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Las empresas de autobuses y el Consell negocian un plan de rescate para salvar al sector de la ruina

Las 90 firmas de la provincia dedicadas al transporte discrecional acumulan pérdidas de 100 millones

La flota parada de la empresa Autocares Alicante, una de las que está sufriendo las consecuencias de la caída del turismo. MANUEL R. SALA

Las empresas de autobuses dedicadas al transporte discrecional y la Generalitat están negociando un plan de rescate que pueda salvar al sector de la ruina. La caída en picado del turismo ha propiciado que las 90 firmas de la provincia de Alicante acumulen pérdidas cercanas a los 100 millones de euros, lo que las ha puesto contra las cuerdas. La Conselleria de Transportes ya ha mostrado su disposición a conceder ayudas, aunque falta por concretar la cuantía de las mismas.

El gran peso que tiene el turismo en la provincia de Alicante, justo el más afectado por las restricciones de movilidad, está provocando que el impacto de la crisis derivada de la pandemia de coronavirus esté siendo mucho mayor que en otros territorios. Junto a los hoteles y la hostelería, uno de los sectores que está sufriendo más es el de los autobuses dedicados al transporte discrecional, y más en concreto al traslado de turistas, principalmente extranjeros. En este contexto, y tal y como adelantaba este diario, las 90 empresas que se dedican a esta actividad tienen al 95% de su flota, compuesta por 1.500 vehículos, totalmente parada, lo que está amenazando su continuidad.

Este es el motivo por el que la Asociación de Transportes de Viajeros (GTV) ha mantenido una reunión con el conseller de Transportes, Arcadi España, y el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, con el objetivo de que las ayudas que se están concediendo a otros sectores lleguen también al de los autobuses.

Según la presidenta de la citada asociación en Alicante, Blanca Francés, «en lo que llevamos de pandemia, casi un año, todavía no se nos ha concedido ningún tipo de ayuda directa. Y eso que estamos soportando deudas abismales con prácticamente cero ingresos. Además, con el hándicap de que nuestra herramienta de trabajo, los autocares, se devalúan a una velocidad vertiginosa en nuestros garajes».

Las reivindicaciones pasan también por la inclusión en las ayudas venideras destinadas a la supervivencia del sector turístico, sobre la base de que «somos un eslabón muy importante dentro del mismo. Si nosotros desaparecemos, el modelo turístico de la zona cambiaría de forma radical, e incluso los turistas extranjeros podrían elegir otros destinos si no tienen un servicio de calidad y económico al bajar del avión, del tren o del barco. Es decir, si no encuentran nuestros autocares esperándoles para ofrecerles el actual servicio puerta a puerta».

Fuentes de la Generalitat consultadas por este diario han confirmado que efectivamente existe un compromiso para ayudar al sector, y que en estos momentos se está trabajando para consignar la mayor cuantía posible, siendo conscientes de la importancia que el transporte discrecional tiene para el turismo.

Francisco Perucho, vicepresidente de GTV y propietario de la empresa Autocares Alicante, ha resaltado que son más de 5.000 familias las que dependen directamente del sector, y que la desaparición de empresas tendría un fuerte impacto sobre el turismo.

En la misma línea se expresa Juan José Pérez, gerente de Autocares Grupo Benidorm, quien resalta que las empresas se encuentran en estos momentos «entre la espada y la pared» debido a la ausencia de actividad y a los elevados costes. «Cada vehículo nos supone un gasto mensual de 4.000 euros», enfatiza.

Desde GTV se destaca que, si las empresas llegan a cerrar, su reapertura sería prácticamente imposible debido a las deudas millonarias que dejarían.

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