «Si todos tienen ya su propia casa, una vivienda heredada no deja de ser un nuevo gasto. Hay que pagar la luz, la contribución... la gente prefiere vender y quedarse el dinero», explica el portavoz de los notarios alicantinos.

Renuncias

Las estadísticas también reflejan que las renuncias a herencias han crecido casi en paralelo a las aceptaciones. Entre septiembre y diciembre fueron 655 los alicantinos que oficializaron su rechazo a recibir los bienes de sus familiares, un 19% más que en el mismo periodo de 2019. Una decisión que suele estar relacionada con la existencia de deudas que hacen que no compense quedarse con la casa o con cualquier otra propiedad que pueda recibirse. Una situación que, además, tiende a ser más frecuente en momentos de crisis económica, cuando muchas familias se ver obligadas a recurrir al crédito para subsistir y los inmuebles se convierten en la mejor garantía para avalar los préstamos.

Junto con este aumento de las herencias, Delfín Martínez señala que también se ha registrado un incremento de los testamentos, «ya que el temor que ha generado la pandemia ha llevado a que muchas personas quieran dejar las cosas claras y resueltas para evitar problemas posteriores». En muchas ocasiones, son los propios herederos que van a formalizar la recepción de los bienes de algún familiar fallecido los que acaban solicitando redactar sus últimas voluntades, explica el representante de los notarios.

Así, las estadísticas reflejan una curva muy similar a la anterior, con un aumento del 10,7% en el último cuatrimestre, cuando se contabilizaron 12.006 testamentos en la provincia; un aumento que superó el 22% en el último mes del año.

La crisis sanitaria también eleva las donaciones en vida

La combinación de factores psicológicos provocados por la pandemia, con las mayores dificultades por las que atraviesan muchas familias también han provocado un incremento de las donaciones en vida. En total, durante el año pasado se registraron 6.369 en las notarías de la provincia, un 3,6% más, aunque el aumento se notó sobre todo en los últimos cuatro meses del año, cuando se dispararon cerca de un 25%, según datos del Colegio Notarial.